EL CAMBIO EN LA EDUCACIÓN ES POSIBLE

En las últimas décadas la baja calidad de la educación en Colombia se ve reflejada en los resultados de las pruebas internacionales PISA, al preguntarnos por qué se da esta situación, si nuestros estudiantes presentan las pruebas Saber, la razón puede ser que éstas no evalúan aspectos que se deben trabajar en las instituciones educativas como, lectura crítica y la resolución de problemas de la vida cotidiana y la actualidad.

Otra de las razones es que la educación en nuestro país, aún se dedica a transmitir información, que los estudiantes encuentran en los textos o en internet. Los contenidos de castellano y procedimientos que en matemáticas o química resultan aburridos para los estudiantes, deberían trasladarlos a la práctica y a la resolución de problemas reales del contexto; así serían más interesantes estas áreas del conocimiento. Por ejemplo, en castellano los estudiantes deberían adquirir competencias en lectura crítica y escritura para la redacción de textos coherentes, ensayos sobre la realidad nacional, artículos de opinión, etc, que le permitan expresar sus expectativas ante el estado y la sociedad a la que pertenecen.

Los planes de estudios son muy extensos y contemplan las áreas transversales en el tema ambiental, paz y democracia, sexualidad y tiempo libre, pero de una forma muy superflua y no hay un enfoque en el desarrollo de las artes, el deporte, pensamiento crítico, así como el manejo de conflictos y convivencia, aspecto que últimamente se constituye en el factor más determinante en la deserción escolar.
Según Julián De Zubiría Samper, “a estas competencias debería dedicarse por completo la educación básica, como hacen los países que obtienen los mejores lugares en estas pruebas. Así por ejemplo, en Europa un movimiento que trabaja por este mismo fin se denomina: Hay que volver a lo básico. Otro movimiento análogo en Estados Unidos se conoce como: Menos es más. Es cierto, menos contenidos permitirían trabajar con mayor profundidad cada una de las competencias transversales que consideremos prioritarias…”. Zubiría menciona a Platón en su diálogo “Las Leyes”, viendo la necesidad de reflexionar en los contenidos de las asignaturas para profundizar en la pedagogía. Uno de los postulados de Platón se refería a “la ignorancia absoluta no es el mayor de los males ni el más temible, una vasta extensión de conocimientos mal digeridos es cosa peor”.
En este sentido, vemos que es imperante la necesidad de poner en práctica esta reflexión que sigue vigente, si queremos mejorar la calidad de la educación en América Latina.

Otro aspecto relevante es que la educación debe liderar la transformación social, centrándose en el ser humano como el sujeto capaz de propiciar cambios para sí mismo. En este sentido, es importante adoptar una visión más humanista, donde los estudiantes reaprendan del proceso de aprendizaje, conscientes de su esencia y su rol en la sociedad.

Qué mejorar en el sistema educativo?

En el proceso de selección de directivos y docentes, evaluar las competencias comportamentales y pedagógicas, implementando procesos formación permanente.
Enfocar la autonomía pedagógica, pensada en currículos pertinentes a los contextos educativos.

Replantear la autoevaluación institucional para adoptar acciones de seguimiento a todos los procesos, atendiendo las expectativas de los integrantes de la comunidad educativa.

Retroalimentación permanente del proyecto educativo institucional con la participación activa de la comunidad.

Establecer espacios democráticos de igualdad y equidad donde todos los estudiantes -independientemente de su condición social, género o lugar de residencia-, reciban todo el apoyo para su formación integral.

Rescatar el quehacer de los rectores y directores como pedagogos y no como “gerentes”.

Propiciar encuentros de reflexión en cada institución educativa, sobre el quehacer docente y sus prácticas pedagógicas para construir escenarios de auto aprendizaje y cooperación que incidan en el mejoramiento de la calidad de la educación.
Poner en práctica la evaluación como un proceso flexible, no para castigar académicamente a los estudiantes, sino para explorar sus aptitudes y expectativas, hacia la motivación de los aprendizajes y reconstrucción de conocimientos para sus proyectos de vida a través de la formación integral.

Cómo mejorar?

Hablar de calidad de la educación nos lleva a pensar, que no está limitada al quehacer docente o a los estudiantes, también obedece al sistema educativo que fue diseñado para transmitir información elaborada y no para pensar, crear o resolver problemas. Los currículos, el sistema de evaluación, selección y formación de los maestros ha sido programado al servicio de este sistema, que automáticamente lleva a perder la capacidad de interpretar, analizar o leer de forma crítica e independiente.

La lectura de esta problemática, implica la adopción de un cambio profundo en el sistema educativo, empezando desde la educación básica con el desarrollo del pensamiento crítico, la creatividad, la capacidad de resolver problemas, de comunicarse y la de saber convivir. Para ello, es menester replantear el currículo, los modelos pedagógicos según el contexto y la formación docente. Pero, esto no es posible si no existe una apropiación y sentido de pertenencia de cada unos de los actores involucrados en este accionar, donde la familia también juega un rol muy importante porque es la forjadora de valores en los niños, niñas y adolescentes, así mismo es quien puede participar en las decisiones políticas del gobierno en procura de propuestas que tiendan a mejorar el sistema educativo en decadencia. No se trata de trasladar las responsabilidades de la educación de nuestros hijos a la escuela, si queremos mejorar también tenemos que tomar conciencia y formar parte de la solución y el cambio.

Otro reto que está en nuestras manos, es defender el presupuesto de la educación y reclamar su incremento para proyectos de investigación y cualificación docente, ya que el gobierno invierte más recursos en la guerra y en obras de cemento, descuidando la educación que debe estar orientada a una formación más ética, pertinente y más humana.