Corrupción y Desarrollo. Una complejidad emergente que demanda atención ciudadana e intervención internacional

Por: Leonardo Lenin Banegas Barahona

Introducción

La relación entre corrupción y desarrollo, se puede hacer desde dos miradas principalmente: La primera de ellas es el análisis del cruce entre la historia de implementación de los modelos económicos de desarrollo con la ocurrencia de los casos de corrupción, esto permite desnudar el afinamiento o perfeccionamiento de los mecanismos que son utilizados por los políticos en el poder, al desarrollar actos de corrupción, los cuales cada vez tienen un mayor impacto en la ciudadanía y en el acceso a los beneficios esperados por los mismos de parte del Estado, el cual por sus características ha pasado de ser corrupto a convertirse en hipercorrupto.

La segunda manera de entender la relación entre corrupción y desarrollo, es analizar el aumento de la conciencia de la clase media en exigir el combate a la corrupción en el Estado Hondureño, como por ejemplo el movimiento de los indignados, interpretado esto como un avance en el desarrollo social de la hondureñidad, al aprovechar las redes sociales como una herramienta de las tecnologías de información y comunicación para realizar denuncias públicas de corrupción, comunicarse, enlazarse, organizarse para movilizarse públicamente y exigir el cese a la corrupción tan descarada que se ha desarrollado en los últimos años en Honduras.

Este último proceso se ha producido recientemente en el marco de la implementación más reciente del modelo neoliberal que desde los años 90´s se viene profundizando en Honduras y el resto de los países de América Latina, con consecuencias en la profundización de la corrupción, por fallos en el modelo de desarrollo económico, evidenciado ello por el fracaso de los controles de corrupción operados desde el mismo Estado. La corrupción en el Estado, junto con las medidas de ajustes estructural impulsadas en el marco de la implementación del modelo de desarrollo económico neoliberal, ha profundizado la pobreza y la marginación, lo cual ya es un hecho innegable e irrefutable, ya sea por las pruebas empíricas como por las científicas.

La Corrupción en Honduras, a través de la Historia de implementación de modelos económicos

Honduras, a través de procesos sociales e históricos ha avanzado a convertirse en lo que (Moreno Ocampo, 1998: 120) denominada un Estado hipercorrupto. Entendida la corrupción como ese conjunto de males que aquejan a la sociedad y que afectan el bienestar común producto del mal uso del poder y los recursos que son públicos, proceso que ha existido siempre en todas las sociedades, sin embargo en algunas el descaro de la corrupción, de los corruptos y corruptores, llega a niveles no imaginados, esto se entiende como Hipercorrupción.

Si se considera que el garante del bien común es justamente el Estado y que si esta funciona mal o que los recursos económicos, humanos e institucionales no se usan correctamente, existen consecuencias en el desarrollo a nivel nacional, regional, comunitario y sectorial. Es así como una nación como la hondureña que a través de décadas en el estudio del desarrollo de los países, se le ha ubicado en los últimos lugares de América, junto con Haití y las naciones Africanas, esto midiendo el crecimiento de la economía, el crecimiento poblacional, la distribución de los ingresos, como también las dinámicas de la sociedad con sus recursos naturales, entre otras dimensiones e indicadores que son monitoreados por distintos organismos internacionales.

En Honduras, como en el resto de los países de América Latina, los organismos internacionales que asesoran al Estado, han experimentado en la implementación de distintos modelos económicos de desarrollo, el primero de ellos denominado Modelo de sustitución de importaciones que se afianzo en Honduras a fines de los años 60´s hasta fines de los años 80´s del siglo XX y el modelo neoliberal que lo reemplazo y que comenzó a implementarse a partir de la década de los 90´s del siglo XX y que se ha profundizado en las primeros dieciséis años del siglo XXI.

El modelo denominado Sustitución de importaciones se basó en la premisa de desarrollar empresas nacionales, esto con la finalidad de potenciar el autoconsumo y abastecimiento de la mayoría de los productos, impulsando no solo la producción de bienes en el campo agropecuario, la extracción de recursos minerales, bienes del bosque, derivados de la pesca, sino la industria de procesamiento de estos productos del campo, es en este momento histórico que comenzó a fines de los años 50´s, profundizándose en la década de los años 60´s y 70´s, en Honduras se crean empresas nacionales como la Empresa Nacional de Energía Eléctrica (ENEE), la Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (COHDEFOR), la Corporación Hondureña Bananera (COHBANA), la Corporación Nacional de Desarrollo Industrial (CONADI), Transportes Aéreos Nacionales (TAN), la Empresa Nacional Portuaria (ENP), el Ferrocarril Nacional de Honduras (FNH), la Empresa de Correos de Honduras (HONDUCOR), la Empresa Nacional de Telecomunicaciones (HONDUTEL), el Servicio Nacional de Acueductos y Alcantarillados (SANAA), el Instituto Nacional Agrario (INA) y el Banco Nacional de Fomento (BANAFOM).

