Saludos, este post se habilita con el fin de poder discutir y reflexionar sobre temas relacionados en la investigación en la didáctica de Enseñanza de las Ciencias Naturales orientada hacia tres ejes temáticos:

1. CTS
2. Constructivismo. 
3. Mejorar la práctica educativa.

Las participaciones sobre estos tres puntos deben estar orientadas en la Enseñanza de las Ciencias a través de Metodología Indagatoria.

Deben realizar participaciones reflexivas y con argumentos. 

Atentamente 
Oscar Barahona Aguilar
Director
Cátedra Enseñanza de las Ciencias
UNED

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La CTS en la enseñanza
Buenos días compañero y profesores, este es mi aporte saludos.
La orientación CTS surgió a finales de la década de 1960 y comenzó a extenderse a la enseñanza general alrededor de 1980. Desde entonces, el interés por ella en ese nivel educativo ha ido creciendo. (Valdés & Romero, 2011)
De acuerdo con Valdés & Romero, (2011) algunos factores que determinan la necesidad de atender a las interrelaciones C-T-S en la enseñanza general son:
1. Cambios originados por el creciente desarrollo de la ciencia y la tecnología.
La ciencia y tecnología hoy día presenta cambios importantes ejemplo de esto es que la ciencia que se hace se expresa con mayor preferencia en lo tecnológico, también que la ciencia de la naturaleza a desplazado a la física por la ciencia de la vida entre otros cambios.
Estos cambios de pueden catalogar como culturales, debido a que trascienden de diversas formas en la vida cotidiana. Algunos cambios importantes son los siguientes:
Gran influencia de la tecnología en la vida del mundo natural y social.
Desarrollo de nuevas ramas, ejemplo de estas son ciencia e ingeniera de materiales y la nanotecnología, provocando cambios en la percepción de la sociedad respecto al lugar que ocupan las ramas clásicas.
Expansión de sus modos de pensar y actuar más allá de sus límites, a diversas esferas de la sociedad.
Desarrollo de un nuevo entorno con el cual interaccionan las personas (productos multimedia, plataformas interactivas, Internet), lo que conduce a la necesidad de preparar para ese entorno, y también de modificar las funciones de la clase y del maestro.
Extensión en diversos países a la obligatoriedad educativa en general a personas a edades avanzadas, es decir lo que provoca es que supone enseñar ciencia a la mayoría, con gran diversidad cultural y motivacional.
Disminución de estudiantes en los diferentes países que eligen estudiar ciencia.
2. Insuficientes resultados de la educación científica.
Los resultados en la educación científica causa gran preocupación, sin embargo, muchos de los estudiantes que culminan sus estudios no adquieren conocimientos, habilidades ni forma de pensar y comportarse imprescindibles en la sociedad actual. Aunque estos sean de gran importancia para el desempeño de la labor de la enseñanza de las diferentes materias de ciencia, es decir en el currículo y la práctica de la enseñanza se continua con ideas y metodologías utilizadas en el pasado.
Esto desencadena un mayor reclamo en una alfabetización científica real, debido a que se comprende que los resultados obtenidos en la educación científica se deben a la imagen deformada que existe de la ciencia y la tecnología, la cual se refleja en el desconocimiento de esta en su esencia.
Aportes de la orientación educativa a la CTS.
a. Alfabetización científico-tecnológica.
b. Elevación de la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje.
c. Desarrollo de actitudes y valores.
d. Motivación por el aprendizaje.
Por todo lo anterior es importante el hacer uso de las CTS, porque a través de esta motivamos a los estudiantes a estudiar carreras universitarias relacionadas con la ciencia y la tecnología, gracias a que su educación se basó en usar técnicas y herramientas tecnológicas que le permitieron, ampliar conocimiento significativo, mediante la adquisición de habilidades y destrezas en ramas de la ciencia, por lo tanto, no habrá el temor en estudiar una carrera relacionada en el área científica.
Según nos afirma Valdés & Romero, (2011); sobre la orientación CTS en la enseñanza general es su contribución a la formación de ciudadanos científica y tecnológicamente alfabetizados, es decir formamos ciudadanos capaces de ser críticos, analísticos, siendo capaces de responder y opinar científicamente y tecnológicamente.
Bibliografía:
Valdés, P. & Romero, X. (2011). Orientación CTS, un imperativo en la enseñanza general. Revista Iberoamericana de Educación. 4(55), p.1-9.

