Usar las tecnologías de la información y las comunicaciones (TIC) en el aula no significa, en la mayoría de los casos, que se esté usando adecuadamente en función del proceso de enseñanza-aprendizaje. Cualquier profesor puede, hacer uso de la tecnología en clase pero para integrarla adecuadamente a la educación se necesita algo más, se requiere de una gran dosis de creatividad, imaginación y tiempo para pensar en cómo incorporarla adecuadamente.
Fusionar la tecnología a la clase de una forma natural es el objetivo al que todos los educadores deben aspirar. Son muchos los que están enfrascados en esta tarea pero aún no se concreta un uso adecuado de ella en la escuela. La mayoría de los profesores utilizan la tecnología con los mismos métodos tradicionales de enseñar, lo cual es un error. No es lo mismo jugar con el ordenador como premio por un buen comportamiento que jugar un juego que ilustra un tema que se desea que los estudiantes aprendan. En ambas experiencias se aprende de una forma agradable, pero en la primera el aprendizaje es fortuito, mientras que la segunda conduce a la obtención de un aprendizaje más profundo en torno al tema que los estudiantes deben aprender.
¿Qué diferencia hay en leer un texto en un libro o leerlo en una Tablet?. ¿O en usar una pizarra tradicional y una electrónica?. La diferencia no está en la tecnología, sino en la forma en que esta se emplea para mejorar la experiencia del aprendizaje.
Las TIC no son un sustituto para una buena enseñanza. Ninguna tecnología puede sustituir a una buena clase impartida de una manera apasionada y motivadora. La tecnología es un medio, no un fin en sí misma y, en cualquiera de sus formas, debe convertirse en una parte más del entorno de aprendizaje, tan útil como la mesa alrededor de la cual los estudiantes se reúnen para una discusión, o la libreta y el bolígrafo usados para tomar las notas de clase o ideas para una presentación en el aula. Cuando se le da el papel protagónico a la tecnología, el aprendizaje es relegado.
Es cierto que los profesores necesitan asimilar y dominar estas tecnologías para pensar en cómo se pueden utilizar para facilitar el aprendizaje de sus alumnos, por lo que es necesario tomar conciencia de la necesidad de la preparación y auto-preparación en este sentido, dada la velocidad vertiginosa de los avances tecnológicos en todos los ámbitos de la vida.
No basta con que se inviertan costosos recursos tecnológicos en la escuela para que la enseñanza y el aprendizaje sean de excelencia. Estos recursos son necesarios, si, pero no suficientes. La integración exitosa de la tecnología en la educación va más allá de la mera utilización de la tecnología. Se trata más que todo de una estrategia, un modo de empleo, una forma nueva de enseñar.

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