Todo este esfuerzo de impulsar el desarrollo del país, se realizó con préstamos otorgados por Organismos Financieros Internacionales (OFI´s), y aunque los mecanismos de implementación tenían sentido, hubo desviaciones del modelo ideal. Algunas derivadas de la administración del Estado Hondureño, que con una democracia débil y a veces inexistente, era gobernada por caudillos políticos, y alternamente por gobiernos militares, surgidos de Golpes de Estado.

Militares y políticos entre los años 50´s, 60´s, 70´s, y principios de los años 80´s, utilizaron los recursos de empresas públicas para su provecho, empleando familiares y amigos, contratando servicios en empresas de su propiedad por parte de las empresas nacionales, y en algunos casos extremos derivando recursos financieros para el fortalecimiento de sus propias empresas privadas, este saqueo, tuvo varias formas, la compra-venta de materiales y equipos, derivados de la depreciación a precios por debajo del precio de mercado, concesiones, condonaciones de deudas, hurto, entre otras. Todos estos mecanismos fortalecieron fortunas privadas, derivadas de fondos públicos, que todos tuvimos que pagar vía impuestos, ya que las empresas nacionales desfalcadas se crearon y mantuvieron a expensas del crecimiento de la deuda pública.

El cierre de estas empresas nacionales ha sido continuo desde principios de los años 80’s hasta el momento, algunas han desaparecido completamente, otras se les ha cambiado de denominación y función y otras se encuentran en proceso de venta ante empresas privadas nacionales, bajo la iniciativa de alianza pública-privada, que se ha creado en Honduras desde la segunda década del siglo XXI.

El otro modelo que se ha experimentado en Honduras, es el denominado Modelo Neoliberal, que se impulsa a partir de sucesos internacionales, como la caída del muro de Berlín, la adopción del Consenso de Washington en 1989, que propugnaba por una liberalización del comercio, la reducción de los aranceles considerados como un Obstáculo Técnico al Comercio, la modernización del Estado, con su consecuente reducción y la minimización de la intervención del Estado en el Mercado.

En Honduras, este modelo comienza a implementarse en la Administración Pública 1990-1993, con la implementación de medidas de ajustes estructural, que se tradujeron en procesos de devaluación monetaria del Lempira frente al Dólar, como también procesos inflacionarios, derivados de un desbalance de pagos entre las importaciones (consumo) y las exportaciones (producción). Una buena lectura de la escala de la Corrupción en los primeros 12 años de vida democrática, se puede encontrar en el trabajo realizado por (Salomón, L; Castellanos, J & Castillo, D, 1995), en donde se pone en evidencia el deterioro del Estado a medida que transcurre el periodo democrático, en donde los políticos que están en el poder, han logrado articular redes de trabajo de corrupción.

Los efectos no solamente fueron económicos, sino sociales, con la profundización de la pobreza, el crecimiento de la delincuencia juvenil, el comienzo y desarrollo de la criminalidad organizada impulsada por el tráfico y consumo de drogas, esto en forma de un proceso lento, progresivo y continuo a través de 25 años (1990-2015), en los que lejos de modernizarse el Estado ha crecido en número de instituciones, como de empleados y presupuesto. Esta inflación gubernamental, no ha sido paralela con el crecimiento de la inversión social, por lo que empíricamente se puede advertir que el crecimiento del presupuesto gubernativo, se deriva a gasto corriente, es decir el pago de sueldos y salarios de empleados y funcionarios públicos, lo cual es evidencia de un Estado clientelista de los activistas políticas y financiadores de las campañas políticas que han llevado al poder a los políticos.

La corrupción en estos gobiernos electos por el pueblo, se ha caracterizado por una complejización de los mecanismos de corrupción, en el trámite de pasaportes a extranjeros, en las compras de leche para la merienda escolar, en la vivienda construida con los fondos de jubilaciones y pensiones, en el manejo de los fondos de donación para procesos de reconstrucción nacional, y para el fomento de la producción agropecuaria, en la asignación de plazas de maestros (desde el nivel pre básico, básico, medio hasta el nivel educativo superior) y personal de salud, en la adquisición de medicamentos.

