En España el Ministerio de Educación y Ciencia propone a las Comunidades un modelo de financiación que retribuya el presupuesto en función de una serie de objetivos en calidad de gestión. a partir de los años 90 la mayoría de los centros siguieron un sistema de financiación basado en el número de alumnos, pero coincidiendo con la transferencia de competencias en materia de educación, el número de matrículas comenzó a descender junto con el descenso demográfico. Este cambio hizo que las universidades pasaran de buscar el máximo posible de alumnos para aumentar sus percepciones económicas a promover una mayor calidad frente al descenso del alumnado.



hoy en Venezuela se plantea como criterio para la asignacion del presupuesto en función del NUMERO DE ESTUDIANTES, debilitando el criterio que representa la calidad de la docencia a través de un mayor número de profesores investigadores por niveles, tal como se asignaba el Programa de promocion al Investigador