EL PAPEL DEL TERAPEUTA DEL LENGUAJE / FONOAUDIÓLOGO EN LA INCLUSIÓN EDUCATIVA



Por: Néstor Antonio Pardo Rodríguez*
nestorpardo.col@gmail.com

*
Terapeuta del Lenguaje / Fonoaudiólogo, titulado por la Universidad Nacional de Colombia. 32 años de experiencia en los campos de Educación (regular, especial e inclusiva), Salud (prevención y rehabilitación), Promoción Comunitaria y Cooperación Internacional: 16 años en Colombia, en instituciones gubernamentales y privadas de nivel nacional, departamental y municipal y 16 años de experiencia internacional en Bolivia, Nicaragua y Perú.

Ha sido Secretario de Educación Municipal, Asesor de Concejo Municipal en el tema de Educación, Creador de Programas de Educación Especial, Promotor de ONGs relacionadas con la temática de la Educación y Terapeuta del Lenguaje (sectores Público y Privado) en Colombia. Cooperante de la ONG de Cooperación Internacional Británica CIIR / Progressio en Nicaragua y del Servicio Internacional Británico en Bolivia. Docente Universitario y Conferencista. Coordinador Proyecto Centros de Estimulación Temprana. Alcaldía de Cobija, Bolivia.

RESUMEN

El artículo presenta una visión general sobre el papel del Fonoaudiólogo o Terapeuta del Lenguaje en la Inclusión Educativa, como integrante de un Equipo Transdisciplinario de Apoyo.

También lo ubica liderando procesos de capacitación a la comunidad, padres y docentes sobre las diversas modalidades comunicativas (convencionales y alternativas) que puede utilizar un estudiante con Necesidades Educativas Especiales, viabilizando la optimización comunicativa en los entornos familiar, escolar y comunitario, para lo cual se requiere controlar, entre otros aspectos el ambiente y sobre todo las características acústicas del aula.


Palabras Claves: Inclusión, Discapacidad, NEE, Logopedia, Fonoaudiología.

INTRODUCCIÓN

Según Miller (1979), sin comunicación, la organización social es imposible. El individuo que no habla con ningún miembro de un grupo está necesariamente aislado y no puede adquirir el conocimiento, ya que éste se construye mediante el intercambio dialógico que permite negociar la interpretación del mundo.

Una de las características comunes a los diferentes estudiantes que presentan NEE relacionadas con o sin lo que antes se llamaba “discapacidad” y ahora para darle un tinte menos clínico se denomina “limitaciones en la acción”, es la dificultad en su comunicación, lo cual se traduce en aislamiento dentro de su propia familia y consecuentemente en la Escuela y Comunidad. Por lo tanto para mejorar la calidad de vida de estas personas se requiere la optimización de su comunicación a través de varias alternativas, lo cual permite un incremento en su autoestima, autonomía, relaciones interpersonales y ocupación, dada s por: la educación, vida familiar, actividades comunitarias, y empleo.

El Fonoaudiólogo dentro de un contexto inclusivo busca precisamente fomentar las competencias comunicativas de padres de familia, docentes, equipo de apoyo y estudiantes a través de un proceso de acercamiento a las necesidades y potencialidades del individuo. Se acuerdan así estrategias conjuntas, con la finalidad de que tanto el sistema elegido como los elementos que lo componen concuerden con la realidad en la que estos y su familia se desenvuelven.

Este artículo presenta una visión general sobre el papel del Logopeda, Fonoaudiólogo o Terapeuta del Lenguaje en la Inclusión Educativa, buscando el intercambio dialógico entre profesionales y comunidad, con el propósito de abrir espacios de participación como un modelo de vida en el cual todos los miembros pueden expresarse, disentir o estar de acuerdo y crear una variedad de posibilidades frente al futuro del ser humano.

EDUCACIÓN INCLUSIVA Y NECESIDADES EDUCATIVAS ESPECIALES

El concepto de Necesidades Educativas Especiales hace referencia a todas las barreras que afectan el aprendizaje y la participación de una persona dentro de su comunidad educativa. Aunque se asocia frecuentemente con las personas que presentan alguna discapacidad, su perspectiva es más amplia. Implica el reconocimiento de que todos los educandos son diferentes y pueden aprender, independientemente de sus condiciones personales, sociales o culturales.

