En la actualidad la aldea global obliga a cada uno de nosotros a estar en un permanentemente dinamismo intelectual, intercambiando conocimientos necesarios en un mundo en continuo cambio, por ello, hoy más que nunca el aprendizaje es la herramienta más poderosa para adquirir el conocimiento fuente de poder en la vida profesional y personal de cada uno de nosotros.
Como profesionales de la educación debemos interesarnos sobre lo que deseamos que los estudiantes conozcan y como su aprendizaje debe ser más dinámico, interesante, eficaz, práctico y por sobre todo mucho más agradable.
Es bien importante partir del hecho indiscutible que la educación que tenemos en este momento es producto de un modelo económico imperante a finales del siglo XIX, desafortunadamente con el transcurso del tiempo la sociedad cambia, en varios aspectos, más sin embargo la educación sigue anquilosada en métodos rutinarios, memorísticos, repetitivos que muy poco responden a las necesidades sociales actuales, convirtiendo al conocimiento en algo abstracto y por sobre todo difícil de crear.
En este sentido, tenemos la consabida frase “la letra con sangre entra”, que si bien hace muchos años llegó a las instituciones educativas, todavía impere en las cabeza de muchos docentes producto de esa herencia Lancasteriana, que cada vez más aleja al estudiantes del placer que debe ser el conocimiento.
Por ello, es importante considerar que el aprendizaje fuente del conocimiento debe tener en cuenta aspectos generales como:

Cambiar la educación “bancaria” por una educación “liberadora”: El pedagogo Paulo Freire ofrece un camino bien interesante que es indispensable abordar, puesto que, en la primera el educando es un agente pasivo, al cual es necesario llenarlo de datos y el educador es el único que tiene el conocimiento; sin embargo, en la segunda tanto el educador como el educando son actores activos de la educación, en un proceso liberador.

Reflexión sistemática del quehacer educativo: Siendo los docentes los profesionales de la educación, son ellos los encargados de realizar un profundo análisis del proceso educativo, análisis que debe llevar a una transformación y valoración de su profesión; es fundamental que el docente dignifique su profesión y ocupe un lugar preponderante en la sociedad, de tal manera que esto por una ley de causa y efecto, repercuta en un trabajo cada vez de mayor calidad.

La investigación base del conocimiento: Es completamente indispensable que la investigación se desarrolle tanto por los docentes como por los estudiantes, pues es a través de esta, como se pueden crear conocimientos nuevos y por sobre todo contextualizados a las realidades propias de cada sociedad y así lograr una transformación como un fin de la educación.

Apoyo estatal indispensable: Es evidente que las políticas estatales de apoyo a la educación son un factor necesario y definitivo en crear espacios que contribuyan a mejorar el proceso de adquirir el conocimiento, por ejemplo en el caso colombiano, el presupuesto destinado al sector educativo es mínimo ahondando a la educación en una crisis profunda.

Trabajo específico en el salón de clase: Es muy importante que el docente en el trabajo directo con sus estudiantes, logre motivarlos en el hermoso camino del conocimiento, haciendo que sus clases sean más interesantes, dinámicas, llamativas y por sobre todo más humanas en donde se respete su individualidad y su ritmo de aprendizaje.

De esta manera, el gusto por el conocimiento es una tarea que nunca termina y depende de la interacción de los actores principales del proceso educativo, especialmente de los docentes que a través de su trabajo cotidiano logren que los estudiantes sean conscientes del gran poder que tiene su cerebro, siendo la educación el camino para lograrlo.