Por Hilde Adolfo Sánchez F.

El sistema Harvard, de autor-año o de autor-fecha para las citas, surgió como una necesidad de abreviar las explicaciones exigidas sobre la identificación de los autores que utilizamos en nuestros escritos y su referencia en un listado final, en sustitución de su inclusión en notas de pie de página. Las condiciones fundamentales son: (a) solo se refiere en el listado final lo que se haya citado en el texto, (b) todo autor citado debe incluirse en dicho listado y (c) las notas de pie de página persisten como recurso explicativo según necesidades del escritor. Esto se ha transfigurado de sugerencia a imposición cuasi-mortal de la producción intelectual hasta que exitosas rebeliones puedan surgir (diría Gramsci, 1978).

En el listado final (referencias) debe ordenarse alfabéticamente toda la información que permita ubicar cada obra citada. Recordemos que la utilización de este estilo es “obligante” solamente como exigencia de normas para la recepción, aprobación y publicación de artículos, ensayos, trabajos de investigación en revistas, jornadas, etc. y como requisito para presentar trabajos como requisito parcial para otorgamiento de grados académicos en la mayoría de las universidades. Ciertamente, este sistema tiene sus defensores, pero también sus detractores. Por ejemplo, Pavón (2012), paradójicamente psicólogo, habla sobre “… la tendencia, bien reglamentada por la American Psychological Association (APA), que nos hace identificar los textos que citamos por el año de la edición consultada y no por el año de su elaboración o primera edición”. (p. 185). Más adelante, afirma: “No pretendo que el año de publicación constituya un indicador publicitario que mostraría la complicidad entre la APA y una industria editorial tan sucia como la industria farmacéutica” (p. 186).

A mí me ha tocado reivindicar el Manual de la UPEL (Sánchez, 2014), el cual, por cierto, expresa en el inciso 68 que “La construcción de párrafos, la puntuación y el uso de las letras mayúsculas y minúsculas deben ajustarse a las normas gramaticales”. Más claro, imposible.

En esta ocasión, me he atrevido a compartir estas ideas por observar un específico error en el uso de la coma (,). Me parece que se parte de la creencia de que al utilizar el estilo autor-fecha obliga a colocar este signo de puntuación después del paréntesis; quizás, por mala interpretación de las normas establecidas como las de la APA, la cual supuestamente obliga a ello; sin embargo, nadie obliga al uso inapropiado del lenguaje, y en todo caso es responsabilidad del escritor, escribir correctamente. En el caso referido, se trata del típico error de colocar una coma entre el sujeto y su predicado.

Ejemplos de uso correcto e incorrecto de la coma:

  1. Basu y Jones (2007), llegaron al extremo de sugerir la necesidad de un nuevo “marco intelectual para considerar la naturaleza y forma  de la regulación en el ciberespacio” párr. 4. (Es un error colocar la coma antes del verbo ‘llegaron` pues se separa incorrectamente el sujeto del predicado). Debería ser “Basu y Jones (2007) llegaron al extremo …”
  2. Viadero (2007) informa que un análisis de más de doscientos estudios evidencia la correlación entre la enseñanza de destrezas sociales y el mejoramiento del desempeño escolar. (Sería incorrecto: “Viadero (2007), informa…”)
  3. Un estudio realizado por la Universidad de Lima (2011), concluyó que… (Sobra la coma antes de ‘concluyó’. (INCORRECTO. Sobra la coma). El `estudio` (núcleo) concluyó. Lo demás modifica el núcleo del sujeto).
  4. El INDECOPI, 2010, manifiesta que… (CORRECTO. Las comas sustituyen los paréntesis).
  5. El libro College Bound Seniors (2008) señala que…   (CORRECTO)
  6. La ubicación normal de los circunstanciales es al final; al cambiar el orden debe indicarse con la coma. Ejemplo: A. En cuidado independiente (“Study Finds”, 2007), se afirma…  B.  En (Anónimo, 1998), se afirma …
  7. Según Pérez A. (2001a, 2001b, 2001c), … (CORRECTO)
  8. Según Strauss (2008), los libros infantiles que ganan la Medalla Newbery por su … (CORRECTO).
  9. Niaz (citado en Saud de Núñez, 1989), realizó un estudio sobre... (INCORRECTO). Sobra la coma antes del verbo principal.
  10. En 1985, Niaz (citado en Saud de Núñez, 1989), reportó un estudio sobre... (INCORRECTO). Sobra la coma antes del verbo principal.