Buenas noches compañera, quisiera compartirte lo siguiente: Las instituciones de enseñanza constituyen espacios donde se llevan a cabo y se configuran las prácticas de los docentes; estos escenarios son formadores de docentes, debido a que modelan sus formas de pensar, percibir y actuar (De Lella, 1999). El impacto de esta influencia modeladora puede observarse en el hecho de que las prácticas docentes dentro de una institución determinada, presentan regularidades y continuidad a través del tiempo.
La práctica docente de acuerdo con De Lella (1999), se concibe como la acción que el profesor desarrolla en el aula, especialmente referida al proceso de enseñar, y se distingue de la práctica institucional global y la práctica social del docente.
García–Cabrero, Loredo, Carranza, Figueroa, Arbesú, Monroy y Reyes (2008), plantean la necesidad de distinguir entre la práctica docente desarrollada en las aulas y una práctica más amplia, llevada a cabo por los profesores en el contexto institucional, denominada práctica educativa. Esta última se define como el conjunto de situaciones enmarcadas en el contexto institucional y que influyen indirectamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje propiamente dichos; se refiere a cuestiones más allá de las interacciones entre profesores y alumnos en el salón de clases, determinadas en gran medida, por las lógicas de gestión y organización institucional del centro educativo. Todo lo ocurrido dentro del aula, la complejidad de los procesos y de las relaciones que en ella se generan, forma parte de la práctica docente, en tanto que los factores contextuales, antes tratados como variables ajenas al proceso de enseñanza y de aprendizaje, aquí se consideran parte de la práctica educativa.
Por tanto, la práctica docente se concibe como el conjunto de situaciones dentro del aula, que configuran el quehacer del profesor y de los alumnos, en función de determinados objetivos de formación circunscritos al conjunto de actuaciones que inciden directamente sobre el aprendizaje de los alumnos.
Al respecto, Zabala (2002) señala que el análisis de la práctica educativa debe realizarse a través de los acontecimientos que resultan de la interacción maestro–alumnos y alumnos–alumnos. Para ello es necesario considerar a la práctica educativa como una actividad dinámica, reflexiva, que debe incluir la intervención pedagógica ocurrida antes y después de los procesos interactivos en el aula. Esto significa que debe abarcar, tanto los procesos de planeación docente, como los de evaluación de los resultados, por ser parte inseparable de la actuación docente.

Referencias bibliográficas
De Lella, C. (1999). Modelos y tendencias de la formación docente. Consultado el 25 de febrero de 2008 en: http://www.oei.es/cayetano.htm
García–Cabrero, B., Loredo, J., Carranza, G., Figueroa, A., Arbesú, I., Monroy, M. y Reyes, R. (2008). Las aproximaciones teórico–metodológicas en los trabajos de la RIED: consideraciones en torno a la construcción de un modelo de evaluación de la práctica docente. En M. Rueda (Ed.), La evaluación de los profesores como recurso para mejorar su práctica (pp. 162–220). México: IISUE–UNAM–Plaza y Valdés.
Zavala, A. (2002). La práctica educativa, cómo enseñar. Barcelona: Grao.

Buenas noches compañeros:

La ciencia es una actividad social muy compleja que involucra a muchas personas diferentes, y nos afecta a todos, todos los días. Se puede ver desde dos puntos de vista diferentes. Por un lado, está la forma cómo la sociedad influye en la creación del conocimiento científico y en el desarrollo tecnológico. Pero, por otro lado, está también la forma cómo la ciencia y la tecnología afectan nuestra vida y la de las sociedades actuales.

En ninguna otra época de la historia de la humanidad, la ciencia ha estado tan omnipresente en la vida diaria como ahora. Para el educador del área de las ciencias esto significa un reto, porque ya no se trata sólo de impartir la teoría y evaluar el conocimiento adquirido por los estudiantes al final de un período escolar, sino que implica, también, acercar al estudiante a la realidad de que la ciencia es un factor cambiante de la sociedad y que esta, es a su vez, transformada por el hombre, muchas veces en forma favorable, pero en otras ocasiones con perjuicios para el mismo ser humano.

Desde este punto de vista, la educación científica exige, necesariamente, un cambio de paradigma, en el cual la orientación CTS (Ciencia-Tecnología-Sociedad) contribuya, como lo señalan (Valdés y Rojas, 2011, p. 3, cit. Caamaño y Vílchez, 2001), a “la formación de ciudadanos científica y tecnológicamente alfabetizados”.