Una Escuela o Unidad Educativa Inclusiva exitosa debe propiciar e implementar medidas para que la Comunidad Educativa asuma:

 El valor de la diversidad como un elemento que enriquece el desarrollo personal y social, tanto de los educandos como de los educadores, padres de familia y autoridades educativas.
 El diseño y puesta en marcha de un proyecto educativo participativo, cuyo énfasis sea la educación para y con la diversidad.
 La implementación de un estilo pedagógico que reconozca y se adapte a las diferentes capacidades, motivaciones, ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes.
 El establecimiento de criterios y procedimientos flexibles de evaluación y promoción.
 La disponibilidad de un Equipo Profesional Transdisciplinario de apoyo para la planificación y desarrollo de Acciones Pedagógicas Institucionales que abarquen todas las necesidades y realidades del Centro Educativo.

Con base en este último aspecto es que se hace presente la figura del Logopeda, Fonoaudiólogo o Terapeuta del Lenguaje.

FONOAUDIOLOGÍA E INCLUSIÓN EDUCATIVA

Holland (1994), citada por Cuervo (1999) argumenta que “importará poco que los fonoaudiólogos generen más conocimiento y amplíen el alcance y la sofisticación de sus habilidades clínicas para atender las poblaciones –tradicionales y nuevas – de personas con discapacidades de la comunicación, si no son capaces de lograr que los servicios lleguen a quienes los necesiten”

Cazden (1991), dice que los espacios de la vida escolar se nos presentan como una multiplicidad de acontecimientos comunicativos. La escuela, como toda institución social, es un sistema de comunicación. El entramado proceso de enseñanza – aprendizaje principalmente se vincula a través de las interacciones sociales discursivas de maestro – estudiante, que deben ser optimizadas.

En este sentido, el papel del Fonoaudiólogo es diseñar y ejecutar programas de prevención, promoción, diagnóstico e intervención a estudiantes con y sin desórdenes de comunicación, y asesorar a maestros y padres entre otros (Flórez 2004), en conjunto con un equipo transdisciplinario de apoyo. Esto contribuye a que los estudiantes puedan participar, tanto como les sea posible, en todos los aspectos de su vida educativa, social y vocacional; y los prepara para responder a las demandas comunicativas del mundo del trabajo en el siglo XXI (American Speech and Hearing Association – Asociación Estadounidense de Habla y Lenguaje).

ROL DEL FONOAUDIÓLOGO EN LA INCLUSIÓN EDUCATIVA

El Fonoaudiólogo dentro de un contexto inclusivo busca la optimización de las competencias comunicativas de padres de familia, docentes y estudiantes. Para ello se requiere la ejecución de un programa individualizado de estimulación para la comunicación que debe ser diseñado sobre la base de una evaluación transdisciplinaria cu idadosa de cada persona. Es especialmente importante incluir a la familia como principal integrante del equipo estimulador.

El equipo de apoyo transdisciplinar evalúa las características y necesidades motoras, cognitivas, sensoriales, comportamentales y comunicativas. Posteriormente analiza la situación con base en el conocimiento compartido, y llega a una propuesta de atención en conjunto con el estudiante y su familia, con miras a una real inclusión social. Así se reconoce el protagonismo de la familia y la comunidad para promover el desarrollo del individuo a través de un sistema de atención adaptado a sus necesidades.

Como el prefijo "trans" indica, la transdisciplinaridad trata con lo que está, al mismo tiempo , entre las disciplinas, a través de las diferentes disciplinas y más allá de todas las disciplinas. Su objetivo es la comprensión del mundo presente, y uno de los imperativos para eso es la unidad del conocimiento. Así, el intercambio dialógico entre profesionales y comunidad abre espacios de participación como un modelo de vida en el cual todos los miembros pueden expresarse, disentir o estar de acuerdo y crear una variedad de posibilidades frente al futuro del ser humano.

El Terapeuta del Lenguaje, Fonoaudiólogo o Logopeda asume por medio de este enfoque un papel provocador para el análisis de los potenciales cambios que debe asumir una persona que presente dificultades para comunicarse adecuadamente, teniendo como base las necesidades en la clase, la escuela y el currículo.

También debe considerar las necesidades de la persona en relación con las actividades de la comunidad, tales como grupos religiosos y recreativos.

Por este motivo el Fonoaudiólogo debe buscar el consenso con el equipo transdisciplinar de apoyo, los educadores y la familia, para buscar la mejoría en la calidad de vida de las personas que presentan dificultades graves de comunicación, fomentando el conocimiento y uso de las modalidades tradicionales o las Modalidades Alternativas para la Comunicación. En este sentido, dentro del proceso de acercamiento a las necesidades y potencialidades del individuo se acuerdan decisiones y estrategias conjuntas, con la finalidad de que tanto el sistema elegido como los elementos que lo componen concuerde n con la realidad en la que éstas y sus familias se desenvuelven.