Obsérvese que en los ejemplos (1), (3), (9) y (10) se inserta incorrectamente la coma después del cierre de paréntesis. Separación indebida de sujeto y predicado. No tendría gravedad si fuera un simple lapsus cálami o descuido; terriblemente, con frecuencia se trata de una imposición de tutores, jurados y árbitros a los escritores o aprendices de científicos como decía Kuhn (1971) y que sería luego causa de ironía para Feyerabend (1981). Por cierto, los ejemplos fueron tomados de la página de la APA y de algunos manuales de prestigiosas universidades (y no por ello dejan de serlo).

Recordemos que la coma (,) es uno de los signos ortográficos más utilizados. Sirve para indicar la división de las frases o miembros más cortos de la oración o del período, o para separar distintas oraciones y frases que se refieran al mismo tema, pero que engloben diferentes ideas o conceptos. También se emplea en aritmética para separar los enteros de las fracciones decimales, en física, en música, etc. (DRAE). Como todos los signos de puntuación, tiene un efecto de partitura que refleja, de alguna manera, la dinámica en la entonación y hasta en la musicalidad del lenguaje oral y debe insertarse pegada a la palabra o signo que la precede y separada por un espacio de la palabra o signo que la sigue.

En principio, la estructura de sujeto y predicado no acepta la separación con comas del sujeto y el predicado, salvo muy claras excepciones. Los casos en lo que puede aparecer una coma entre el sujeto y predicado son muy específicos: aposiciones, proposiciones explicativas, eliminación del verbo (elipsis) o cuando se intercambian de posición el sujeto y el predicado.

En las aposiciones (“reunión de dos o más sustantivos sin conjunción”) explicativas, como por ejemplo, cuando decimos “Kuhn (1971), gran físico convertido en filósofo, dice:”, pueden funcionar como sujeto indistintamente “Kuhn (1971)” o “gran físico convertido en filósofo.” Es decir, tanto en el referente como en la aposición explicativa pueden estar el núcleo del sujeto, dependiendo del orden decidido. La oración podría ser: “El gran físico convertido en filósofo, Kuhn (1971), dice:”

En el siguiente ejemplo, tenemos una frustrada explicación:

“Como afirma Gutiérrez (2013) en previas investigaciones hechas por estudiantes de la Universidad Distrital se encentro una correlación entre el número de invertebrados de la zona y la cantidad de bacterias en el ecosistema”. (El original carece de las tildes).

La confusión se puede resolver con una coma. Hay dos posibilidades para dos explicaciones:

  1. Como afirma Gutiérrez (2013), en previas investigaciones hechas por estudiantes de la Universidad Distrital, se encentró una correlación entre el número de invertebrados de la zona y la cantidad de bacterias en el ecosistema.
  2. Como afirma Gutiérrez (2013), se encentró una correlación entre el número de invertebrados de la zona y la cantidad de bacterias en el ecosistema en previas investigaciones hechas por estudiantes de la Universidad Distrital.

Se supone, para el ejemplo ‘2’ que “en previas investigaciones hechas por estudiantes de la Universidad Distrital” es un circunstancial.

Otro ejemplo:

Según Kuhn (1971), “al menos en las ciencias maduras, las respuestas (o substitutos completos de ellas) a preguntas como ésas se encuentran enclavadas firmemente en la iniciación educativa que prepara y da licencia a los estudiantes para la práctica profesional.”