Por otro lado, hay que reconocer que muchos programas de educación científica todavía se enfocan en asignaciones individuales de estudiantes y evaluación individual, mientras que la tendencia debería ser hacia el trabajo en equipo. Igualmente, y no menos importante es que, para que la ciencia atraiga fuertemente a la juventud necesita, también, ser desmitificada por los educadores, es decir, presentada de una manera atractiva y estimulante, con las abstracciones de la teoría fuertemente ligadas a la vida cotidiana.

La implementación, durante este curso lectivo 2018, de la metodología de la indagación en algunos niveles de la educación secundaria costarricense, persigue precisamente, la formación de “ciudadanos colaboradores, activos, socialmente responsables, que asuman compromisos, que participen activamente en la búsqueda de soluciones, que piensen por sí mismos, establezcan conexiones y que generen cambios” (Ministerio de Educación Pública, 2015, p. 2).
Es un hecho que los estudiantes deben participar más plenamente en la discusión pública de la ciencia y sus aplicaciones. No solo, porque son ellos quienes se verán más afectados por la dirección actual de la ciencia, sino que también porque están llamados a ser los científicos y los responsables políticos del mañana.

Bibliografía:
Ministerio de Educación Pública. (2015). Educar para una nueva ciudadanía: fundamentación pedagógica de la transformación curricular. San Jose, C. R.: MEP.
Valdés Castro, P. y Romero Rojas, X. (15 de mayo de 2011). Orientación CTS, un imperativo en la enseñanza general. Revista Iberoamericana de Educación, 4(55), 1-9.

Saludos compañera María del Carmen:

Excelente aporte; sin duda alguna, tal y como usted lo rescata, actualmente el conocimiento científico y el desarrollo tecnológico son pilares centrales en el ámbito educativo desde la perspectiva de la didáctica de las ciencias u otras áreas, así como a nivel social en general.

Su integración en la enseñanza de las ciencias como enfoque responde a la necesidad de una alfabetización científica y tecnológica efectiva con miras a que el individuo adquiera la formación suficiente para transformar su entorno, ya que de acuerdo con Vázquez, Acevedo, y Manassero, (2005) Este se ha de caracterizar por centrarse en los estudiantes para desarrollar su identidad cultural y personal, animarles a participar como ciudadanos en la sociedad y a interesarse por dar sentido personal y social al conocimiento.

Ante ello, la didáctica constructivista parte de la línea de relaciones ciencia, tecnología y sociedad (CTS) para valorar la ciencia y el concepto de aprendizaje como algo que debe ser también una construcción colectiva.

Desde esta posición la didáctica de las ciencias es también una actividad en la que se debe trabajar sobre los contenidos curriculares por parte de todos los miembros del colectivo aula. “Ello implica impulsar, alimentar y sostener la actividad cognoscitiva para que se dé ese aprendizaje colectivo en términos de una transformación conceptual, metodológica, actitudinal y axiológica, en la perspectiva del aprendizaje total” (Gallego, Pérez, Gallego, & Pascuas, 2004, p. 260)

De esta forma, el constructivismo y la orientación CTS generan el vínculo necesario para que el aprendizaje no se convierta en un asunto de transmisión, asimilación y acumulación de conocimientos, sino que este sea el camino para extender, restaurar, interpretar y construir el aprendizaje desde la experiencia, lo cual nutre al mismo tiempo la metodología por indagación.


Referencias Bibliográficas:
Gallego, R., Pérez, R., Gallego, A., & Pascuas, J. (2004). Didáctica constructivista: aportes y perspectivas. Educere,8(25), 257-264. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35602515
Vázquez, A., Acevedo, J., & Manassero, M. (2005). Más allá de la enseñanza de las ciencias para científicos: hacia una educación científica humanística. Revista electrónica de enseñanza de las ciencias, 4 (2). Recuperado de http://reec.uvigo.es/volumenes/volumen4/ART5_Vol4_N2.pdf

Buenas noches compañeros y colegas de la comunidad:

Los problemas en la falta de motivación de los alumnos por el aprendizaje de la ciencia vienen desde hace muchos tiempo y, aunque, en las últimas décadas, las ideas innovadoras sobre enseñanza y aprendizaje se han ido introduciendo progresivamente en los sistemas de enseñanza, ha sido difícil cambiar los puntos de vista tradicionales.

