Como una vez dijo Kotepa "Escribe que algo queda" y escribiendo se expresan sentimientos importantes, decido hoy compartir estas líneas que parten de mi corazón, en vista de que a raíz del gran acontecimiento mundial del rescate de los mineros chilenos, no he podido dejar de hacer analogías de las enseñanzas recibidas a lo largo de mi formación como Magister en Gerencia Educativa en la cual aprendí tantas cosas valiosas e importantes para la vida y que ahora veo reflejadas en la perfecta comunión de estos 33 hombres que bajo circunstancias extremas han logrado salir con éxito y con un panorama demás favorable comparado a todo lo que les tocó vivir.

La vida de estos hombres dio un giro de 360° y si lo analizamos desde el punto de vista de la gerencia, no hicieron más que eso en sus vidas: gerenciar, ser líderes conscientes, eficaces y allí los ven, sin tener una gran preparación, sin haber desempeñado cargos de importancia, están saliendo airosos y cada uno de ellos incluso administrando una nueva empresa que la vida les colocó gracias a la actitud desempeñada.

No olvido nunca una de las preguntas que me hicieron en uno de los tantos trabajos que me tocó investigar "El líder nace o se hace?" creo que en esta situación recientemente vivida en la Mina San José, está la respuesta a todo, es imposible decir que 33 personas juntas en ese refugio nacieron para ser líderes, pero lo fueron!, me hubiese encantado tener este argumento del rescate chileno a mano para dar mejor explicación a la pregunta del trabajo de entonces: La Solidaridad demostrada, las normas de convivencia llevadas a cabo de manera tan eficaz, la disciplina, el liderazgo, los deseos compartidos, la responsabilidad de asumir el cuidado de sí mismos y de sus compañeros, la tolerancia ante la tensión vivida, el humor sobreponiéndose ante la angustia, la esperanza sobre la incertidumbre, todos estos elementos se consolidaron en la determinación de estos hombres, que se propusieron como meta vivir y como estrategia permanecer unidos. En una situación similar cualquiera hubiese pensado que la cordura poco duraría y sin embargo se mantuvo el equilibrio y el hecho de compartir la misma pena se convirtió en un reto del cual todos salieron airosos.

Luego de pasar 17 días donde ya se les daba por muertos, se pudiera inferir que al hallarlos o establecer contacto con el mundo exterior, quisieran salir desesperados, gritar o llorar y contrariamente a esto, todos entonaron juntos el Himno de su Patria, todos mantuvieron la calma y esperaron, casi dos meses más.

Al salir de las entrañas de la Tierra, la gran mayoría de ellos dio muestras de energía, de alegría, de entusiasmo que contrariamente a ser los de fuera quienes les animaran, fueron ellos quienes fueron inyectando en cada rescatista, gobernador y político, en cada familiar, reportero y corresponsal, en cada televidente de todas partes del mundo, una sonrisa, una esperanza, una lágrima de alegría inmensa y unos deseos gigantescos de vivir, de luchar, de reconocer la existencia de un Dios que es capaz de permitirnos presenciar este tipo de milagros y de tener fe en la ciencia, en la tecnología y en el corazón de muchos seres humanos.

Creo que el mundo entero tiene una visión diferente de la vida después de ver la actitud de estos mineros…
Qué gran lección de gerencia nos han dado!!!
Se me ocurrió hoy compartir con ustedes estos sentimientos, por haber sido mis profesores, tutores, compañeros y guías en este hermoso transitar de la gerencia, pero con esta experiencia aprendí también que esta Gerencia tan estudiada, no es otra cosa que tener una gran actitud hacia la vida y un horizonte claro de lo que deseamos.

Un gran abrazo y gracias por leer estas líneas.

Carmen Alicia González