Origen y evolución de la escuela primaria multigrado.

El origen de la escuela primaria (enseñanza elemental) ha estado estrechamente relacionado con la selección de los alumnos, proceso que se ha realizado a través de la historia de la humanidad atendiendo a diferentes momentos y criterios, los cuales abordaremos en una síntesis generalizadora.
La primera forma de organizar la enseñanza que se conoce en la historia es la individual, siendo la forma natural desde los propios orígenes de la escuela primaria; no es hasta el 30 de mayo de 1793 que un decreto francés derivado del plan Condorcet dispone la enseñanza colectiva o grupal, apareciendo las escuelas mixtas, todavía este decreto no prevé la separación de los niños por sexo.
Las escuelas separadas por el sexo fueron introducidas en Francia el 25 de octubre de 1793 por el decreto Lakonal, donde cada escuela primaria sería dividida en dos secciones, una para niñas y otra para niños, con una maestra y un maestro respectivamente.
La distribución de los alumnos por cursos y materias de enseñanza se hizo en tres ciclos sucesivos: el curso elemental, el curso medio y el curso superior, la cual fue creada por Melanchton; previa la repartición de alumnos en tres grados, no según la edad, sino según los conocimientos adquiridos. Esta organización en grupos y en cursos se extendió a la enseñanza elemental en el año 1834.
La diferenciación de la enseñanza elemental atendiendo a la religión fue introducida en Francia el 15 de marzo de 1850 por la Ley Falloux, las escuelas quedaron divididas en protestantes y católicas, en ambas se mantenía la división por sexos.
El medio social y la herencia es el factor que determina definitivamente el origen de la escuela multigrado, pues a través de estos las escuelas quedaban divididas en urbana o de pueblo y rural o de campo, y las escuelas de niños ricos y las escuelas de niños pobres.
En el año 1798 las escuelas primarias inglesas adoptan el sistema de enseñanza preconizado por Bell y Lancáster. En el año 1801 Lancaster perfeccionó la técnica del procedimiento de enseñanza y le dio su nombre “método lancasteriano”, el cual consistía en una escuela con una sola aula, un solo maestro y donde los alumnos de más edad y más avanzados en la adquisición de los conocimientos se convierten en instructores o monitores, haciendo el oficio de maestro con respecto a sus compañeros más jóvenes o más atrasados.
El principio de este método era utilizar a los alumnos como ayudantes de los maestros en el empleo del trabajo en equipos o en grupos en el aula, el mismo consistía en dividir los niños en círculos de diferentes niveles, en un mismo local, dirigidos por alumnos más aventajados revestidos de autoridad, ante la supervisión directa del maestro. Su basamento teórico estaba sustentado en la idea de que los niños tienen su lenguaje propio, su manera de ser propia, sus reacciones diferentes de la del maestro y, trabajando juntos, suelen comprenderse bien y hacer comprender mejor una explicación a un compañero.
La Sociedad Económica de Amigos del País, fundada en La Habana en 1793, tuvo a cargo la organización de la enseñanza hasta que en 1842 se dictó por el gobierno español la primera Ley General de Instrucción Pública que se promulgó en Cuba. En esta enseñanza, al igual que en los niveles medio y superior, la iniciativa de su establecimiento corrió a cargo de la Iglesia Católica.
Los datos más remotos sobre la existencia de este tipo de escuela corresponden al siglo XVIII, cuando empezaron a establecerse en casi todas las ciudades y villas del país. Los fundadores solían ser clérigos y creyentes ricos que hacían donaciones a la Iglesia, a los cabildos o ayuntamientos con ese propósito.
Los primeros vestigios de este tipo de escuelas en nuestro país, tenemos que buscarlo en la primera década de 1800, cuando Francisco de Arango y Parreño donó ocho mil pesos al poblado de Güines para fundar una escuela primaria gratuita e implantar en ella el sistema lancasteriano, adelantándose así a las medidas que más tarde propondría la sesión de Educación.
El referido método se instaura oficialmente por acuerdo de la comisión de Educación en 1820, en algunas escuelas de La Habana, particularmente en Regla, pues significaba: economía en los gastos de la enseñanza y ahorro de tiempo en la enseñanza de las primeras letras a las capas más humildes de la población.
En estas escuelas sólo se enseñaban las primeras letras, el contenido de la enseñanza elemental estaba circunscrito a la “doctrina”, lectura, escritura y las cuatro reglas con números enteros en aritmética.
A estas escuelas acudían juntos niños y niñas, blancos y negros, lo cual alarmó a los intelectuales cubanos de inicio del siglo XIX, sobre todo porque las maestras eran generalmente negras o mestizas, sin preparación alguna para ejercer la docencia y sin autorización.
