Las incertidumbres del saber

AUTOR : Inmanuel Wallerstein

TÍTULO : “Las incertidumbres del saber”
Miguel Angel Valdivia Pinto. Dr. Sc.
El texto señado del autor está estructurado en dos partes:
La primera está referida a las Estructuras del Saber donde desarrolla los dilemas de la producción contemporánea, las ciencias sociales en el siglo XXI, el fin de las certidumbres en las ciencias sociales, la interciencia, el tiempo, la duración y el análisis de los sistemas – mundo.
En la segunda, desarrolla los Dilemas Disciplinares, centrando su perspectiva en la historia, la sociología y la antropología y su tránsito a la ciencia social histórica.
El autor considera como eje matriz de su posición teórica para explicar los puntos señalados anteriormente, la INCERTIDUMBRE como piedra angular para construir Sistemas de saber para construir concepciones de la realidad, pero por APROXIMACIONES SUCESIVAS NO DETERMINISTAS, para interpretar y reinterpretar la realidad presente. A partir de esta precisión es posible puntualizar a manera de resumen sus principales propuestas teóricas:
1. En la actualidad la ciencia está observada tal como los científicos lo hicieron con la teología y la filosofía, observancia que se hace porque hoy no existen verdades universales y leyes generales para interpretar la realidad y que es necesario evaluar nuevos enunciados y formas de generar conocimiento al márgen de los métodos empíricos o cientificistas.
2. Las ciencias sociales se institucionalizan a fines el siglo XIX bajo la influencia de la ciencia newtoniana; en su desarrollo se manifiestan dos posturas epistemológicas, opuestas: de un lado las Humanidades con su epistemología idiográfica y de otro lado la epistemología nomotética; en tanto la disciplinarización de las ciencias sociales se situó entre ambas (humanidades y ciencias naturales) hasta 1945.
Posterior a esta fecha, esta división se va desdibujando por el surgimiento de nuevas áreas de estudio, por la expansión del propio sistema universitario creando nuevos programas de estudio interdisciplinario. Las ciencias sociales se ven afectadas por la división trimodal del saber en ciencias naturales, humanidades y ciencias sociales, se generan dos movimientos nuevos de saber, no precisamente dentro de las ciencias sociales, uno de ellos se denomina Ciencias de la Complejidad cuyo origen está en las ciencias naturales y el otro es el de los Estudios Culturales originado en las Humanidades, ambos movimientos coinciden en cuestionar a la ciencia basada en la mecánica determinista newtoniana propio del siglo XVII, planteando frente a la simetría, a la certeza y a la simplicidad categorías como la flecha del tiempo, la incertidumbre y la explicación de la complejidad respectivamente. Consiguientemente tanto las ciencias de la complejidad, como los estudios culturales posibilitan la apertura de nuevos campos del saber, de ahí que el presente siglo esté caracterizado por una considerable incertidumbre a cerca de la validez de los límites disciplinares dentro de las ciencias sociales quedando como desafío redefinir el papel que le corresponde a la universidad en el proceso de producción y reproducción del saber.
3. La ciencia moderna plantea certidumbre, es decir el determinismo del universo social. Las críticas severas a la ciencia Newtoniana por parte especialmente de la física y la matemática permiten establecer algunas respuestas a ellas: en lugar de las certezas, aparecen las probabilidades; en lugar de la linealidad, la tendencia a alejarse del equilibrio y a la bifurcación; en lugar de las dimensiones de enteros, los fractales, en lugar de la reversibilidad ¡, la flecha del tiempo y en lugar de la ciencia como una actividad fundamentalmente, distinta del pensamiento humanístico, la ciencia como parte de la cultura. Asistimos en todo caso al fin de las certidumbres en las ciencias sociales , en tanto vivimos una época fascinante para el mundo del saber, que nos obliga a reabrir cuestiones epistemológicas de base y a pensar en reorganizaciones estructurales.
4. Para Braudel, quien sostiene la reunificación de las ciencias sociales, estamos frente a un período de transición en el cual el futuro es incierto y que es necesario asumir la convergencia preliminar de las ciencias humanas avanzando así, hacia la reformulación más compleja de una epistemología común a todas las prácticas relacionadas con el saber.
