Esta es una pregunta que muchas personas se han hecho, pero que nos pone a reflexionar sobre nuestra labor como docentes en un mundo que cambia día a día, y se ve afectado por estos cambios. Lastimosamente el mundo en el que vivimos y el cual educamos, es un mundo donde el capitalismo, la corrupción, la competencia, la tecnología, etc., han hecho que la sociedad tenga que cambiar, que comience a pensar diferente formando así “nuevas sociedades”, afectadas por el consumismo y la manipulación de grandes potencias que se alimentan de nuestra necesidad de aceptación; ofreciendo productos y servicios para ser “mejores que los demás”. Todo esto conlleva a que haya más separación; entre los que tienen y pueden acceder a los beneficios que ofrece la globalización, o sea; los ricos y a los que no; los pobres. Además, la globalización también ha generado que las multinacionales puedan expandirse y dominar el mundo con mayor rapidez y facilidad, acaparando el mercado y acabando con las pequeñas empresas que no pueden competir con ellos, aumentando así el desempleo y la falta de oportunidades.
Por otra parte, el mundo de hoy nos permite expresar lo que sentimos, claro está cambiando mucho la manera de comunicarnos, pero al fin y al cabo dando nuestro punto de vista y mostrando nuestra realidad; esa realidad que nos muestra la desigualdad en la que vivimos, donde los salarios, la corrupción, la violencia, el desempleo y otros factores, hacen que miremos lo mal o lo bien que puede estar el lugar donde vivimos. Como Colombianos, digamos que no nos va muy bien con ninguno de los anteriores. De ahí que la gente hoy en día sea menos tolerante, posiblemente infeliz, inconforme, violenta, poco sociable y carente de muchos valores que tenía la sociedad mucho tiempo atrás. Seguimos siendo los mismos esclavos de los dueños del poder, pero “modernizados”.
Ya que este es el mundo que educamos, un mundo que no va a parar jamás, que se va a ver sometido constantemente a los cambios y a la influencia de los dueños del poder, lo que nos queda es intentar repararlo, con una buena instrucción y educación, no sólo en las instituciones educativas, sino también en los hogares; porque la educación como dicen por ahí comienza por casa. Enseñando que no hay que dejarnos llevar por la corriente como los peces, sino que debemos parar un momento para reflexionar, pensar y recapacitar sobre lo que estamos haciendo, explicando a nuestros estudiantes y familiares sobre las necesidades reales que tenemos, no las que nos llevan a gastar lo que no tenemos, a endeudarnos solo por cubrir unas necesidades inventadas por los dueños del poder, y lo que es peor, haciéndonos destruir lo que nos da vida; nuestra naturaleza. Es importante aclarar a nuestros estudiantes que las personas somos más que una marca o un apellido, este mundo necesita que a diario alguien los sacuda y les diga basta, abre tus ojos y mira lo que estás haciendo; y para eso estamos los educadores para crear conciencia, valores, respeto y tratando día a día así para algunos sea imposible de cambiar y mejorar lo que hoy existe.
Yo pienso que todos los seres humanos tenemos la capacidad de cambiar y que como educadores de este nuevo mundo, algo podemos hacer. ¿Usted también cree que es posible?