¿Debe la Educación Pública favorecer la enseñanza en las Aulas dominicanas de un Clero en particular?

La materia de Formación Integral Humana y Religiosa posee una gran importancia; la cual muchos, hasta de los propios docentes de la misma, no han comprendido su alcance. Mientras las demas materias del currículo educativo forman hombres y mujeres “pensantes, razonantes y duchos en las técnicas científicas”; la Formación Humana posee la particularidad de “forjar seres espirituales” y con una cosmovisión sublime. Sería un extremo terrible el afirmar que las escuelas deben estar exentas de “educar en temas de religión”. La religión, colocada en su justo plano, es una herramienta útil para la sociedad. Los niños formados bajo los principios bíblicos, sin sectarismos, ni fundamentalismos fanáticos; se forjan como ciudadanos responsables, respetuosos y situados en lo que conocemos como existencia.
La FIHR (prefiero el término “Educación en Creencias”) debe enfocar al alumno o alumna que, aunque viven y se mueven en este mundo; su finalidad es constituirse en ciudadanos y ciudadanas óptimos para el “reino de los cielos”. Igualmente, y esto es una opinión personal (aunque creo que compartida por muchos docentes) la FIHR debe permitir al alumno y a la alumna formarse valores de juicio en lo que concierne a la idea y la praxis de una creencia especifica. En palabras más simples… ¡el alumno y la alumna se educan para profesar su fe según lo dicte su conciencia! Igualmente hacer ver al alumno y a la alumna que la vida se compone de elementos espirituales y físicos que están unidos entre sí. El cristiano es un ser espiritual y a la vez un elemento que interactúa en un medio físico.En otras palabras: un ciudadano de los cielos que actúa responsablemente en la tierra.
Hace un tiempo relativamente cercano; se produjo una situación en la provincia autónoma de Salta, España; que ilustra el peligro de favorecer a un credo específico en lo que concierne a la enseñanza de religión en las escuelas. El ministro de educación, abiertamente católico, favoreció la educación de su fe en las escuelas públicas de la provincia, en desmedro de los alumnos y padres de otras ideologías religiosas. En las escuelas se iniciaba con las oraciones a la Virgen, algo que hacia que otros estudiantes (no católicos) escogiesen mantenerse fuera del aula. La división comienzo ahí. Luego, los niños católicos “le tiraban” a los otros haciéndoles entrever que ellos “estaban ajenos a las bendiciones del día”. La situación llevo a protestas por parte de muchos padres. El asunto hasta tomó connotaciones violatorias a la ley nacional. El ministro prohibió la enseñanza de la educación sexual en las escuelas, al considerar que las ideas de “nueva familia”, “protección para evitar el embarazo” no estaban alineadas con lo “correctamente ensenado por la iglesia”. Pasando por alto que las mismas forman parte del curriculum educativo. Esto llevó a una ruptura en la comunidad escolar.
La Republica Dominicana, pese a que por Concordato está comprometida estatalmente a impartir la educación católica en las escuelas públicas; no ha caído en ese nivel de fanatismo. Los profesores públicos, tanto católicos, evangélicos y seculares, en su mayoría poseemos buenas relaciones. Muchos maestros de FIHR católicos obvian los temas que son propios de su clero. Igual muchos maestros evangélicos. Pero hay algo que me inquieta. Los libros de FIHR usados en nuestras escuelas públicas están elaborados por católicos y presentan elementos católicos, incompatibles con las ideas evangélicas de muchos docentes y estudiantes. ¿La FIHR no debería ensenar la diversidad y respeto a las creencias de otros? ¿No debe buscar lo bueno de cada credo e incentivar al alumno y la alumna a que lo hagan parte practica de sus vidas?
En cierta ocasión fui testigo de algo que no me gustó: En una actividad, en la que unos misioneros repartieron rosarios y oraciones a la Virgen en una escuela, note como el maestro de FIHR dejo entre ver que los alumnos que no participasen en la misma no tendrían una nota en su materia. Eso me disgustó pues yo creo en la libertad de conciencia. ¡Sí! En esa misma que te permite “adorar a Dios de la forma que creas o no adorarlo”. Mi preocupación me llevó a formularme estas preguntas: ¿actuó cristianamente el profesor? ... ¿actuó en verdad como un maestro? ¿Obtuvo lo que quería? Estoy seguro que muchos de quienes participaron lo hicieron más para no tener mala nota… ¿ese es el fin de la FIHR? Lo que pienso es que se puso las bases para la hipocresía religiosa. Una nota no debe ser usada como chantaje para que un alumno o alumna participen en la liturgia ajena a los principios que se les ensenaron… ¡Eso no debe verse en nuestras escuelas!
La FIHR en las escuelas públicas debe ser impersonal. No debe representar los intereses de la iglesia estatal. ¿Por qué los libros de texto para el área de FIHR no son preparados por una comisión interreligiosa en la que se vele por que los principios cristianos generales sean presentados; y no solo los dogmas de una religión específica?
La Escuela pública no debe ser un campo de proselitismo a favor de tal o cual iglesia. El área de Formación Integral humana y religiosa no debe ser una “catequesis” en nuestras escuelas. Debe ser una materia en la que los alumnos crezcan como seres espirituales y ciudadanos íntegros… ¿sería mucho pedir?

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