5. Durante dos siglos, la ciencia ocupó un lugar de prestigio, como dueño de la verdad; dentro de las estructuras del saber, ese lugar se ha legitimado gracias a la creencia de la existencia de dos culturas, incompatibles: la ciencia y la filosofía; el divorcio entre ambas es relativamente nuevo, producto del proceso de secularización del saber que se asocia con el sistema – mundo moderno. Braudel presenta la pluralidad de los tiempos sociales, a tiempos que se crean y una vez creados ayudan a organizar la realidad social y ponen límite a la acción social; se trata de aspirar por una comprensión significativa de la realidad ubicándonos en lo que el autor denomina el medio no excluido – tiempo y duración, un particular y un universal que son al mismo tiempo ambos y ninguno. De ahí que la ciencia que está en la mira, sea la newtoniana, el concepto de las dos culturas, de la incompatibilidad entre la ciencia y las humanidades, frente al cual se está reconstruyendo una visión renovada de la ciencia que a su ve< es la visión renovada de la filosofía cuya posición epistemológica pasa por la necesidad de ubicarse en el medio no excluido.
6. El autor considera que las economías – mundo son estructuras orgánicas que tienen vida, con un comienzo y un fin, por lo tanto tiene que haber existido múltiples economías – mundo en la historia de la humanidad.
Desde la misma perspectiva de Wallerstein, Braudel introduce la noción de temporalidades sociales múltiples (duración corta, media, larga y de duración muy larga).
7. El autor cuando se refiere a la nueva ciencia, lo hace partiendo de la observación o crítica a las mitologías de la ciencia tradicional (Newtoniana/ baconiana/ cartesiana) y señala que, la nueva ciencia tiene en cuenta, que existe una historia social de la verdad y que el avance científico depende en gran medida de la fe que depositemos en las afirmaciones de la comunidad científica, pero que además pone el acento en la complejización constante de la realidad a lo largo de la flecha del tiempo.
De otro lado al referirse a la interdisciplinariedad señala que esa no es la solución al desdibujamiento de las ciencias naturales, las humanidades y las ciencias sociales, se trata más de la necesidad de abordar las antinomias clásicas del pensamiento entre lo nomotético / idiográfico, hecho / valor, micro / macro en el marco de las esferas sociales: mercado, Estado y Sociedad.
Apela a la importancia de considerar, por el contrario la flecha del tiempo como un factor intrínseco de la realidad, que los espacios – tiempos son creaciones sociales y que en una situación social concreta coexisten múltiples espacios – tiempos por consiguiente la epistemología que se debe adoptar es inevitablemente una Aufhebung de la antinomia nomotético / idiográgica, a lo que el autor denomina Sistemas Históricos los que son parcialmente abiertos y cerrados al mismo tiempo, es decir tienen reglas que definen su funcionamiento, son sistémicos y tienen contornos y contradicciones que están siempre en evolución por tanto son históricos.
Señala además como momentos de los Sistemas Históricos:
• El momento de la génesis ¿cómo surge un sistema histórico? En qué tiempo y espacio?
• El momento de desarrollo histórico.
• La crisis estructural y su posibilidad de tránsito a otros sistemas.
8. Con relación a la Escritura de la Historia, el autor señala que en la actualidad es difícil de hablar de historia sin caer en ambigüedades; luego de establecer los tipos de producción del saber: historias de ficción, propaganda política, periodismo y propiamente la historia y referirse a cada uno ellos a partir fundamentalmente de la explicitación intención o significación social de cada uno de ellos, se puntualiza en:
• La objetividad de los escritos
• Los propósitos
• Las interpretaciones que se hace de la realidad social; y en la necesidad de realizar análisis en el marco de los sistemas históricos, que tomen en cuenta las unidades de la realidad y cambio social de largo y a gran escala de carácter sistémico.
9. Con relación al ensayo Culturas globales: ¿ salvación, amenaza o mito?, el autor a partir del esclarecimiento del concepto de cultura mediado por lo global y por la categoría Sociedad, precisa:
• Que no existe validez epistemológica en el argumento de las verdades ( se refiere a ella como narrativa global) porque ellas encierran implícita y explícitamente la ideología de grupos poderosos al estar dentro del sistema – mundo.