A pesar de que el Estado hondureño ha implementado acciones con miras a la construcción de Sistemas de integridad, como los concursos, las licitaciones públicas, las auditorias sociales, la participación ciudadana en procesos públicos, la tercerización de los servicios, en la búsqueda de transparentar procesos públicos, los funcionarios públicos corruptos, han examinado estos mecanismos y han encontrado las debilidades y los caminos que les permitan continuar traficando con sus influencias, contratando amigos y parientes (nepotismo), haciendo uso de recursos públicos y derivarlos a sus cuentas bancarias o a sus empresas.

La corrupción en el Estado Hondureño tanto en los gobiernos militares y el inicio de los gobiernos democráticos, que se ha desarrollado junto con la implementación de modelos económicos de desarrollo que han sido incapaces en frenar el deterioro del Estado y fortalecer el bien común para los hondureños. En este orden de ideas, es fácil advertir que los recursos públicos que no se invierten para lo público (educación, salud, seguridad, vivienda, comunicaciones y otras líneas de servicio del Estado), se derivan para lo privado.

Estas transacciones dolosas, han tenido un impacto en la profundización de la pobreza, la inequidad, la inseguridad y el fortalecimiento de redes criminales. El retraso en el desarrollo, producto de la corrupción es aún indeterminado, ya que muchos actos quedan en el secreto, la impunidad y el olvido, por otro lado existen debilidades metodológicas en la estimación de las pérdidas de capital social y económico producto de los actos de corrupción.

Recientemente, la vinculación entre modelos de desarrollo económicos y corrupción, han finalizado debido a presiones sociales nacionales como internacionales en la conformación de un conjunto de entes institucionalizados en el Estado mismo, que deben de ser garantes de construir sistemas de integridad y combatir la corrupción, en la lista encontramos al Consejo Nacional Anticorrupción (CNA), el Tribunal Superior de Cuentas (TSC), el Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP), todos ellos creados con la mejor de las intenciones, pero fracasados en su función por distintas razones, algunas internas a la institución y otras derivadas del mismo contexto político corrupto. Recientemente se ha oficializado la instauración de una Misión de Apoyo contra la Impunidad y la Corrupción en Honduras (MACCIH), por parte de la Organización de Estados Americanos (OEA) que ha despertado en la ciudadanía muchas expectativas. Una valoración importante sobre el periodo de formación de organizaciones anticorrupción en el periodo 1998-2002 se encuentra documentado en el trabajo realizado por (Meza, V; Castellanos, J; Avila, O; Romero, R & Salomón, L, 2002), en el que se examina el proceso de reforma estatal, con miras al combate de la corrupción, con la creación de nuevas leyes, puestas en valor por sus potencialidades y limitantes al enjuiciamiento de corruptos, así como una revisión rápida de la creación de las nuevas estructuras organizativas de control de corrupción.

La Corrupción como una Limitante en la Gestión del Desarrollo Humano Sostenible

En tiempos modernos, a partir de la década de 1990, que han sido paralelos al desarrollo e implementación del modelo neoliberal, se habla que el desarrollo no solo debe ser económico, sino centrarse en la persona, es decir debe ser humano y debe además considerar la utilización de los recursos naturales de forma sostenible de manera que no altera las posibilidades de las presentes como de las futuras generaciones.

En este contexto surgen nuevos mecanismos de práctica de corrupción, esta vez producto del crecimiento de la cooperación y asistencia internacional, producto del impacto de la Tormenta Tropical y/o Huracán Mitch, el crecimiento del número de Organizaciones No Gubernamentales (ONG´s) y Organizaciones Privadas de Desarrollo (OPD´s) para canalizar los fondos de cooperación, no corrió a la par con el crecimiento de los beneficios para las personas más afectadas, el desvío de los fondos de los impuestos de ciudadanos en los países amigos, administrados por ONG´s y OPD´s locales que no han demostrado lograr los resultados en los proyectos implementados y el enriquecimiento de consultores y directivos, es una nueva forma de corrupción que no se había experimentado en Honduras.

Que el desarrollo sea humano y además sostenible, es una utopía en realidades como la hondureña.