Otro aspecto importante del rol del Fonoaudiólogo es el control de las condiciones acústicas del aula. El ambiente sonoro tiene mucha influencia sobre la capacidad de escuchar, porque el niño "se entrena" a escuchar los sonidos que percibe o sea a enfocar su atención sobre lo que desea. Si las condiciones de ruido en el medio son demasiado fuertes, el niño se ve obligado a protegerse y deja de escuchar, bloqueando el acceso de información al Sistema Nervioso Central (véase información sobre sinapsis recíprocas en el órgano de Corti).

Lo anterior es muy importante para los casos de niños con autismo, síndrome de Down, síndrome de X Frágil e hipoacusia, quienes tienen grandes dificultades para comprender la palabra hablada. Debemos recordar que estos tipos de niños, que no comprenden bien los mensajes lingüísticos, son extremadamente sensibles a la manera en que los mensajes son expresados. Así pues, la entonación y la inflexión de la voz se vuelven muy importantes. La misma información puede ser "traducida" por el niño en formas muy distintas de acuerdo a cómo fue dicha. Algunas invitan a que el niño obedezca alegremente, y otras, en cambio, pueden provocar un rechazo total.

Pero igualmente muchos niños de nuestra actual era presentan limitaciones en sus capacidades para aprehender la información auditiva, debido a la interferencia del ruido en los hogares, las guarderías, los centros de estimulación y colegios. Más allá de los obvios problemas asociados con la pérdida auditiva, están aquellos que involucran el procesamiento de la señal del habla (abstracción u organización de la información). Parece que tales niños adquieren el lenguaje más lentamente y por lo general experimentan también dificultades al aprender a leer (deHirsch, 1961; Menyuk, 1976).

Observamos que los salones o aulas que dan a la calle o vecinos al patio de recreo tienen un factor dispersante importante y los niños presentan una mayor inquietud, incidiendo directamente en el área educativa, ya que se altera la comunicación, sobre todo con los ruidos de impacto, tales como bocinas, caños de escape libres, propaganda callejera, gritos de otros niños, etc. Los estudiantes también elevan el volumen de su voz, los maestros deben repetir reiteradas veces su mensaje, con el consiguiente esfuerzo vocal y pérdida de tiempo.

El ruido parece interferir con la de atención, memoria y la capacidad de los niños para discriminar entre estímulos auditivos significativos, sobre todo del campo del habla. El ruido de fondo, en particular los murmullos, los gritos de otros estudiantes jugando fuera del aula o en el aula vecina y el discurso irrelevante, interfieren en la capacidad de los niños para comprender la palabra hablada. Esto puede tener serias consecuencias para el rendimiento académico.

CONCLUSIÓN

La constitución de lo humano se da fundamentalmente gracias al lenguaje, pues ambos están indisolublemente unidos como las dos caras de una moneda. Así pues, lo humano sólo es posible en el ámbito de la cultura y no puede darse sin el lenguaje. La importancia que cobra esta concepción para nuestras reflexiones radica en la particular relación que tienen estos planteamientos con el campo de la educación. La educación, en cualquiera de sus formas, incluyendo obviamente la escolarizada, es un acto de comunicación que está mediatizado por el lenguaje.

Por su parte, la escuela, como toda institución social, es un sistema de comunicación. Por lo tanto, toda escuela debería beneficiarse de los servicios logopédicos o fonoaudiológicos escolares pues las habilidades lingüísticas y comunicativas constituyen el fundamento de todo aprendizaje y un prerrequisito esencial para un buen desempeño académico, desarrollar habilidades sociales y llegar a ser ciudadanos responsables y desempeñarse productivamente en el mundo del trabajo.

Todo lo anterior implica la importancia que tiene el profesional de Logopedia, Terapia del Lenguaje / Fonoaudiología al interior de la entidad educativa inclusiva, ya que puede contribuir al replanteamiento del modelo de “aprehendizaje” de la realidad, asumiendo en primer lugar las estrategias que favorezcan el normal desarrollo del lenguaje y las habilidades comunicativas como base de las demás adquisiciones académicas, comenzando por una significativa capacitación del equipo transdisciplinario de apoyo, los docentes y la familia en estos aspectos, así como en la generación de un programa que permita analizar el nivel comunicativo de los educandos, detectar las dificultades que se presenten, prevenir en el futuro la aparición de éstas, corregir las que se encuentren y lanzarse hacia la búsqueda de un nivel de excelencia comunicativa entre todos los actores del proceso educativo y en todas las modalidades.

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