• Sólo puede encontrarse el sentido de las realidades sociales si se concibe el mundo como un conjunto de sistemas histórico – sociales que son entidades autosuficientes y centradas en sí mismas, que tienen reglas y que tienen vida; consiguientemente son sistémicos e históricos, por tanto la epistemología debe ser nomotética e idiográfica ,al mismo tiempo ninguna de las dos.
10. En el Ensayo” De la Sociología a la ciencia social histórica: obstáculos y perspectivas”, el autor precisa que:
• La ciencia social y particularmente la sociología no existían institucionalizadamente (siglo XIX).
• A inicios del siglo XX la ciencia social era imprecisa, siendo la sociología la disciplina que cobraba status universitario a partir del cual se expande como carrera universitaria.
• La edad de oro de la sociología puede situarse entre 1945 y 1965, posterior a dicho año la disciplina en mención toma vertientes diferentes, hasta llegar al presente siglo que como efecto de los cambios en el sistema – mundo se desafía a la sociología a repensar e incluso impensar sobre el estatuto teórico vigente. Desde esta perspectiva las posiciones teóricas de los sociólogos giraron en torno:
a. Al análisis de los orígenes del gran salto que había dado el mundo moderno como efecto del desarrollo tecnológico y
b. La forma en que las sociedades humanas podrían enfrentarse al daño colateral provocado por dicho salto.
De esta perspectiva, surge el “relato liberal”, concepción que crea el concepto de la modernidad, frente al cual se dan objeciones de corte conservador, que sostienen la inevitabilidad del modelo neoliberal y de corte radical, proveniente de las canteras del marxismo que parte del análisis del presente en términos de la lucha de clases y de revolución como acción política. Queda claro sin embargo que ambas posiciones liberales y marxistas mantienen la centralidad de las concepciones binarias del presente y la inevitabilidad del progreso histórico.
• Frente al “desarrollo generalizado” como efecto del desarrollo, surge el “desorden urbano”, escenario propicio para los sociólogos quienes se dedicaron a estudiar las desviaciones de las normas, la pobreza, delitos y otros “flagelos” sociales atribuidos a una época de transición ( de la pre – moderna a la modernidad) y que siendo transitorias tendrían solución. Aquí la sociología se erige como fuente teórica del Trabajo Social; la realidad les demostró que no sólo no se resolvieron los problemas o flagelos, sino que además incursionan en el estudio de temas “post” industrialismo, post modernismo y post colonialismo, desplazando la modernidad del pasado.
• Aparece le término de moda Globalización para hacer referencia al mundo contemporáneo, que según el autor carece de significado como término y que más bien sirve como forma de exhortación política, ya que los representantes (voceros) del neoliberalismo predican la confianza en un futuro lleno de gloria ( basta ver el papel de los medios de comunicación)
Aquí cabe la pregunta que el autor se hace: el siglo XXI promete una avanzada lineal de la tecnología y la modernidad o un colapso del sistema mundo existente? Se trata de dar cabida, frente a las concepciones newtoniana y teológica, un tercer tipo de explicación que no corresponde a las concepciones señaladas, sino a las ciencias de la complejidad que sostienen que tanto los fenómenos como las explicaciones son complejos, que cuanto más nos acerquemos al colapso, más pronto será su bifurcación.
• La necesidad de reflexionar sobre las posibilidades y prioridades del pensamiento en ciencias sociales y sobre la organización de la actividad académica que implica a la vez:
? Superar la bipolaridad entre las dos culturas del saber: lo teórico y lo metodológico como herencia del divorcio entre ciencia y filosofía.
? Reconocer que las ciencias de la complejidad ponen en tela de juicio el modelo básico de la ciencia moderna (determinista, reduccionista y lineal).
? Reconocer el frente denominado “Estudios Culturales”.
? Tratar el concepto de racionalidad material introducido por Weber, que implica la aplicación de ciertos criterios para definir cuáles son los fines últimos, sean éstos éticos, políticos, utilitarios feudales o de cualquier tipo y medir con ellos las consecuencias de la acción económica e inclinarnos por el uso del término racional para identificar proceso de reflexión, discusión, debate, de consenso relativo, de resolución.