La resistencia al cambio es evidente, principalmente en aquellos docentes que llevan ya muchos años en la práctica docente. Personalmente, he conocido a varios que, después de estar impartiendo clases durante 20 años, en los cuales el cambio en el contexto científico y tecnológico del mundo y del país, específicamente, ha sido una constante, no sienten la necesidad o no quieren cambiar su forma de enseñar la ciencia. Se han ido quedando rezagados y, lo que es peor, este rezago se da también con respecto a sus propios alumnos, que los superan, y en mucho, en cuanto al conocimiento y manejo de nuevas tecnologías, por ejemplo.

Pareciera que han entrado en aquello que llamamos “una zona de confort” de la cual no quieren salir. Con sobrada razón, somos testigos, entonces, de la pérdida de motivación por parte de los alumnos, la cual se refleja, por ejemplo, en la elección de las materias para los exámenes de bachillerato, donde las materias que menos escogen son la química y la física. Solamente aquellos alumnos que sienten un genuino interés por estas áreas, se deciden a hacer el bachillerato en ellas.

La consecuencia es que, menos alumnos eligen carreras en áreas de ciencia y tecnología, lo cual sabemos, va en detrimento del progreso científico y tecnológico del país, porque tarde o temprano, esto repercutirá en la base de conocimiento autóctono y en la dotación de profesionales e investigadores que se necesita para aumentar la innovación, el nivel de competitividad y el desarrollo económico y social del país.

¿Qué hace falta entonces? Definitivamente, un cambio radical de perspectiva por parte de los docentes, pero también de las autoridades educativas para reversar la que hasta ahora ha sido la tendencia en el proceso de enseñanza-aprendizaje de las ciencias.

En el documento de la UNESCO del año 2005, denominado “¿Cómo promover el interés por la cultura científica?: una propuesta didáctica fundamentada para la educación científica de jóvenes de 15 a 18 años”, se señalan varios aspectos que hay que tratar de modificar, entre los cuales destacan:

1. La falta de trabajo experimental que tiene como una de sus causas la escasa familiarización de los profesores con la dimensión tecnológica y que viene, a su vez, a reforzar las visiones simplistas sobre las relaciones ciencia-tecnología que tienen muchos docentes del área de las ciencias.

2. Los conocimientos científicos aparecen como obra de genios aislados, ignorándose el papel del trabajo colectivo, es decir, de los intercambios entre equipos.

3. Esta insistencia explícita de que el trabajo científico es un dominio reservado a minorías especialmente dotadas, termina transmitiendo expectativas negativas hacia la mayoría de los alumnos y, muy en particular, de las alumnas, con claras discriminaciones de naturaleza social y sexual: la ciencia es presentada como una actividad eminentemente “masculina”.

4. La transmisión de conocimientos ya elaborados conduce muy a menudo a ignorar cuáles fueron los problemas que se pretendían resolver, cuál ha sido la evolución de dichos conocimientos, las dificultades encontradas, etc., y, más aún, a no tener en cuenta las limitaciones del conocimiento científico actual o las perspectivas abiertas.

Referencias bibliográficas:
UNESCO. (Enero de 2005). ¿Cómo promover el interés por la cultura científica?: una propuesta didáctica fundamentada para la educación científica de jóvenes de 15 a 18 años. Santiago: OREALC/UNESCO.

Saludos compañeros (as):