En este caso, las proposiciones adjetivas explicativas o cualquier comentario, explicación o precisión sobre algo no son indispensables para la construcción gramatical.

Podríamos re-escribir este ejemplo así:

Kuhn (1971), dentro de la distinción entre ciencia normal y ciencia madura, dice: ...

En las explicaciones, la coma funciona como paréntesis por ello debe colocarse tanto el signo de apertura como el de cierre y el texto queda intercalado.

Ahora bien, observemos un error bastante común y dos posibles soluciones:

  1. Según Kuhn (1971), dice: “al menos en las ciencias maduras, las respuestas (o substitutos completos de ellas) a preguntas como ésas se encuentran enclavadas firmemente en la iniciación educativa que prepara y da licencia a los estudiantes para la práctica profesional.” (INCORRECTO).
  2. Para Kuhn (1971), “Al menos ...”
  3. Kuhn (1971) dice: “...”

En el ejemplo (1) hay una confusión gramatical entre el sujeto que escribe y el sujeto (autor) referido. Los ejemplos (2) y (3) son dos posibilidades para enmendar el error.

El caso de la inversión de componentes o eliminación del verbo (elipsis) podría ser así:

  1.  “Al menos en las ciencias maduras, las respuestas (o substitutos completos de ellas) a preguntas como ésas se encuentran enclavadas firmemente en la iniciación educativa que prepara y da licencia a los estudiantes para la práctica profesional.”, dice Kuhn (1971).
  2. “Al menos en las ciencias maduras, las respuestas (o substitutos completos de ellas) a preguntas como ésas se encuentran enclavadas firmemente en la iniciación educativa que prepara y da licencia a los estudiantes para la práctica profesional.”, arengado por Kuhn (1971).

Recordemos que aunque con la elipsis declaramos “irónicamente” nuestra intención de no ser muy claros, dentro del apropiado uso del idioma, en este caso, inicialmente las ideas de Kuhn lucen como nuestras, pero al final podemos dejar surgir (abrupta y hasta apoteósicamente) el verdadero dueño de las ideas que estamos usando: Thomas S. Kuhn.

Podemos culpar a los manuales, a nuestros profesores o tutores por nuestros errores pero a fin de cuentas nuestra responsabilidad al escribir es intransferible e ineludible. Hay infinidad de fuentes que nos pueden ayudar a escribir bien, pero los docentes, los científicos “maduros” (emulando a Kuhn, 1971), los profesores debemos distinguir entre las normas para el buen escribir, nuestros caprichos o la pretendida justificación de nuestros errores. Nuestra afortunada condición humana nos hace caer, pero también levantarnos con humildad e hidalguía. No debe haber espacio ni tiempo para la vergüenza propia o ajena. Revisemos los manuales, propongamos o hagamos los ajustes pertinentes y pongamos todos nuestros esfuerzos para ponerle el hombro a las generaciones de científicos que vayan emergiendo y sigamos generando descripciones, explicaciones y hasta previsiones (teorías) para nuestra famélica (de conocimientos) sociedad.

Referencias

Asociación Estadounidense de Psicología (American Psychological Association, APA)  http://normasapa.com/

Feyerabend, P. (1981). Tratado contra el Método: Esquema para una teoría anarquista del conocimiento. Ed. Tecnos, Madrid.

Gramsci, A. (1978) El concepto de Hegemonía en Gramsci. México. Ediciones de Cultura Popular.

Kuhn, T. (1962). La estructura de las revoluciones científicas. México: Fondo de Cultura Económica.

Real Academia Española (S/F).   Diccionario de la lengua española. Disponible en  http://buscon.rae.es/drae/.

Pavón, D. (2012). El año de publicación y la mala memoria de la psicología. Teoría y crítica de la psicología 2, 184–188. ISSN: 2116-3480. Antena detectora de naturalizaciones acríticas. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (Morelia, México). (Consulta 15/4/2015). Disponible en: www.teocripsi.com/ojs/index.php/TCP/article/download/17/11

Sánchez, H. (2014) El manual de la UPEL: culpas e inocencias. Redacción y composición. En: https://redaccionycomposicion.wordpress.com/2014/11/12/el-manual-de...