En Honduras la corrupción se debe de considerar como una limitante a la gestión o promoción del desarrollo humano sostenible por varias razones:

- La corrupción en los tramites gubernamentales, para procesos comerciales, como la fundación de una empresa, es un desincentivo fuerte a la inversión tanto por nacionales como por extranjeros, lo cual tiene consecuencias a nivel macro en el crecimiento económico de la nación y a nivel micro en el desarrollo de los mismos sectores económicos, que con su fortalecimiento, contribuyen con empleos a la población y de esta forma fortalecen los proyectos de vida personal, como el consumo de bienes y servicios considerados de primera necesidad, permitiendo superar las barreras de la pobreza. Como se puede advertir la corrupción es una limitante al desarrollo económico e institucional en los distintos sectores económicos, las más afectadas por supuesto por su baja capacidad para resistir el costo de la corrupción en apertura una empresa son los micro, pequeños y medianos empresarios (MIPYME´s).

- La utilización de recursos públicos, para provecho personal, no solo pone en evidencia el sistema de injusticia instalado, sino también que evita que el dinero público que es además costoso, ya que una parte proviene de deuda interna y externa aparte de los tributos ciudadanos; se utilice para lo que se presupuesto es decir apoyar la inversión social en la población, construcción de escuelas, caminos, centros de salud, desarrollo de las telecomunicaciones, pago de empleados públicos y ampliar la cobertura de los servicios del Estado a la población menos favorecida.

- La contratación de amigos y familiares, que sigue siendo una práctica a pesar de la existencia de concursos públicos, la transparencia en los resultados es aún una tarea pendiente. La decepción entre quienes tienen mérito para obtener una posición dentro de la empresa pública, es un desincentivo y desvirtúa que la educación puede potenciar la movilidad social. Los jóvenes por tanto han cambiado sus motivaciones de estar en una escuela, colegio, liceo o universidad, y ven como una ruta más accesible y real integrarse a redes criminales, lo cual es parte de la decadencia de la sociedad hondureña, evidencia e impacto social de la corrupción en el desarrollo de las personas, al menos una generación está perdida a causa de ello.

Con estos dos procesos anteriores, la corrupción impide que el desarrollo se considere humano, profundizando la pobreza en amplios sectores de la sociedad, lo que incluye el desaparecimiento de la clase media, ya sea por empobrecimiento o por enriquecimiento como consecuencia de la corrupción.

- Los contratos, concesiones y licitaciones poco transparentes, permiten no solo pagar más por un servicio que cuesta menos, sino manipular los recursos naturales, sobre el marco jurídico vigente, concesiones mineras, construcciones de hidroeléctricas en áreas protegidas o zonas productoras de agua, zonas especiales de desarrollo son solo algunos de los ejemplos que se pueden citar de estos mecanismos insanos que impiden que el Desarrollo sea sostenible.

- Finalmente la fatiga de la cooperación internacional con el cofinanciamiento del desarrollo, debido a la corrupción en el Estado como también en ONG´s y OPD´s que han desviado fondos públicos de cooperación de los gobiernos amigos, para el enriquecimiento ilícito. Estos actos afectan a amplios sectores de la población desfavorecidos de donde el Estado tiene presencia, perjudicándose también al mismo Estado en su posibilidad de fortalecer sus instituciones como sus ejecutorias.

La corrupción por tanto afecta el desarrollo de nuestras comunidades, los sectores sociales y económicos a los que pertenecemos, como de los servicios a los que legítimamente debemos de tener acceso (salud, educación, vivienda, comunicaciones, seguridad, entre otras), como también las posibilidades de buscar nuestro bienestar en el futuro por el deterioro ambiental de los bosques, las fuentes de agua, la biodiversidad y los suelos.

El Despertar de la Conciencia Social Ciudadana en Honduras

La situación de hipercorrupción en el Estado hondureño, la indefensión ciudadana ante la victimización en las instituciones del Estado, en la que se pide “Coima” por hacer un trámite, y la desafección con la clase política, superaron los límites imaginables. Los recientes casos de saqueo del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), así como transacciones dolosas en la compra de medicamentos en la Secretaría de Salud (SESALUD) han evidenciado sencillamente que la existencia de controles de corrupción ha sido inefectivo, de nada ha servido la constitución de Honducompras, la existencia del Tribunal Superior de Cuentas (TSC), de la Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) y de otras medidas más con que cuenta el Estado Hondureño, ya que se han comprado medicamentos de mala calidad o con inexistencia de propiedades curativas, se han extraído por tercerización de servicios recursos económicos del IHSS.

