INDEPENDENCIA DE COLOMBIA

RELATOR:

Es día veinte de Julio
de Mil ochocientos diez,
Colombia está despertando
hacía un nuevo amanecer.

Un grito viene llegando,
galopa blanco corcel,
un grito de las entrañas
que eriza toda la piel.

Aviva el fuego en la sangre
adentro de cada ser,
con el canto libertario
y la fuerza del querer.

Suena el clarín en el viento
con el tambor que también,
en cada retumbe incita
las cadenas a romper.

La patria enarbola el sable
para morir o vencer,
para luchar contra el yugo
del odio y la insensatez.

Colombia saca del pecho
ese grito que a la vez,
reclama la Independencia
con valor e intrepidez.

La Independencia se asoma
con la esperanza y la fe,
tirando abajo los muros
de la ambición y el poder.

Colombia está despertando
con un nuevo amanecer,
es día veinte de Julio
de Mil ochocientos diez.

CAMILO TORRES:

José González Llorente
la pieza nos ha negado,
y ha tratado a los criollos
de pobres americanos.

A Antonio Villavicencio
con desprecio lo ha nombrado,
y orgulloso como un rey
al diablo nos ha mandado.

Yo arengo aquí a los criollos
que nuestras manos unamos,
basta ya de la soberbia
que oprime con sus tentáculos.

Basta ya del manoseo
que a esta tierra le han dado,
con ese poder que ostentan
a fuerza de latigazos.

Basta ya de estos piratas
que nos quieren como esclavos,
y pretenden de este suelo
ser los dueños y los amos.

Cabildo abierto queremos,
Santafereños los llamo,
a tomar el estandarte
para hacer nuestro reclamo.

En esta Plaza Mayor
nuestras voces elevamos.
Del necio y cruel atropello
estamos todos cansados.

Cabildo abierto exigimos
estamos pidiendo un cambio,
aquí no queremos más
vivir de brazos cruzados.

FRANCISCO JOSË DE CALDAS:

Te apoyo Camilo Torres
alcemos toda la voz,
Cabildo abierto queremos
en esta Plaza Mayor.

Los ciega tanta codicia,
los ciega tanta ambición,
con tanto orgullo se creen
los elegidos de Dios.

Engreídos se pasean
pisoteando la razón,
y asientan sólo sus bases
en el fusil y el cañón.

De poder están cebados
como negra maldición,
cualquier verdad de protesta
la tildan de rebelión.

A los criollos nos miran
de un encumbrado balcón,
donde imparten necias leyes
de crueldad y de opresión.

Quien no comulga con ellos
lo mandan a la prisión,
y a muchos otros les dieron
sentencia de paredón.

Cabildo abierto queremos
alcemos todos la voz,
unidos a un solo grito,
el grito del corazón.

RELATOR:

Al grito de americanos
Camilo Torres arenga,
al pueblo que se reúne
justo este viernes de ferias.

La plaza se convulsiona
por la instantánea revuelta,
con el grito libertario
que llevan como bandera.

Llorente en el almacén
de prisa cierra las puertas,
con el miedo que retumba
palpitándole en las venas.

Estalla el día con gritos
por toda la plaza entera,
que desmedida se agita
con sueños de Independencia.

Se suma Antonio Morales
con su voz a la protesta,
el pueblo marcha a su lado
a puro empuje, sin tregua.

Se dirigen al Cabildo
para romper las cadenas,
de pronto se cubre el cielo
con una lluvia de piedras.

Luís Rubio, el puño cerrado,
al paso enciende la mecha,
con la pólvora en el alma
que explota como centella.

José Acevedo y Gómez
de inmediato se presenta,
se une a los conjurados
en esta histórica gesta.

Que mueran los chapetones
con todo el linaje a cuestas,
José Carbonell imparte
como alarido de guerra.

La plaza convulsionada
le suelta al grito las riendas,
con galope libertario
y sueños de Independencia.

JOSÉ ACEVEDO Y GÓMEZ:

Es día veinte de Julio
en esta bella ciudad,
suena el clarín en el viento
con aires de libertad.

Se alza de sus cimientos
Santa Fe de Bogotá,
con este histórico grito
que jamás se olvidará.

Tiembla la tierra este día
vibrando como un volcán,
eterna llama encendida
que nadie podrá apagar.

Queremos Cabildo abierto
abierto de par en par,
un Cabildo ciudadano
con apoyo popular.

Exigimos al Virrey
que baje desde su altar,
que deponga el despotismo
de su endeble autoridad.

Queremos Cabildo abierto
queremos parlamentar,
ir quitando las cadenas
que esclavizan sin edad.

Unidos somos más fuertes
y así podremos lograr,
unirnos en cada gota
como las olas del mar.

Es día veinte de Julio
Santa Fe de Bogotá,
queremos Cabildo abierto,
abierto de par en par.

FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS:

Vivamos todos unidos
ciudadanos de este pueblo,
que la unión hace la fuerza
como lazo verdadero.

Que se vayan los que quieren
seguir sangrando a este suelo,
a esta tierra, bella tierra
que sentimos tan adentro.

Esta tierra nos demanda
desde el surco de su aliento,
que todos la defendamos
con profundo sentimiento.

Que se termine el ultraje,
la arrogancia, el atropello,
y unidos a un solo grito
alcemos la voz al cielo.

Unidos vivamos siempre
marchando por el sendero
con el clarín libertario
sonando a los cuatro vientos.

Aquí veo a Carbonell
al frente poniendo el pecho,
alentando esta protesta
al lado de sus “Chisperos”.

Amigos y ciudadanos
hoy ha llegado el momento,
de hacer valer lo que somos,
de exigir nuestros derechos.

Esto viene madurando
en la sangre de hace tiempo,
este grito desde el alma
que busca horizontes nuevos.

En este veinte de Julio
tenemos Cabildo abierto,
propongo a Acevedo y Gómez
como “Tribuno del Pueblo”.

RELATOR:

Santa Fe de Bogotá
extiende libre sus alas,
para llevar este grito
más allá de la distancia.

Se sigue reuniendo el pueblo
alrededor de la plaza,
en este viernes de ferias
para escuchar la proclama.

Se encienden los oradores
con pólvora en las palabras,
sobre la antigua colonia
llamada Nueva Granada.

Ninguno quiere moverse
hay perfume de esperanzas,
como un jazmín en el aire
que hechiza con su fragancia.

Independencia se asoma
con el eco de su marcha,
levantando polvareda
con el corcel de su gracia.

Carbonell con sus chisperos
arengan con toda el alma,
mientras Eugenio Melendro
frente al Cabildo se planta.

Invita Manuel de Pombo
a defender esta causa,
para librarse del yugo
que tanto oprime a la patria.

José Acevedo y Gómez
propone escribir un acta,
un acta de Independencia
soberana y libertaria.

JOSÉ ACEVEDO Y GÓMEZ:

Reunidos en este día
mis queridos ciudadanos,
que Dios bendiga esta tierra
de corazones hidalgos.

Que se eleve el estandarte
hacía el cielo limpio y claro,
con el tambor de los sueños
en el pecho retumbando.

Tenemos Cabildo abierto
y firmes todos estamos,
en este histórico día,
en este histórico cambio.

Este cambio que pedimos,
que eufóricos reclamamos,
con la voz del sentimiento
que aquí estamos expresando.

En esta Plaza Mayor
codo a codo como hermanos,
al grito de las entrañas
hoy queremos liberarlo.

Rompamos ya las cadenas
que nos tienen apresados,
viejas cadenas de muerte,
de rencor y de maltrato.

Un acta de Independencia
sostengo aquí entre mis manos,
un acta de nuevos sueños
para soltar al espacio.

Alcemos la voz al cielo
con fervor, con entusiasmo,
que venga la Independencia
con firme y seguro paso.

CAMILO TORRES:

Aquí tomo la palabra
en este lugar reunidos,
con la voz de los criollos
en este noble Cabildo.

Por esta tierra de sueños
de fértil surco bendito,
yo ofrezco toda mi sangre
para firmar este escrito.

Y arengo con alma y vida
por la patria y decidido,
a defender este suelo
de todos los enemigos.

Convoco aquí a los criollos
con el cielo de testigo,
llevar este fuego ardiente
adentro bien encendido.

Y que este veinte de Julio
jamás quede en el olvido,
que se grabe en nuestras vidas
marcando un nuevo camino.

Ese camino de gloria
que hace tiempo perseguimos,
con su propia identidad
fijando un rumbo distinto.

A cada criollo aliento
a seguir este destino,
destino de Independencia
que todos juntos pedimos.

RELATOR:

Con su séquito el Virrey
no entiende que es lo que pasa,
porque hay tanta gritería
alrededor de la plaza.

Los luchadores criollos
nacidos en esta patria,
le hacen saber lo que ocurre
por medio de una proclama.

Como un altivo soldado
Mariano Gurnica avanza,
en una mano el tintero
y en otra una pluma blanca.

Carbonell con sus “Chisperos”
a puro aliento acompañan,
y a no rendir la protesta
Francisco Fernández llama.

Santa Fe de Bogotá
en un solo grito estalla,
se acerca la Independencia
bella, justa y soberana.

Tiene ojos de horizontes,
cabellos de luna y plata,
y en el corazón esa chispa
que enciende a todas las almas.

El murmullo del Cabildo
se escucha como campanas,
con el sublime mensaje
que a toda la patria alcanza.

Se acerca la Independencia
y en cada letra del acta,
hace sentir su presencia
con el batir de sus alas.

