Néstor Parrondo - martes 22 de marzo de 2011, 10:09
La era 2.0 de Internet, en la que nos encontramos desde 2004, está a punto de llegar a su fin. Y no porque las webs vayan a dejar de ofrecer vídeos, funciones sociales o un diseño mucho más atractivo. Que nadie se preocupe, van a seguir siendo igual de bonitas y funcionales. Va a finalizar porque vamos a entrar de lleno (o ya lo estamos haciendo, según se mire) en la era de la computación en nube (cloud computing en inglés).
La nube es un nuevo paradigma que representa un cambio en la forma de acceder y utilizar internet. Con ella, podremos trabajar en programas que no estén instalados en los discos duros o memorias de nuestros equipos. Pero no sólo cambiará nuestra forma de desarrollar tareas profesionales. También de divertirnos con videojuegos o escuchar música.
La nube en el trabajo
Si hasta ahora, para poder escribir un informe o hacer un trabajo de la universidad, teníamos que comprarnos un ordenador potente, y un software que por lo general venía en una caja, con la nube las cosas van a ser más o menos así: tendremos que comprarnos un aparato (tableta, teléfono inteligente, ordenador...), pagar una conexión a internet, y acceder a una web que disponga de un procesador de texto online. Desde allí, escribiremos nuestro texto y lo guardaremos. Incluso, podremos ordenar una copia impresa de nuestro texto y que sea enviada a nuestra impresora (la serie ePrint de la marca HP es capaz de recibir archivos a través de Internet, sin necesidad de estar conectada a ningún ordenador).
No hace falta disponer de un equipo potente. Tan sólo de un aparato con conexión a internet. Una de las grandes ventajas de la nube es que nuestros aparatos (los que están en frente de nuestras narices, ya sea un netbook o móvil- no ejecutan ningún proceso complejo. Los servidores en donde se hayan los programas que estemos utilizando son los encargados de esta pesada tarea, que antes se realizaba con nuestros aparatos. Por eso, cada poco tiempo debíamos cambiar de ordenador, ya que se quedaba obsoleto ante las nuevas versiones de programas como Excel o Word, por poner algún ejemplo. Ahora, esos cambios de hardware se realizarán en los servidores y no en nuestra casa. Tan sólo nos hará falta poseer un aparato que se conecte a internet, y poco más.
Videojuegos, música y películas en nube OnLive es una plataforma de videojuegos en nube. Tan sólo hace falta comprarse un pequeño aparato, conectarlo a nuestro televisor y a internet, y a partir de ahí, disfrutar de los últimos lanzamientos de la industria del pixel. No hace falta comprarse ningún videojuego en formato físico, ni descargárselo. Los videojuegos funcionan en los servidores de la empresa OnLive, y lo único que hacemos es conectarnos a ellos a través de nuestro aparato. La experiencia es la misma que si hubiéramos comprado el Pro Evolution Soccer y lo estuviéramos jugando en nuestra consola Xbox 360. Los usuarios de OnLive tienen que pagar una cantidad de dinero al mes para poder disfrutar de su catálogo.
Spotify es ya un viejo conocido. Por una módica cantidad de dinero al mes, se puede disfrutar de un gigantesco catálogo de canciones. También se puede acceder a este servicio de una forma completamente gratuita, pero a cambio, habrá publicidad entre tema y tema.
Al igual que Spotify,
Netflix ofrece a sus subscriptores -por una módica cantidad al mes- un grandísimo videoclub desde el que se puede disfrutar desde los últimos estrenos de cine, hasta clásicos inmortales. de moemtno, no está disponible en España.
Ventajas y desventajas de la nube
Las ventajas de la nube son varias: no hará falta poseer un equipo informático excesivamente caro ni potente para poder trabajar en campos en los que en la actualidad este rango de ordenadores es necesario, como en la edición de vídeo o el diseño. La potencia la pondrán los servidores de los proveedores de estos servicios. Tampoco será necesario tener en casa un disco duro gigante en el que almacenar terabytes de datos. Cuando queramos ver una película, escuchar un disco o jugar a un videojuego, sólo nos hará falta conectarnos al proveedor y nada más, sin necesidad de esperar a que los datos se descarguen. La nube también podrá hacer que el teletrabajo se imponga: desde casa podremos acceder a los últimos datos de nuestra empresa, y realizar las tareas asignadas desde cualquier sitio.
La primera desventaja clara es la de que nuestro archivos dejarán de ser nuestros, en el sentido de que estarán almacenados en los servidores de nuestro proveedor, y no en el disco duro de nuestra casa. Otro aspecto importante que se ha criticado de la nube es que cualquier corte en el servicio podrá poner en peligro nuestro trabajo. Esta reflexión debe tomarse con cautela ya que ¿cuántas veces se nos ha quedado colgado el ordenador mientras escribíamos algo importante, y cuantas veces se han caído los servidores de Yahoo, por ejemplo? Diría que miles de veces en el primer caso, y ninguna en el segundo.
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