Estos hechos han colmado la paciencia y han activado la conciencia social en muchos (as) hondureños (as) que cansados de no encontrar medicinas en los hospitales, de acceder a una educación de pésima calidad que no les permite desarrollarse como seres humanos, y del conocimiento público de que un conjunto de delincuentes impunes, que cuando funcionarios se enriquecieron desde sus posiciones de poder, derivando contratos amañados, usurpando y abusando de su autoridad, coaptando recursos del Estado para su beneficio y patrimonio en sus hogares y en sus empresas; se asociaron gracias a las facilidades que permiten las redes sociales y comenzaron a movilizarse exigiendo un alto a la impunidad y la corrupción en Honduras.

Estos hechos, quedan documentados, en valoraciones como las realizadas por (Meza, 2015, Boletín Especial No. 8 del CEDOH) “Las manifestaciones masivas de protesta y descontento que hacen los ciudadanos desde el recién pasado mes de junio del 2015 en todo el territorio nacional, son la prueba más contundente de que los hondureños hemos llegado a un punto de hastío social”. En el autonombrado Movimiento de los indignados, camina el ama de casa, el pequeño empresario, el estudiante, profesionales que se desempeñan en distintos sectores y todos aquellos(as) que se encontrasen hartos de escuchar noticias de corrupción, corruptos e impunidad y que sus derechos al desarrollo se han visto mermados, por la irresponsabilidad social del Estado en atender sus funciones, debido en gran parte a la falta de recursos y como una de sus causas el saqueo de los fondos del Estado.

La movilización de los hondureños cada viernes primero fue noticia local, luego nacional y finalmente trascendió en los medios internacionales, actuando como un contrapeso al poder público que se complacía y no ejecutaba ninguna acción en contra de los ex funcionarios y funcionarios criminales, asaltantes del Estado. Se trataba este de un movimiento de oposición a la corrupción que a diferencia de la “oposición política”, se ha vuelto cómplice de las acciones del Gobierno (Meza, 2015 Boletin Especial No. 9 del CEDOH).

Opinión Ciudadana sobre la Corrupción

Ciertamente en el transcurso de casi medio siglo de implementación de modelos de desarrollo, se ha perfeccionado los mecanismos de concreción de la corrupción, incorporando elementos modernos, como las tecnologías de información y comunicación, pero también es cierto que las redes sociales y una ciudadanía activa, informada se ha involucrado en participar en movilizaciones sociales en contra de la corrupción.

La conciencia ciudadana ha sido producto de una mayor información sobre el impacto de la corrupción sobre nuestras vidas y el fracaso del Estado en proveer de los servicios a la población como ser educación, salud, justicia, vivienda social, seguridad, como también cultura, todos ellos elementos que adelantan pasos en el desarrollo humano sostenible.

Sin duda las movilizaciones sociales producto de una ciudadanía cada vez más activa, consiente, participativa, tendrá nuevos episodios de interacción con un Estado que, se ha caracterizado por la construcción social de la hipercorrupción en distintas instancias del gobierno, la desafección de la clase media con la clase política será un proceso que continuara profundizándose.

Las redes sociales han demostrado ser un poderoso instrumento de la clase media, en adquirir conciencia de clase y sumar reclamos en base a las denuncias de corrupción que no pueden ser enmascaradas por comunicados presidenciales ni publicidad gubernamental. Una de las características que la ha propiciado es justamente el bajo nivel de censura que exista en las mismas a diferencia de los medios de comunicación de masas (radio, televisión y prensa) que en muchas ocasiones se han convertido en cómplices y no en mecanismos de denuncia y defensa ciudadana contra la corrupción.

Esto a pesar de las estrategias políticas del Gobierno de proponer un proceso paralelo denominado Sistema Integral Hondureño de Control de la Impunidad y la Corrupción (SIHCIC), en contrapropuesta a la petición de la ciudadanía movilizada en las marchas de las antorchas que pedían una Comisión Internacional de Control de la Corrupción y la Impunidad para Honduras (CICCIH), apelando al sentimiento nacionalista, obsoleto en tiempos de globalización (Salomón, L, 2015, Boletín Especial No. 13 del CEDOH).

También fue posible advertir durante esta fase de tensión entre junio-julio del 2015, la indisposición del gobierno al dialogo con voluntad política, “la convocatoria al dialogo, puede tornarse confusa, pero este fue una estrategia de como factor de distracción, neutralización e inmovilización… fueron muchos quienes se colocaron del lado del Gobierno que les convocaba, para demostrarle a propios y extraños que existía un mecanismo supuestamente democrático para dirimir las diferencias” (Salomón, L, 2015, Boletín Especial No. 12 del CEDOH).