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Comentario por Hilde Adolfo Sánchez F. el junio 10, 2015 a las 2:34pm

Apreciados Colegas:
Muy abrumado y agradecido por la deferencia de ustedes al leer, comentar y hasta manifestar su agrado, y compartir este artículo. De verdad no me lo esperaba porque poca gente le saca provecho a las redes sociales, si se compara con la cantidad de datos que circulan sin un uso más allá del chisme o de la ofensa. La coincidencia con estos temas ya es un incentivo. No estamos solos, ni somos una excepción, en esta responsabilidad docente que compartimos.
Gracias, profesor Henry Chero V., por brindarnos este espacio para los docentes de tantos países y que compartimos las mismas inquietudes, angustias, necesidades e ideas para mejorar nuestra labor y nuestro desempeño educativo y social. Gracias Camilo Andrés López Leal, María del Rosario Rivas Plata, María Margarita Flores Collazo, Zoila Alegría Flores, Moisés Caballero R. y Thayira Alejandra Castillo R.
Gracias a los profesores Gloria Esperanza Medina, Gisela Pinedo Orta, Silvia Heckel Ochoteco, Fidias Gerardo Arias Odón, Nelson Nápoles Hernández y Ricardo Gallardo Morales por tomarse la molestia de hacer sus comentarios que, lejos de alimentar mi ego, me estimulan a seguir compartiendo mis ideas con la seguridad de que, como semillas, nuestros frutos se cosecharán en alguna parte del mundo.
Por mi parte, diariamente me alimento con esta hermosa red y, gracias a ella, mucho en mí ha cambiado.
Un abrazo para todos, colegas.
Hermano
Hilde Adolfo Sánchez F.

Comentario por María del Rosario Rivas Plata Al el junio 8, 2015 a las 10:51pm

MUY CLARO EL ARTÍCULO, GRACIAS

Comentario por GLORIA ESPERANZA MEDINA el junio 8, 2015 a las 4:24pm

Esa coma que nos pone a pensar pero que, indudablemente, se convierte en aquella que aporta el significado al texto.

Comentario por Nelson Nápoles Hernández el junio 8, 2015 a las 12:10pm

Comentario por Ph. D. Nelson Nápoles Hernández, Universidad Agraria de La Habana, Cuba
Coincido totalmente con su artículo y como especialista en información puedo decirle que es una labor titánica la que tenemos los docentes cuando revisamos las tesis (Diploma, Maestrías y Doctorados) el gran problema es el uso incorrecto de las normas bibliográficas así como el uso incorrecto de los signos de puntuación. En mi universidad tratamos que en cada especialidad así como en los doctorados y maestrías se impartan estos temas pero hay veces que los tutores tienen sus libros y hacen lo que desean trayendo como resultado un gran caos en la organización de estos estándares internacionales. Si bien soy defensor de Harvard, existen otras como Vancouver, APA, Harvard-APA y en fin miles de normas que la gran mayoría no las domina y las combina trayendo como resultado un desastre tanto al citar los autores en el texto como al referenciarlos al final.
Nuevamente vuelvo a felicitarlo y tendré su artículo como referencia para mis conferencias y clases,

Muchas gracias

Comentario por Gisela Pinedo Orta el junio 8, 2015 a las 7:51am

Excelente, claro y didáctico artículo. Importante compartirlo entre colegas y alumnos.
Muchas gracias

Comentario por Silvia Heckel Ochoteco el junio 8, 2015 a las 12:15am

Muy bueno para mejorar nuestros escritos profesionales

Comentario por Fidias Gerardo Arias Odón el junio 7, 2015 a las 1:13pm

¡Excelente artículo! Lo tomaré en cuenta para corregir mis trabajos publicados y los que desarrollo actualmente.
Muchas gracias.
Fidias G. Arias

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