LA UNIVERSIDAD Y SU VALOR PROTAGÓNICO EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

Es la universidad la responsable de formar profesionales de alto nivel, para que las sociedades puedan alcanzar su desarrollo y sostenerlo a través del tiempo. Desarrollo que les permita alcanzar el sueño de erradicar la pobreza, incrementando el nivel educativo de sus miembros y transformar la dependencia, que en todos los ámbitos seguimos manteniendo con los países desarrollados, para hacer una sociedad más equitativa y justa.
Como si el tiempo fuera dando vueltas en círculos, hoy, como en otras épocas de la historia de la humanidad, acceder a la educación superior ha pasado a convertirse en un privilegio para pocos, volviendo a marcar desigualdades, y ahondando aún más la brecha cultural entre las personas. Y esto ocurre en un país donde las Universidades estatales gozan de buen prestigio en relación con las de carácter privado.
¿Cuáles serán sus causas? ¿La falta de articulación con los otros niveles educativos? ¿Carreras de larga duración en el tiempo? ¿Problemas económicos?
La globalización, como un tsunami, ha venido arrasando con todo, y nos ha lastimado profundamente, sobre todo porque nos ha encontrado inmersos en una profunda crisis social, y ensayando miles de formas para poder salir.
Sabedores de la necesidad de cambios, en la escuela secundaria ¡seguimos enseñando un montón de cosas que no sirven para nada!, podríamos resumir cómo funciona: YO sé, TÚ no sabes, yo te cuento y dentro de un rato te pregunto, a lo que agregaría: si te acuerdas lo que te conté, estás aprobado.
Las universidades, desconectadas del mundo real, y divorciados de los otros niveles educativos, lanzan su “producto” al mercado laboral el cual les exige experiencia, que es la única materia que no se cursa en educación superior.
Dado su carácter tradicionalista, la Universidad es reacia a los cambios, los que ha producido son tan pequeños que resultan casi imperceptibles, y en su rol protagónico debería ir a la cabeza de la investigación científica, valiéndose de las NTICS, provocando innovaciones tecnológicas…
Si en realidad el modelo de un país no está dado por su sistema económico, sino por el modelo educativo que posee, es por eso, que no podemos dejar de vincular economía-estado, educación-estado, presupuesto educativo para la investigación científica y por supuesto el hecho de que las políticas educativas sean patrimonio exclusivo del estado nacional.
¿Será que las habilidades que sustentaban a los niveles de enseñanza ya no son suficientes para actuar en la nueva sociedad del conocimiento?
Ana María Mansilla