Sin embargo la gran ganancia que se puede establecer de estos sucesos, es que se puede interpretar que también son una evidencia empírica del alcance de nuevos estadios de desarrollo humano sostenible, en el que las tecnologías de información y comunicación se suman no solo para hacer negocios, entretenimiento, sino para formar cultura política y activar mecanismos de contrapeso que actúen como herramientas para incidir sobre un Estado que victimiza a la ciudadanía, siendo permisivo a la corrupción y promoviendo en la sociedad un sentimiento de desesperanza frente a los servicios insuficientes o de mala calidad que provee el gobierno a cambio de los tributos.

Conclusiones y Recomendaciones
Al finalizar este ensayo se puede concluir lo siguiente:

• Los mecanismos de corrupción se han ido perfeccionando en la medida en que se han ido implementado los modelos económicos de desarrollo, encontrando los políticos en el poder nuevos mecanismos y vías para realizar actos de corrupción los cuales cada vez son de mayor impacto a la sociedad.

• La corrupción es causa del retraso en el desarrollo nacional, estimulando el empobrecimiento de la clase media, la marginalización de amplios sectores de la población, la explotación de los recursos naturales, en detrimento de la búsqueda de mecanismos de desarrollo económico, social, ambiental mediante el fortalecimiento de las instituciones públicas, privadas y sociales.

• El desarrollo tecnológico, ha permitido construir una ciudadanía más informada que ha adquirido conciencia de clase, que se activa y moviliza como un poder de contrapeso al gobierno que se contempla en el poder y no realiza acciones en contra de la corrupción, esto además ha sido un mecanismo no solo para la denuncia nacional sino internacional, convocando a nuevos actores en el contexto internacional para luchar y combatir la corrupción.

Por tanto se puede recomendar lo siguiente:

• A la sociedad civil organizada en movimientos sociales como los indignados, ampliar su agenda de demandas en el control de la corrupción, incluyendo otros procesos como luchar por la derogación de la ley de secretos, que es un espacio que permite cometer actos de corrupción como la malversación de los recursos públicos y la impunidad continuada.

• A las universidades y centros de investigación social se les recomienda profundizar su análisis en las relaciones entre corrupción y desarrollo, tanto en lo relativo a los mecanismos y formas de corrupción que se han desarrollado paralelos a la implementación de los modelos económicos de desarrollo, como también analizar las posibilidades de activar y movilizar a la ciudadanía en base a la denuncia ciudadana utilizando redes sociales.

• A la sociedad hondureña se recomienda apoyar las ejecutorias de la MACCIH y mantener su visión crítica de la misma, apoyando, denunciando según se desarrollen los hechos, para buscar la construcción de un Estado menos corrupto y más integro, con el fin que los recursos de la administración pública se utilicen para lo que fueron presupuestado, promover el desarrollo humano y sostenible.

Bibliografía Mínima Consultada

- Chaverri Mora, María de los Ángeles; Zavala Pavón, Vicente (2004) “Apuntes sobre la historia de la corrupción en Honduras”. CNA. Tegucigalpa, Honduras.

- Meza, Victor (2015) “La oposición política y los indignados” Boletín especial No. 9. Julio del 2015. CEDOH. Tegucigalpa, Honduras

- Meza, Víctor (2015) “Tesis sobre la oposición indignada”. Boletín especial No. 8. Julio del 2015. CEDOH. Tegucigalpa, Honduras

- Meza, Víctor; Castellanos, Julieta; Ávila, Oscar; Romero, Ramón & Salomón, Leticia (2002) “Corrupción y transparencia en Honduras” CEDOH. Tegucigalpa, Honduras.

- Moreno Ocampo, Luis (1998) “En defensa propia: cómo salir de la corrupción”. Editorial Sudamericana. Buenos Aires, Argentina.

- Salomón, Leticia (2015) “Indignación, movilización, representación”. Boletín especial No. 13. Julio del 2015. CEDOH. Tegucigalpa, Honduras.

- Salomón, Leticia (2015) “Combate a la corrupción ¿dialogo o voluntad política”. Boletín especial No. 12. Julio del 2015. CEDOH. Tegucigalpa, Honduras.

- Salomón, Leticia; Castellanos, Julieta & Molina, Dora (1995) “Corrupción y democracia en Honduras”. CEDOH. Tegucigalpa, Honduras.

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