La pobreza absoluta o extrema, como la suelen llamar, no está directamente relacionada con la escasez de dinero, sino màs bien, es la constante de la pobreza de sentimientos, reducción de emociones, poco AMOR, minima alegría, débil felicidad, falta de comprensión, escasez de ternura e insignificante entrega…
Parece que la humildad y/o precaria situación económica, que enfrenta un pareja, se convierte en sinónimo de unión conyugal, consagración mutua y AMOR para siempre..
Cuando las familias viven en la pobreza, y existe en ellos, AMOR verdadero, se enfrentan con mayor compromiso filial a desigualdades sociales.
Mientras que la gran mayoría de parejas y familias, lo tienen todo en la vida, todo lo material, no tienen lo màs importante: AMOR y TOLERANCIA, requisitos claves a la hora de la convivencia y mas aun, a la hora de enfrentar retos tan difíciles, como es la pobreza extrema.
Por eso en aquellos hogares de lujo, de abundancia, opulencia y riqueza monetaria, por ningún lado se vislumbra la felicidad; son viviendas vacias, habitaciones mezquinas, espacios intolerantes, ambientes carentes de riqueza espiritual.
¿De qué vale el dinero en el seno familiar, cuando no existen sentimientos tan sublimes, como: aceptación, respeto, paciencia, abnegación, indulgencia, perdón, AMOR incondicional, sacrificio de pareja, sana convivencia?...
En los tiempos actuales, se ha cimentado las bases de los hogares, en ¿cuánto tenemos para darnos?, ¿cuánto me ofreces, ¿cuánto me das?…
Muchos quizás, pueden llamar a esta forma de vida como: resignación, falta de oportunidades de estudio y de trabajo, dejadez, abandono, irresponsabilidad, desigualdad… pero más bien es valentía, es gratitud con la vida y con Dios, con lo poco que tienen en su “existencia de pobre”, son grandes, poderosos, amables, felices, tienen un “existencia de ricos”.
Es justo y necesario, hacer un alto en nuestras vidas y agradecer al Todopoderoso, por lo que nos ha permitido tener…Es un acto de bondad.
La ofrenda más maravilloso, que podemos dar, es sonreirle a la vida…Permitir que otros crezcan con nuestra humildad… Educar a nuestros hijos en un entorno de lucha constante por ser cada dia mejor, con lo poco o mucho existente a nuestro alrededor… Dejar de ser avaro en nuestros sentimientos y pensamientos.
¡Que viva el AMOR en los tiempos de pobreza extrema! (algo así como dijo nuestro Premio Nobel de Literatura)
En los zapatos de la pobreza extrema