Empezó el 2012 y como todo año trae diversas fechas dentro del conocido por algunos (as) y desconocido por otros (as), calendario ecológico. El calendario ecológico congrega diversas fechas relacionadas a las prioridades medioambientales de la civilización humana dentro de su evolución natural y forzada por abarcar de forma inteligente y decidida la temática medioambiental global, regional y nacional. El mes de enero considera dos fechas creo yo claves: Día de la educación ambiental – 26 de enero y el Día de la lucha contra el cambio climático – 28 de enero. Al respecto si hacemos un breve análisis de nuestras realidades (distritales, provinciales, regionales y nacionales) podremos concluir brevemente que los actores del desarrollo de tales jurisdicciones (Municipalidades, Ministerios, Universidades, Organizaciones de base, Empresas, etc.) en la mayoría de oportunidades no han priorizado adecuadamente acciones (corto plazo) en la temática medioambiental, menos aun programas y proyectos (mediano y largo plazo). Yo creo que la implementación de acciones, proyectos y programas de educación ambiental no solo es competencia del sector educación, es parte del reto de todos (as) los (as) ciudadanos (as), ya que todos (as) por el simple hecho de ser ciudadanos (as) tenemos cierta injerencia al respecto. He leído diversas publicaciones y gran parte de ellas coinciden en que los principales problemas medioambientales que agobian a nuestro planeta azul: contaminación, pérdida de biodiversidad, cambio climático, desertificación y sobrepoblación pueden y podrían ser solucionados en distinto grado con ayuda de inversión social en educación ambiental. La educación ambiental empieza así como la práctica de valores desde el mismo hogar. Reflexiono al respecto cuando recuerdo a mi padre explicándome a cerca de algunas malas prácticas que El observo durante sus días de pescador aficionado en algunas peñas de la provincia del Santa (Ancash), me hacia referencia a la pesca con explosivos, yo con mi corta edad (aprox. 10 años me preguntaba por que no pescar de la forma convencional, entiéndase sin dañar la naturaleza de forma tan agresiva), pasaron años para que desde mi formación universitaria entienda con mayor detalle lo grave de esa mala práctica. Agradezco por haber recibido buenos consejos de mi padre sobre “el buen trato a la naturaleza”, y ahora con motivo de este artículo me pregunto ¿que hubiera sido de mí si en vez de esos buenos consejos y buenos ejemplos, hubiera tenido malos consejos y malos ejemplos?. Me respondo automáticamente en vez de promover la protección, conservación y manejo sostenible de los bienes y servicios que nos ofrece la naturaleza (tal como hago en la actualidad), me hubiera dedicado a destruirla, modificarla a mi antojo, contaminarla sin piedad, etc. Es determinante desde temprana edad hablar y mostrar a nuestros (as) hijos e hijas lo necesario que es actuar de forma responsable con nuestro suelo, agua, aire, ecosistemas, en general con nuestro pequeño planeta azul como reza el dialogo de Carl Sagan sobre como desde la sonda Voyager (que transitaba una orbita superior a Neptuno) se podía apreciar el pequeño punto de luz denominado “tierra”. Nuestro planeta si bien es enorme para nuestra escala, no lo es para soportar los estilos en muchos casos irracionales de más de 7000 millones de seres humanos, claro que nuestro planeta ya nos pide auxilio por ejemplo con los notorios cambios en el clima a esta local, regional y global. Hace unos 20 años recuerdo que se podían apreciar las famosas cuatro estaciones (verano, otoño, invierno y primavera) ahora me es imposible ver esos espaciamientos, ese ejemplo gráfica claramente lo que quiero decir: debemos actuar dentro de nuestras posibilidades ya sea en nuestro hogar, nuestro trabajo, nuestra comunidad, barrio, urbanización, etc., con nuestros (as) amigos (as), compañeros (as) de trabajo, etc. debemos utilizar en nuestras charlas consejos e información para mejorar en algo los estilos de vida que hemos heredado de forma equivocada en muchos casos. Me pregunto tan difícil es rechazar tantas bolsas de plástico, evitar el uso de productos desechables (bebidas embotelladas, utensilios de comida, etc.), intentar buscar y participar en acciones de forestación y reforestación con especies nativas, evitar la quema de residuos sólidos, intentar despejar nuestras dudas sobre la gestión medioambiental en nuestro distrito o provincia con nuestro (a) regidor o regidora, alcalde, alcaldesa, gerente municipal, etc. Si analizamos gran parte de estas y otras acciones no son cosa de otro mundo, son acciones que se implementan cuando hay conocimiento de la causa y efecto de una situación en este caso por ejemplo de la quema de residuos sólidos, si quemamos tales residuos se desprenden gases dentro de ellos el archiconocido y escuchado dióxido de carbono (C02), la molécula en mención puede contribuir a acentuar el efecto invernadero (primera etapa), calentando pequeños núcleos en las grandes ciudades, luego el calentamiento aumenta a escala planetaria o calentamiento global (segunda etapa) y finalmente el clima de distintos lugares se ve alterado, esto en una escala de décadas (tercera etapa). Entonces con conocimiento, decisión y condiciones es posible implementar acciones de educación ambiental partiendo del hogar, ya que con estas acciones podremos hacer la diferencia aunque los efectos de nuestras buenas acciones para enfrentar al cambio climático se vean en años o décadas, las mismas serán parte de nuestra contribución a la solución y no al problema. Necesitamos urgentemente afirmar y reafirmar compromisos en pro de nuestro medioambiente, no lo hagamos solo por nosotros (generación actual de seres humanos que habitamos la tierra), hagámoslo también por las otras formas de vida que merecen también respeto y existir plenamente y hagámoslo por las futuras generaciones de seres humanos que aun no nacen pero lo harán paulatinamente. Estos dos grupos merecen existir en un planeta medianamente habitable, ya que perfectamente habitable no podrá llegar a ser en la actualidad, por que ya el homo sapiens puso sus manos y tecnología con fines de modificar al máximo este nuestro “planeta azul”. Tenemos aun muchos meses y fechas dentro de este calendario ecológico para reflexionar y actuar como ciudadanos (as) y jóvenes decididos (as) por ser recordados como un sector creciente de la población mundial que quiere actuar a favor del medioambiente no contra de El.