Desde la perspectiva de la investigación en la didáctica de las ciencias naturales, como medio esencial para la reconstrucción educativa en sus diferentes áreas, se encuentran involucrados diferentes elementos de gran importancia que se deben valorar para el fomento de una mejor educación científica y el desarrollo de una práctica pedagógica efectiva.
Partiendo de la perspectiva de la orientación educativa o enfoque CTS (Ciencia, tecnología y sociedad), desde la posición de los diferentes actores que forman parte importante del proceso educativo, esta representa en sí un modelo integrador de los conocimientos científicos y tecnológicos para la alfabetización científica de los ciudadanos, de tal manera que estos puedan desarrollar un pensamiento crítico y reflexivo acerca del alcance y efecto que tiene la ciencia y la tecnología desde un punto de vista social y cultural.
Para lograrlo, es importante considerar para quien y para qué es relevante la enseñanza de las ciencias; de tal forma que la alfabetización científica guíe la educación en beneficio de la ciudadanía, orientado hacia un modelo en el que estén de la mano ciencia, tecnología y sociedad, para educar al individuo lo más humanamente posible, más allá de la formación de científica.
Según Acevedo (2004, p.8) el principal fin educativo de la enseñanza de las ciencias “será la de contribuir a una formación democrática y la alfabetización científica deberá girar en torno a esta formación. En tal caso, habrá que planificar explícitamente la enseñanza y dedicar un tiempo suficiente a preparar al alumnado para ello”. De allí que la alfabetización científica y tecnológica permita al alumno obtener los conocimientos necesarios para poder participar en una sociedad y que a la vez obtenga los conocimientos necesarios para aplicarlos en etapas posteriores de su vida. Así, los individuos pueden ser capaces de comprender, interpretar y actuar sobre la sociedad, a partir de los conocimientos adquiridos, participando de forma activa y responsable en la solución de problemas.
Por otra parte, es importante destacar también el principio o base de actividad, del que debe partir todo aprendizaje el cual se fundamenta básicamente en el constructivismo ya que involucra la participación activa del alumno en la elaboración de su propio conocimiento, en el cual se requiere que interactúe mental o físicamente con su ambiente. Además, se considera la construcción del conocimiento como aquel que sigue un proceso, pues todo lo que el estudiante aprende a lo largo de su desarrollo, llega a integrarse en las estructuras cognitivas progresivamente.
Según Gallego et ál. (2004) la tendencia que hoy domina es aquella que se refiere a lo que los alumnos ya saben, como ideas alternativas. Así, uno de los aportes de la aproximación constructivista es la admisión de un saber previo en los alumnos, que puede ser relacionado con los nuevos contenidos curriculares por enseñar.
Sin duda alguna, la integración de elementos como el enfoque CTS y el constructivismo como parte de la didáctica de las ciencias, representan a la vez el medio para la mejora de la práctica educativa; reflejo de ello en nuestro país son los nuevos programas de estudio del MEP, para ciencias y sus diferentes áreas específicas, a través de los cuales están basados en “Educar para una Nueva Ciudadanía”. Desde esta perspectiva se parte de la relevancia de que la enseñanza de las ciencias naturales tenga una dimensión más innovadora, en la que se tome en cuenta las exigencias del mundo actual, cambiando la metodología tradicional que ha imperado durante mucho tiempo, para promover en el estudiantado la autonomía, la criticidad, y el desarrollo integral, en beneficio de una sociedad más activa y comprometida con el progreso.

Referencias Bibliográficas:
Acevedo, J. (2004). Reflexiones sobre las finalidades de la enseñanza de las ciencias: Educación científica para la ciudadanía. Revista Eureka sobre enseñanza y divulgación de las ciencias, 1 (1), 3 – 16.
Gallego, R., Pérez, R., Gallego, A., & Pascuas, J. (2004). Didáctica constructivista: aportes y perspectivas. Educere,8(25), 257-264. Recuperado de http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=35602515

Buenas tardes compañera me parece su aporte muy acertado y sobre todo destacar la importancia que tiene considerar para quién y para qué es relevante la enseñanza de las ciencias; para poder dirigir y enfocar una ciencia que tenga contexto, que no sea ajena a los estudiantes de su realidad pero a su vez les permita conocer que hay más allá de el.
Educar a un ciudadano con herramientas en donde se pueda desenvolver, para ello de la alfabetización científica, no es que intentemos educar a científicos puristas, pero si a ciudadanos conscientes de los fenómenos y sucesos que se dan en la naturaleza, sociedad y tecnología y que pueda tener criterio y herramientas para tener criterio de ello.

Hola compañera Thelma me parece muy interesante su aporte, pero me gustaría hacer un comentario al respecto sobre las CTS, debido a que estas permiten el desarrollo de un entorno dinámico en el cual interaccionen las personas (productos multimedia, plataformas interactivas, Internet), esto demanda la necesidad de prepararse para ese entorno y también de modificar las funciones de la clase y del docente (Valdés y Romero, 2011).
También es muy importante reconocer que el hacer uso de las CTS, por medio de estas se logra motivar a los estudiantes para que estudien carreras universitarias relacionadas con la ciencia y la tecnología.
Además, sobre la orientación CTS en la enseñanza general es su contribución a la formación de ciudadanos científica y tecnológicamente alfabetizados, es decir formamos dicentes capaces de ser críticos, analíticos, siendo capaces de responder y opinar científicamente y tecnológicamente. (Valdés & Romero, 2011).

