En la educación, el currículo es el camino donde se describe en orden secuencial y estructural los objetivos de aprendizaje, de acuerdo a los procesos y progresos de sus beneficiarios que es este caso son los “alumnos”, ajustándose a las edades, los ritmos, intereses y estilos de aprendizaje. Partiendo de esta premisa, el currículo cambia y se transforma de acuerdo a las estructuras sociales, históricas, políticas y económicas de una cultura y por las motivaciones personales y grupales que la comunidad necesita.

El currículo vital tiene relación estrecha con el currículo escolar, la escuela prepara, según unos objetivos claros y planificación de experiencias claves, la formación que la sociedad necesita priorizando en las metas personales y capacidades de cada persona, que luego serán profesionales en cualquier área laboral. Tanto en la escuela como la vida, regular los procesos, para que se dan de una forma secuencial y organizada de acuerdo a la intencionalidad, ajustada a la realidad sociocultural, ya que no siempre lo que se planea, ejecuta y aprende en la escuela se puede aplicar en la vida, por múltiples aspectos y necesidades externas: socio-cultural y económica-política de la sociedad.

Los procesos educativos y socio culturales se hacen necesarios en el ser humano para ir adquiriendo habilidades, capacidades, conocimientos y saberes que le sean productivos para toda su vida, es decir el currículo en la escuela debe tener en cuenta la experiencia del alumno, llamado ideas previas para unificarlos con las competencias que el docente desea desarrollar, dichas experiencias de aprendizaje deben apuntar a: conocimientos, procedimientos y actitudes que proporcionen a su proceso de socialización que se inicia en su núcleo familiar, del cual lleva normal, creencias y patrones interiorizados por la convivencia con su familia y en la escuela los moldeará y ampliará hacia otros tipos de relaciones y conocidos como son sus amigos, sector productivo y comunidad docente, este es el aprendizaje primordial que la escuela tienen planeado en sus objetivo general de la 115 de 1994, Ministerio de Educación Nacional de Colombia: “La educación es un proceso de formación permanente, personal, cultural y social que se fundamenta en una concepción integral de la persona humana, de su dignidad, de sus derechos y de sus deberes”. Según estas necesidades se construyen escuelas, siendo las responsables de realizar una lectura del contexto para ajustar sus propuestas educativas según los requerimientos sociales, proyectando la formación de personas útiles y productivas a la sociedad, aportando cultura y desarrollo a un país; claro está que el currículo está inmerso en las escuelas de cualquier nivel educativo: preescolar, básica, media o superior, incluyendo la educación no formal e informal.

Al estudiar sobre el currículo, se observa que diversos autores apuntan a una misma definición: “el currículo es el plan que pretende la escuela con relación a la realidad social, relacionando la teoría con la práctica para convalidar las propuestas educativas de la escuela”. Pero en algunas ocasiones se ha relacionado la palabra currículo con plan de estudios, diferenciando cada una de ellas, se puede decir que el plan de estudios hace parte del currículo, este enmarca los procesos de planeación de procesos de enseñanza – aprendizaje, metodologías, actividades y evaluación, y el currículo enmarca todos los componentes de gestión institucional: directiva, administrativa, académica y de comunidad.
Aun así, la escuela se encuentra en un dilema cultural, social, político y educativo, el sector gubernamental impone teorías y lineamientos educativos que apuntan a una evolución de la educación con calidad, eficacia y eficiencia que deben estar inmersos en el currículo pensando en mejorar, obligando a las instituciones a formar personas productivas con escasos recursos, pero la realidad en la escuela, muestra una gran brecha entre la teoría dictaminada por los mandatarios, lo que desea el sector productivo, lo que está escrito en el currículo y su aplicabilidad en el aula de clase, los docentes tienen el reto de llenar vacíos familiares, entender la dicotomía entre los valores de los sujetos en formación y formas de actuar de los alumnos, lo cual los lleva a modificar el currículo formal con base en el currículo real y el oculto.

En conclusión se puede decir que el aprendizaje de las personas se da en cualquier tiempo, espacio o lugar, ya que las experiencias del entorno nos brindan estímulos constantes para adquirir saberes, habilidades, actitudes y destrezas que servirán para convertirse en sujeto activo de la sociedad a la que pertenece. Así mismo, la Escuela como institución formadora de sujetos críticos, pensantes y activos aporta a la sociedad seres llenos de habilidades específicas que necesita para el desarrollo económico, social y político de su cultura, por ello la escuela debe planear estratégicamente sus objetivos, metodologías de trabajo, actividades académicas y evaluaciones para dar respuesta la comunidad que atiende, todo esto se relaciona en un “currículo”, siendo importante su organización y formulación ya que define el horizonte institucional en la formación de sus benefactores. Cada institución educativa tiene su propio currículo, estructurado según las necesidades de su comunidad y de su entorno, la familia según ese currículo busca la institución que mejor se ajuste a sus motivaciones e intereses.