INDEPENDENCIA:

Traigo un laurel en el alma
mi nombre es Independencia,
yo vengo a romper los yugos
y vengo a cortar cadenas.

Mi corcel es un lucero
que alumbra toda la tierra,
y a la ambición desmedida
combato siempre sin tregua.

Nunca abandono a mis hijos,
de la vida soy bandera,
el horizonte infinito
en mis ojos se refleja.

He venido a Bogotá
a terminar con las penas,
a infundirles en el alma
el poder de mi firmeza.

A liberar cada surco
para que crezca la siembra,
con el fruto bien maduro
al tiempo de la cosecha.

He venido a Bogotá
con mi galope sin riendas,
para que sientan mi acero
todas las fuerzas siniestras.

Persigo a cada verdugo
que avasalla las ideas,
y tiro abajo los muros
de codicia y de soberbia.

Despliego aquí en Bogotá
el color de mi bandera,
encendiendo corazones
al grito de Independencia.

JOSÉ ACEVEDO Y GÓMEZ:

Ciudadanos de esta tierra
celebremos este día,
este inmenso sentimiento
que retumba sin medidas.

Hacía el cielo levantemos
nuestras voces encendidas,
que aquí está la Independencia
y a ser libres nos convida.

Que este sueño se agigante,
este sueño que palpita,
en los nobles corazones
inflamados de hidalguía.

Aquí estamos congregados
por la patria y por la vida,
por querer que crezca libre
en el surco la semilla.

Ciudadanos de esta tierra
hoy la patria nos invita,
a expresarnos sin tapujos
desatando la alegría.

Prometemos todos juntos
ante Dios, en esta cita,
de seguir con esta causa
sin romper jamás las filas.

En mis manos tengo el acta
con la pluma y con la tinta,
esperando a los firmantes
por la letra de sus firmas.

Aquí está la Independencia
tan hermosa y tan querida,
que ha venido con su fuerza
a traernos su justicia.

FRANCISCO JOSÉ DE CALDAS:

Que se vaya de este suelo
quien fomente la opresión,
que pretende esclavizarnos
reprimiendo a la razón.

Al que tiene los fusiles
para dar ejecución,
y persigue al que predica
la verdad a viva voz.

Ahora mismo que se vaya
con su negro pabellón,
con el filo de su acero
despiadado y agresor.

Pues acecha entre las sombras
por la espalda y a traición,
pisa todo en su camino
sin tener contemplación.

Hace tiempo que aquí estamos
esperando esta ocasión,
de que llegue Independencia
con su brazo salvador.

Para darnos la esperanza
de que brille un nuevo sol,
una nueva primavera
con sus pétalos en flor.

Mis queridos ciudadanos,
hermanos del corazón,
que “Viva” la Independencia
con su luz de bendición.

INDEPENDENCIA:

He venido a liberarlos
hijos míos de este pueblo,
este día, será el día,
de la patria y su comienzo.

Aquí corto con mi espada
las cadenas a este suelo,
a este suelo soberano,
pues ser libre es su deseo.

Preparaos para la lucha
se avecinan fuertes vientos,
los cañones hablarán
vomitando con su fuego.

No se olviden hijos míos
que ser libre es lo primero,
y que unidos a mi fuerza
todos juntos venceremos.

Pongan firmas en el acta
con la tinta y con el sello,
que a mi nombre lo honrarán
con total convencimiento.

Soy la Santa Independencia
que cabalga el mundo entero,
donde escucho que me llaman
con mi espada voy corriendo.

Siempre firme con el paso
invisible voy y vengo,
y al poder de los tiranos
donde sea los enfrento.

He cortado con mi espada
los tentáculos siniestros,
soy la Santa Independencia
defensora de este pueblo.

RELATOR:

Santa Fe de Bogotá
se firma la Independencia,
es día veinte de Julio,
es justo viernes de ferias.

Estalla el Cabildo abierto
con los criollos de fiesta,
que dejan salir sus gritos
que unidos al aire sueltan.

Como reguero de pólvora
la noticia corre y vuela,
agitando corazones
con esta histórica gesta.

Juan Gureda saca al aire
pañuelo blanco de seda,
y muchos hacen lo mismo
para ondear como bandera.

Carbonell con sus “Chisperos”
su algarabía demuestran,
los hermanos Pey se abrazan
y a ese júbilo lo expresan.

La Plaza Mayor se viste
de sueños y primaveras,
con colores libertarios
que en los ojos se reflejan.

Golpeando palmas al viento
como una inmensa marea,
el pueblo cubre la plaza
con el fervor en las venas.

El eco de los clarines
en todas partes resuena,
con el grito que la patria
de las entrañas entrega.

Es día veinte de Julio
se graba a fuego esta fecha,
es un día de alegría,
es día de Independencia.

José Cantero Verni.