Respecto al constructivismo este plantea la importante necesidad de brindarle al estudiante herramientas que le permitan desarrollar su propio aprendizaje y que este sea capaz de resolver diferentes situaciones problemáticas que se le presenten, esto gracias que el estudiante a construido su propio conocimiento.

Bibliografía:
Valdés, P. & Romero, X. (2011). Orientación CTS, un imperativo en la enseñanza general. Revista Iberoamericana de Educación. 4(55), 1-9.

Ciencia , tecnología y sociedad un tema para analizar

Dentro del campo de la enseñanza, es docente como directriz de ese proceso está obligado éticamente a buscar la actualización de las estrategias educativas de cara a lo que demándala labor de la educación. Y cuando hablamos específicamente de la enseñanza de las ciencias aún más se debe de abordar el aspecto tecnológico como un aporte fundamenta. Actualmente la sociedad a adquirido un gusto por los avances tecnológicos, para a nivel de la educación el cambio no ha sido tan eficaz o rápido como se hubiese imaginado. El docente debe valerse de la tecnología para crear un punto atractivo y familiar al estudiante en su clase, pero sin perder la perspectiva de desarrollar habilidades en ese aprendizaje que está guiando.

Como lo menciona Valdés & Romero, 2011:
Cuando se pide a profesores de ciencia de la enseñanza general que reflexionen sobre las causas de la falta de interés de muchos de los alumnos hacia su asignatura, buena parte menciona, entre las principales, la escasa conexión de las cuestiones tratadas en los libros de texto y durante las clases con problemas sociales o de la vida práctica de los estudiantes (pag,5) .
Es decir la enseñanza debe buscar la manera en que el estudiante se sienta atraído, ya sea contextualizando el conocimiento que deseamos que se adquiera al entorno social o incorporando la tecnología como otro factor de personalización de esa enseñanza.

Bibliografía
Valdés Castro, P., & Romero Rojas, X. (2011). Orientación CTS, un imperativo en la enseñanza general. Revista Iberoamericana de Educación, 4(55), 1-9.

Saludos compañera Elineth; me parece muy importante lo que expone acerca del papel fundamental que debe cumplir el docente como agente innovador del proceso de enseñanza de las ciencias naturales principalmente desde la orientación educativa CTS, lo cual representa en sí un medio esencial para mejorar la práctica educativa.

Tomando en cuenta las exigencias de la actual metodología indagatoria, el profesor debe llevar a cabo una labor integral de la enseñanza de las ciencias orientada al enfoque Ciencia Tecnología y Sociedad (CTS), cuya incorporación es una necesidad evidente en el quehacer pedagógico con el fin de que los intereses, creencias y epistemología, bajo este enfoque, trasciendan y contribuyan a mejorar la educación a través de la práctica en el aula, así como para superar dificultades en los esquemas conceptuales que giran en torno a esta disciplina.

Lo anterior, evidencia un factor crucial, ya que de acuerdo con Acevedo (2015) “Un buen dominio de la materia no puede supeditarse al cuerpo de conocimientos científicos si no que incluye, entre ellas las interacciones CTS y cómo aparecen ligadas a la construcción de dichos conocimientos situándolos en su contexto histórico y social” (p.9).

De esta manera, las estrategias de trabajo en el aula, enmarcadas dentro del enfoque (CTS), deben constar de actividades que promuevan no solamente la adquisición de conocimientos científicos, sino también que guíen al estudiante a establecer una relación con su contexto y con la sociedad a la que pertenece, para que sea capaz de tomar decisiones desde un punto de vista crítico en todas aquellas situaciones de índole científico y tecnológico que le conciernen.

Por lo tanto, desde esta perspectiva es importante que se asuma como reto acercar al estudiantado al conocimiento científico como herramienta para la alfabetización científica, creando de esta forma un vínculo más cercano y una interacción directa con la ciencia, que permita adquirir una participación activa en la sociedad.

