Apreciables Lectores, los coyotes son personajes muy interesantes en el desarrollo de actividades productivas. En el Sistema Financiero Informal, la coyoteada se ubica en el área de los prestamistas, y almacenadores de diversos y variados productos, que cubren al sector comercial informal. La diferencia entre la formalidad y la informalidad radica en la supervisión y control. Así, el Sistema Financiero Formal es supervisado y controlado por la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) y por el Banco Central de Honduras (BCH) que dicta la política monetaria y crediticia del Estado. El Sistema Financiero Informal no es vigilado ni supervisado y la COYOTEADA opera en el libre mercado y son principales generadores de la producción agrícola de Honduras. Sabemos que el crédito agropecuario se ha reducido a su mínima expresión por el alto riesgo de las actividades agrícolas y pecuarias. Se habla de crédito subsidiado que al añadirle los altos costos de transacción financiera este crédito llega tener un precio o tasa de interés más alto que cualquier precio o tasa de interés que ofrecen los COYOTES en el financiamiento de las actividades productivas en las áreas rurales y cuasi urbanas. Además el crédito subsidiado genera altos costos para el demandante en la obtención de dicho crédito subsidiado. VER EL ENLACE EL FINANCIAMIENTO AL SECTOR AGROPECUARIO DE HONDURAS 1970 2006 PERSPECTIVAS

http://www.monografias.com/trabajos93/financiamiento-al-sector-agro...

En el pasado participamos en una investigación sobre el financiamiento de la producción en las áreas rurales de Honduras. Se valido la información de que en las áreas rurales los productores tienen capacidad de ahorro, además la investigación permitió estudiar y analizar el comportamiento de los coyotes (prestamistas, “amigos”, casas de empeño, financieras) en el financiamiento de la producción agropecuaria. (Ver documentos de PRODEPAH Proyecto de Desarrollo de Políticas Agrícolas de Honduras.). Lo interesante de estos estudios es la presencia de coyotes Centroamericanos de acuerdo a los entornos de los departamentos fronterizos. Los coyotes salvadoreños, hondureños, guatemaltecos y nicaragüenses participan activamente en el financiamiento de la producción agropecuaria. Hay evidencia de que los coyotes llegan hasta la finca o parcela de tierra del productor a ofrecerle crédito que es pagado con una importante parte de la producción que genera el pequeño o mediano empresario rural. Y hay evidencia de que al momento de recoger lo convenido, los coyotes llevan en sus transportes: desgranadoras, básculas, sacos, aguja e hilo para costurar los sacos ya pesados. Similar procedimiento ocurre con variados productos agropecuarios.
Después, nos asustamos cuando nos informan que las piñas, los frijoles, el maíz, el café, el queso, la mantequilla, y gran cantidad de productos agropecuarios traspasan las fronteras rumbo a El Salvador orientado por coyotes pipiles, y Rumbo a Guatemala orientada por los coyotes Chapines, y rumbo a Nicaragua orientada por coyotes mucos. Nos asustamos de la escases de los frijoles rojos y de los altos precios que ha alcanzado, (y en este sentido es interesante que a muchos hondureños no les gustan los frijoles negros. Dios nos Salve). Nos alarmamos y alegramos de que ya llegaron los frijoles rojos de Etiopia. Nos afligimos por la especulación de los frijoles por el exceso de demanda ocasionada por el traslado de granos básicos y otros hacia el resto de la región en detrimento de los consumidores que viven en este bello territorio hondureño.
A pesar de todo, los coyotes salvadoreños y otros coyotes son indispensables en el sostenimiento de la vida de las áreas rurales y urbanas de Honduras, en el sostenimiento de un conformismo generado por la falta de visión y falta de políticas de desarrollo agropecuarias en el control de la producción agropecuaria con intervención del Estado, hacia un Estado Benefactor. Debemos de recordar que el sector agropecuario ha perdido la rentabilidad con respecto al sector comercio y servicios, y también ha perdido su rentabilidad respecto a muchas actividades del sector industrial y en este sentido y según la ley generalizada de Willians Baumol se gtenera un efecto migratorio de la mano de obre especializada en el sector agropecuario hacia actividades del sector comercial y de servicios. En base a todo lo anterior El Estado debe subsidiar la producción agropecuaria y controlar y supervisar su producción integrando a los coyotes a la formación de cajas de ahorro y crédito rural hacia la formalización de las actividades productivas del coyotaje.

JOSÉ SALOMÓN PERDOMO MEJÍA
Rector del IICES (Instituto de Investigación Científica y Educación Superior)
Rector del CIMES (Centro de Investigaciones Matemáticas Económicas y Sociales)

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