Las personas que poseen esta capacidad pueden recordar minuciosamente todos los detalles de muchos sucesos de sus propias vidas y algunos tienen recuerdos muy tempranos, desde los dos años de edad aproximadamente. Personalmente, por mi formación en Yoga y Reiki, me intereso en este tema. No hay muchos casos aceptados científicamente, pero pueden citarse a Jill Price, Brad Williams y Rick Barón, como los más analizados actualmente. En su libro "La mente de un nemotecnista", el sicólogo ruso Alexandr Lúriya documenta el caso del periodista Solomon Shereshevski. Se citan también los casos de Marilu Henner, Louise Owen, Aurelien Hayman, Robert Pertrella y Henry Molaison.

Me gustaría saber si ya se investigó qué tienen en común estas personas con esas memorias extraordinarias, aparte de las variaciones en el tamaño de algunas partes del cerebro. Si poseer esta capacidad se convierte en una pesada carga sicológica, es difícil considerarla un privilegio. No tengo claro por qué los recuerdos de estas personas no se van borrando con el paso del tiempo y tampoco sé por qué no tienen la capacidad de ejercitar la memoria selectiva de sus recuerdos, o si es que no pueden evitar recordar, lo cual sería abrumador en el caso de recuerdos sobre situaciones traumáticas, tristes o dolorosas.

Lo más desorientador es que estas personas no saben cómo adquirieron esta capacidad, simplemente la tienen y no pueden evitar que se ponga en funcionamiento. ¿Cuál es el primer recuerdo de cada una de estas personas ? ¿ Elaboran y archivan recuerdos estando aún en el vientre materno ?

Sería fantástico descubrir si tienen recuerdos de antes de nacer, pues ésto ayudaría a comprender si realmente hemos tenido vidas anteriores y la reencarnación pasaría a ser un hecho científico digno de estudio. Las memorias de estas personas podrían utilizarse para muchas cosas, buenas o malas, y seguramente los científicos ya estarán intentando localizar los genes que producen estas supermemorias. Una limitante es que estas personas sólo acumulan recuerdos de sus propias vidas, según ellas mismas lo confiesan.

Si a estos individuos no les fatiga utilizar sus memorias y la capacidad de almacenamiento es ilimitada, fácilmente podemos ver los que podría lograrse con ellos. Las diferencias con las supermemorias de los computadores residiría en las pasiones, emociones, deseos y creencias del ser humano, lo que indudablemente afectaría los resultados de cualquier experimento controlado. Y también está, por supuesto, la discusión sobre el respeto a los derechos humanos, y mil consideraciones más.

Obviamente, no serán iguales los recuerdos que elabora y acumula, debido a su alto coeficiente intelectual y experimentada capacidad de observación, la mente de un científico, acostumbrado a pensar sobre temas altamente complejos, y los recuerdos de la gente común. Los gobiernos, con seguridad, querrán investigar cómo podrían desarrollar o despertar la memoria autobiográfica superior y ampliarla a ámbitos no personales. Imagínense de lo que serían capaces las mentes, ya de por sí privilegiadas, de científicos que han ganado el Premio Nobel en las distintas áreas del conocimiento, si poseyeran esta hipermnesia.

Considero que lo de menos sería ofrecerles apoyo sicológico o siquiátrico para sobrellevar las tensiones de esta condición de sus memorias y por lo que sé ninguno que la posee quiere deshacerse de su capacidad memorística.

No bastaría con estar plenamente seguros que poseen este tipo de memoria, sino que también habría que evaluar sus capacidades intelectuales, niveles de estudio, salud física y mental, y muchos otros factores, hasta de tipo político y religioso, antes de encontrar aplicaciones prácticas, seguras y confiables, para esta capacidad extraordinaria, más allá de la utilidad personal en su vidas cotidianas.

Comprender en qué forma el cerebro elabora y archiva recuerdos implicaría un avance en la comprensión de la hipnosis, la regresión y la telepatía, además de la reencarnación. Y este proceso de recordar está íntimamente asociado con el proceso de pensar, así que se torna doblementente interesante.

Se nos plantea el enorme interrogante de qué tan conveniente o deseable sería recordar minuciosamente todos los sucesos de nuestras vidas y en qué forma eso afectaría nuestro presente, sobre todo si recordáramos sucesos que hayan sido sabiamente sepultados en el subconsciente. Llegaremos a tener que diligenciar formatos para eximir de responsabilidad a quienes lograran hacernos recordar algunas cosas que nos impulsaran a cometer actos violentos, por ejemplo.

Hasta el momento, los investigadores dicen que esta memoria autobiográfica superior no puede desarrollarse con ningún método, que se tiene o no se tiene, así nada más, sin saber por qué, pero con el avance de la Genética es seguro que terminarán descubriendo el gen o los genes que determinan esta condición del cerebro y la posibilidad de heredarla.

En alguna literatura de la India y en autores de la Nueva Era, es común encontrar referencias al llamado "Registro Akáshico" y la forma de acceder a este banco de los recuerdos, donde supuestamente quedan guardadas las películas de nuestras vidas.

Muy interesante ésto de aumentar nuestra capacidad de recordar, pero me pregunto qué pasaría si no pudiéramos olvidar.