Referencias Bibliográficas:

Acevedo, J. (2015). La formación del profesorado de enseñanza secundaria para la educación CTS: Una cuestión problemática. Organización de Estados Iberoamericanos OEI. Recuperado de http://www.oei.es/historico/salactsi/acevedo9.htm

Compañera María del Carmen, tú aporte me parece muy certero, me llama la atención cuando mencionas que las ciencias está más omnipresente actualmente, más que en ninguna otra época, y es totalmente cierto, el desarrollo tecnológico no tuviera razón de ser sin la ciencia, es un punto a favor de los docentes, con el que debemos empezar a tejer esa red de conocimientos y habilidades con la que debemos cubrir los estudiantes que estén a nuestro cargo.
Al tomar esa estrategia que muchas veces se basa en la prueba y error, debemos tomar ayuda de la teoría constructivista. Como lo menciona Marín 2003, hay que diferenciar que tipo de conocimiento estamos promoviendo:
La formulación de la posición constructivista debería ser diferente para el conocimiento construido en la mente del sujeto y para el que se construye socialmente. Por ejemplo, si para el primero decimos el sujeto construye a partir de sus conocimientos previos ¿qué formulación sería más apropiada para el conocimiento de ciencia? (pag 2).

Es decir, no solo es liberarse de la adaptación social que aplicamos a el currículo de una institución y un grupo en particular o tomar a nuestro planeamiento didáctico aplicaciones tecnológicas, hay que saber que se construye, si hay promoción de habilidades o es un conocimiento adquirido memorísticamente a corto plazo, casi explícitamente para presentar examen de trimestre.
Bibliografía
Marín Martínez, N. (2003). VISIÓN CONSTRUCTIVISTA DINÁMICA. ENSEÑANZA DE LAS CIENCIAS(numero extra), 45-55.

Buenas tardes
A nivel educativo, precisamente en el área de ciencias naturales, cabe destacar que uno de los aspectos más relevantes para promover el aprendizaje significativo en los estudiantes, es fundamentalmente la forma en que se lleva a cabo del proceso de mediación educativa, y es que actualmente, a causa de los avances tecnológicos, la presencia de dispositivos electrónicos en las aulas es cada vez más frecuente, lo que en términos materiales no es un problema, el inconveniente es que, estos vienen a sumarse a la lista de distractores durante el desarrollo de la clase, de manera que el papel del docente debe consolidarse, para tomar un papel más dinámico y actualizado, cuyo fundamento debe estar enfoque no el problema como tal, sino en innovar mediante propuestas, la utilización de estas nuevas tecnologías para adaptarse a la realidad de las nuevas generaciones en el contexto digital que se encuentran, tal y como lo menciona MEP(2015) al aclarar que
“la incorporación de tecnologías móviles bien orientadas, con programas diseñados para fortalecer el desarrollo de la nueva educación, así como una amplia gama de ambientes para generar aprendizajes, son elementos fundamentales” (p23).
Y es que, con el desarrollo exponencial que ha experimentado la sociedad en el ámbito tecnológico con el cambio de siglo, los adolescentes en definitiva demandan una modalidad de clase distinta, donde se les involucren de acuerdo al contexto en el que se desenvuelven, donde el docente tome en cuenta la mayor cantidad de actualizaciones presentes, para de esta manera lograr el interés en ellos por aprender, y valorar la importancia del conocimiento.
Parte de las corrientes educativas que debe tomar en cuenta el educador, es el constructivismo, dado que desde esta perspectiva, el estudiante ensambla de forma guiada su conocimiento, pero de una manera más interactiva, dejando de lado el tradicional método de las clases magistrales, para lo cual también es necesario, su formación y actualización se encuentre asociado a un entendimiento interdisciplinar que involucre la historia y la filosofía(Reinders, 2006, p743), como fuentes de conocimiento complementario para fortalecer el fundamento de las dinámicas de aprendizaje que se va a plantear en el aula o espacio donde imparta la lección, porque también clave varias los espacios de aprendizaje, dando que el ambiente natural es donde la ciencia tiene los ejemplos más claros, por lo que es válido considerar la organización de giras educativas y actividades al aire libre como parte de la metodología adecuada para ganar el interés del alumnado.

Bibliografía
Reinders, D.(2006). La investigación sobre enseñanza de las ciencias. Un requisito imprescindible para mejorar la práctica educativa. Revista Mexicana de Investigación Educativa, vol. 11, núm. 30, julio-septiembre, 2006, pp. 741-770 Consejo Mexicano de Investigación Educativa, A.C.

MEP (2006). Educar para una nueva ciudadanía. Fundamentación Pedagógica de la transformación curricular

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