En estos dias he dejado de escribir y de visitar a mis amigos de la Red. Estaba un poco preocupado. Pero la red se convierte en el pretexto para existir con otros. El docente no es un solitario de la escuela sino un escritor de su aula, un lector de la vida cotidiana, un investigador. Es en si mismo un escritor de verdades, de sus proias verdades hiladas en la escencia de su actuar, de su pedagógia. Quiero decir entonces que el docente, el maestro, el educador, es un escritor de libros mágicos, de libros itinerantes, de libros que le ayudan a superar la soledad característica dejada por el docente transmisor de contenidos.

Un docente escritor o como investigador, expresa grandes cosas con pequeñas palabras; a la inversa del mal escritor, que dice cosas insignificantes con palabras grandiosas. Lo peor es cuando has terminado un capítulo y la máquina de escribir no aplaude. El docente escritor, muchas veces, es como un caballo de carreras que ha perdido su jinete y ya no sabe porque está corriendo ni dónde está la meta y, sin embargo, se le exige seguir corriendo aunque no sepa ni hacia dónde ni por qué razón. Creo que no importa como, pero el hecho es que para escribir un libro de las experiencias de aula, además de imaginación y constancia se necesita arte y pasión. La pasión es la herramienta del investigador, del maestro escritor.

El docente escritor siempre debe decirse “Yo soy lo que he leído, yo soy lo que he publicado” El libro escrito por el educador es fuerza de su práctica pedagógica, es el testimonio de su labor, es su ética en acto y potencia, es el ejemplo para hablar con autoridad, es valor, es fuerza, es alimento; antorcha del pensamiento y manantial del amor. Yo comparto la visión de muchos de que escribir es sudor y lágrimas... también depende de lo que estés escribiendo, claro. Pero generalmente, si te has propuesto algo de cierto calado, y pretendes ser serio, riguroso y nada autocomplaciente, te puede costar la misma vida. Crear es a veces una actividad dolorosa; y pienso que se lleva a cabo no por el gozo que supone, sino por el factor de conocerte a ti mismo que va implícito. Ese conocerse a si mismo es motivo de escritura, de imaginación, de ahondar en si mismo como la tinta al lapicero, la pluma al papel, la mano al teclado.

La verdad, la verdad, es que yo creo que casi todos de repento de, aparte de que a veces la musa se va de paseo, nos ocurre que al releer, acaba de ocurrírsenos algo que significa cambiar párrafos hacia atrás, y a veces hasta capítulos. De modo que quiero terminar a aquí para no modificar totalmente este texto o arrepentirme de lo que he dicho, de eso que llaman ejercer la profesión docente como escritor del si mismo.

AmiOo docente, qué le gustaría escribir para ayudarme con el primer capítulo de este libro titulado: MODO DE SER MAESTRO: INVESTIGADOR.

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Respuestas a esta discusión

Hector:
Me place mucho, leer lo que tu haces yo creo que se siente así cuando uno lee, parece que expresaran lo que tu querías decir, a veces mejor, otras veces te despierta mas entusiasmo ,o comparto plenamente lo que tu haces y te felicito.
Atte:
Pánfilo Cuiza Saique
La Paz Bolivia

Estimado Héctor

Interesantes conceptos los que compartes con nosotros. Siempre he pensado que escribir es la consecuencia natural de aprender, de leer, de vivir. Es la forma en que recreamos nuestras vivencias y las alineamos con nuestros saberes, en mucho con nuestras creencias. Por ello, si no podemos escribir cosas dignas de leerse, entonces hagamos cosas dignas de escribirse. En ambos casos habremos de dejar testimonio de lo que fuimos, somos y aspiramos a ser. Como proyectos inacabados somos la promesa de algo mejor, aspiración que se consolida a medida que compartimos los breves espacios de nuestra existencia. Por ello, como maestros debemos abrazar la profesión con entusiasmo, con ahínco, en busca de perpetuar esos instantes que son prestados por el otro, por quien nos escucha, de quien dependemos para ser, de nuestros estudiantes.

En horabuena por tus reflexiones. Saludos cordiales

BUEN ENFOQUE, NECESARIO, PERTINENTE Y AUDAZ. AUNQUE COINCIDO CON VILLARRUEL, QUE SINO PODEMOS ESCRIBIR COSAS DIGNAS DE LEERSE, ENTONCES HAGAMOS COSAS DIGNAS DE ESCRIBIRSE.
LOS DOCENTES NUNCA ESCRIBEN SUS EXPERIENCIAS Y ACUDEN A OTROS PROFESIONALES PARA LEER TEMAS DE PEDAGOGÍA. QUÉ CONTRADICCIÓN. INVESTIGAMOS PERCEPTIVAMENTE. PERO NUNCA LO HACEMOS CIENTÍFICAMENTE. TENEMOS LA LENGUA COMO SISTEMA Y SIN EMBARGO, LA USAMOS ORALMENTE, PERO NUNCA ENTRAMOS A LA CULTURA ESCRITA PORQUE ES MÁS COMPLICADA, PORQUE TEMEMOS LA CRÍTICA Y PREFERIMOS REPETIR LO QUE OTROS DICEN.
QUE A TRAVÉS DE ESTA RED SE IMPULSE LA CULTURA ESCRITA Y LA EDUCACIÓN SE TRANSFORMARÁ.

Carlos, saludos, El docente como recurso intelectual, debe estar dotado de ciertas condicione que le permitan desenvolverse hábilmente en el proceso de enseñanza aprendizaje, para poder moldear al estudiante que le corresponde guiar.Ademas, debe contar con competencias investigativas, siendo por lo tanto observador, innovador, diseñador espontaneo, analista y gozar de competencias esriturales que le permitan orientar o elaborar los informes de cada investigación.
De ahí, que yo concibo al educador como el guía general del proceso educativo en todas sus manifestaciones.

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