En las filas del incipiente magisterio elemental de Cuba en esa época, había muy pocos maestros preparados, muchas de las maestras llamadas “amigas” eran negras o mulatas libres dedicadas a enseñar lo poco que sabían; a cuidar y entretener a los niños en sus humildes hogares.
José de la Luz y Caballero se opuso al uso de este método en las escuelitas de Regla, por el vínculo que este tenía con la enseñanza memorística, pues los niños tenían que repetir de memoria lo que le decían los que dirigían el círculo al cual pertenecían, lo que no daba oportunidad y posibilidad a los niños de razonar, pensar y trabajar por sí solos.
Este método se propagó en América, al ser introducido en 1824 por el propio Lancáster en las repúblicas recién liberadas por Simón Bolívar, quien apoyó la expansión del método lancasteriano.
Desde 1935 se estaba desarrollando en nuestro país un fuerte movimiento pro escuelas rurales, estimulado por células de militantes comunistas, debido al elevado índice de analfabetismo existente en las zonas rurales por la ausencia casi absoluta de aulas.
En 1937 se efectuó en La Habana el Primer Congreso Campesino, entre los temas que se debatieron estuvo la demanda por establecer escuelas para niños campesinos.
En este período no se genero una teoría educativa específica para la escuela primaria cubana, pero sí contribuyeron desde sus aulas los maestros a la defensa de la cubana y a promover en el ánimo de los niños campesinos el análisis de la situación precaria de su sector y en el país y darles armas ideológicas para la lucha.
En las zonas liberadas por el Ejercito Rebelde se reorganizó la vida civil y se desarrolló una intensa labor educacional, como por ejemplo en el Segundo frente oriental “Frank País”, ubicado en la zona montañosa del norte de la provincia Oriental, dirigido por el Comandante Raúl Castro Ruz, la educación recibió un apoyo e impulso extraordinarios, se fundaron decenas de escuelas en lugares donde nunca habían existido y los combatientes se convirtieron en maestros rebeldes, como sucedió también en las guerras independentistas del 68 y del 95.
Entre 1959 y 1961, se produjo el primer enfrentamiento directo de la Revolución con las condiciones heredadas de la República neocolonial, en 1959 se aprobó un Decreto-Ley, cuyo contenido estuvo dirigido a la reforma integral de la enseñanza, se abrieron 10 000 aulas de educación primaria, principalmente en el sector rural, y se duplicó el número de maestros.
La Resolución Ministerial 210 de 1975 establece una nueva forma de organización para la enseñanza primaria del sector rural, la cual contempla para este sector cuatro tipos de escuelas: escuelas graduadas, semigraduadas, concentrado de segundo ciclo y el multigrado.
Las escuelas graduadas son las que tienen todos los grados de primero a sexto sin combinar grados (puros), a veces con más de un grupo de escolares por grados, generalmente en ellas existen aulas del grado Preescolar, aunque este último no determina su denominación.
Las escuelas semigraduadas son las escuelas que solo tienen aulas del primer ciclo, sin combinar ninguno de ellos.
Los concentrados e internados de segundo ciclo agrupan a escolares de zonas muy apartadas para cursar el 5to y 6to grado. Es oportuno explicar que a partir de 1989 se analizó la conveniencia de buscar variantes que le permitieran al niño permanecer con su familia y desarrollarse en su comunidad; debido a este análisis, se eliminan estos concentrados, lo que hace que se incremente el tipo de escuela que analizaremos en el presente trabajo.
En nuestro territorio granmense más del 60% de la población vive en zonas rurales, lo que incide directamente en la estrategia de desarrollo educacional. En la provincia existen 1027 escuelas primarias, de ellas 489 son del sector rural (del llano) y 417 de la montaña, las que representan el 88,2% del total de escuelas. Estas escuelas agrupan a 1774 aulas, de ellas 1174 son multigrado, las que representan el 66,2% del total de aulas.
Como una consecuencia lógica de la política de nuestra Revolución Cubana dirigida al Desarrollo Sostenible de la Montaña surge “El Plan Turquino” como una vía para lograr la atención priorizada a los pobladores de estas zonas mediante un conjunto de transformaciones económicas, sociales y culturales, las cuales traen aparejada la disminución del éxodo de sus pobladores hacia las zonas urbanas o rurales del llano y, por tanto, hacen que aumente el número de pobladores en las zonas de la montaña, y por consiguiente de esta manera, no es sólo necesario mantener la concepción de la escuela con aulas de grados múltiples, sino incrementarla y por tanto perfeccionarla.

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