? Evitar el uso de anteojeras intelectuales en la enseñanza de disciplinas “acotadas” que no hacen sino “coartar” la capacidad de pensamiento y que se expresan en la organización académica. En esta línea se presentan tres escenarios posible:
a. Continuar manteniendo la precaria estructura académica de las ciencias sociales, hasta que por inercia caiga.
b. Que aparezca un mesías o varios salvadores (deus ex machina) que reorganice la estructura de las ciencias sociales. (caso funcionarios, autoridades universitarias, burócratas).
c. Que sean los cientistas sociales quienes tomen la delantera para trabajar en la reunificación de las ciencias sociales cuyo efecto sea una división de trabajo más inteligente que permita un avance intelectual significativo en el presente siglo.
El autor señala que la reunificación pasa por entender que todos nos dedicamos a una misma tarea es decir a la CIENCIA SOCIAL HISTÓRICA, donde las esferas económica, política, socio – cultural no están separadas ni siquiera provisionalmente para ser analizadas, y que exige además la incorporación de la tensión entre lo particular y lo universal como aspecto cultural y la necesidad de asumir (no sólo como utopía digo yo...) la transformación del mundo del saber intrínsecamente vinculada a la transformación del sistema – mundo, que demás pasa por transformar la ciencia social a escala mundial.
11. Con relación a la Antropología, la Sociología y otras disciplinas ( como Trabajo Social, digo yo...) el autor señala que el término disciplinas hace mención a tres aproximaciones y que presentan cada una de ellas su propia justificación:
A. A categorías intelectuales, es decir las disciplinas vistas como constructos sociales cuyos orígenes pueden rastrearse en el sistema histórico en el que adquirieron forma y definición.
En esta línea pueden identificarse a su vez tres grupos de académicos:
? Cientistas que todavía se adhieren a la clásica visión nomotética y pretenden elaborar leyes sobre la conducta social de mayor generalidad posible, por medio de estudios deductivos.
? Cientistas, herederos de la tradición idiográfica, que recurren a los denominados análisis cualitativos sin identificarse con el “objeto” porque el hacerlo es expresión de poder (antropólogos, historiadores).
? Cientistas que no están en ninguno de los grupos anteriores, (variopinto) que combinan lo cuantitativo con lo cualitativo según la disponibilidad y pertinencia
B. A estructuras institucionales, que han ido adoptando una forma cada vez más elaborada desde el siglo XIX (Universidades donde las disciplinas son omnipresentes).
El autor en este punto hace una severa crítica a cómo las disciplinas llegan a conformar organizaciones donde se defienden intereses, poder y que mantienen el status quo, en tanto la organización institucional está más predispuesta a llevar a cabo proyectos multi - inter o transdisciplinarios que en el fondo lo que hacen es afianzar el saber específico de cada disciplina.
Igualmente el autor llama la atención sobre el sistema docente en las universidades, condición, cargos que en última instancia refuerzan la estructura académica de las disciplinas separadas que a su vez incide en la legitimación de la disciplina en la sociedad, consiguientemente en la producción y reproducción del saber.
C. A la cultura disciplinaria a partir del cual se comparten experiencias y debates, por tanto es importante, defender lo plural, la cultura de las temporalidades múltiples, las especialidades múltiples y los múltiples espacios - tiempos para poder comprender que la realidad – sociedad es al mismo tiempo sistémica e histórica.
Esta visión nos permitirá tener una nueva mirada y abordaje en torno a la investigación, a los métodos y metodología, a las verdaderas comparaciones entre las disciplinas, a mirar lo micro como una escenario donde se muestra lo macro y que no puede comprenderse sino con referencia a éste.
El desafio está planteado, creemos necesario enfrentarlo desde el espacio en el que nos encontremos, en la posibilidad de concretar la reunificación de las ciencias sociales a partir de la comprensión de la transición histórica entre un sistema – mundo y el siguiente que a su vez implica la transformación en las estructuras del saber.
Miguel Angel Valdivia Pinto. Dr. Sc.

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