Uno de los términos que se han ido adoptado durante los últimos años dentro del esquema de políticas públicas es el de “Inclusión Social” donde los gobiernos ponen énfasis en la atención del ámbito social principalmente donde se desarrollan las políticas públicas y se implantan una serie de programas enfocados al sector social. Pero, cómo lograr la inclusión de las personas dentro de los programas es una cuestión que conlleva a considerar la integración del término inclusión y combinarlo con el aspecto social, para lograr una política integradora que lleve hacia la inclusión social.
Para poder establecer la importancia del concepto de inclusión, no hay que dejar de lado el término exclusión ya que están relacionados entre sí. En cuestiones más recientes, los dos términos se han incorporado dentro del análisis de política pública, aunque existe una diferencia notable entre estos dos términos, en el quehacer gubernamental es necesario planear cómo realizar un proceso de inclusión sin afectar a otros y parecer más bien un proceso de exclusión.
La amplia utilización de los términos inclusión y exclusión en el diseño de política, permite incluir un criterio estratégico político primeramente entendible y posteriormente aplicable en el que “las personas están dentro o fuera de criterios específicos de consideración social, por sobre o por debajo de ciertos límites que materializan la diferencia” (Carvajal y Mascareño, 2015.p.132).
En la corriente del pensamiento sociológico donde la inclusión y la exclusión se pueden distinguir dentro de la corriente funcionalista, partiendo desde Durkheim (1915) hasta llegar Luhmann (1990). Sin embargo, es Simmel (1918), al enunciar un carácter paradójico que existe entre los términos inclusión y exclusión por lo que esto significa que, una persona puede ser incluida o excluida, dependiendo del lugar donde se encuentre sea este natal o el lugar al que haya migrado y este tenga diferentes costumbres o diferencias culturales que el individuo practique. Estas diferencias culturales o la misma práctica social pueden influir en el proceso de inclusión o exclusión de una persona que migra de su comunidad y llega a relacionarse socialmente con otra en un espacio distinto, con prácticas sociales diferentes y costumbres distintas, aunque posteriormente pueda ser incluido dentro de las relaciones sociales de la nueva comunidad donde vive a través de un proceso de socialización. Por tal razón, son dos términos que no se pueden dividir y que son fundamentales para la sociedad y en las prácticas gubernamentales de cada Estado.
Lo que se manifiesta, de manera directa, es el lugar que ocupa el individuo dentro del sistema social, al ser asignados a un lugar en los que pueden actuar mediante experiencias compartidas con los demás. También, determina el grado de participación dentro de la sociedad al ser tomando en cuenta como miembro y adquiere un carácter inclusivo al participar de manera directa en las actividades sociopolíticas, pero también al compartir patrones culturales, sociales y físicos con los demás.
Existen, además, cuestiones relacionadas con el orden social que pueden intervenir para establecer algún tipo de diferencia entre inclusión o exclusión, a través de dicho orden social un individuo puede relacionarse o no con cierto tipo de estrato social, dependiendo de su estatus socioeconómico, donde pueden o no ser incluidos. En este sentido, el aspecto económico denota la diferencia entre individuos y pautas que acarrean a la pobreza y en consecuencia pensar en las clases: la clase alta, media y baja, que surgirían como aspectos de diferenciación social entre los individuos.
En sociedades modernas los términos de inclusión y exclusión han sido adoptados dentro de la planificación de las instituciones gubernamentales de carácter público, con la finalidad de integrar a los distintos individuos que se encuentran en los grupos vulnerables. Primeramente, la identificación de los grupos va a depender del interés de la institución y del gobierno para diseñar y ejecutar programas de inclusión social, aunque la complejidad de los términos inclusión y exclusión suelen complicar en cierto sentido la aplicación de estos a través de las acciones que realiza el gobierno ya que una institución puede incluir a un determinado grupo, pero a su vez puede excluir a otro.
Finalmente, cómo se ha podido identificar dentro de la corriente de pensamiento sociológico no se puede hablar de inclusión sin dejar de lado el término exclusión, ya que ambos van a la par el uno del otro y se diferencian de acuerdo con los contextos que se están desarrollando ya esto sean culturales, sociales, políticos, religiosos y económicos que son algunos de los factores que pueden marcar el carácter de inclusión o exclusión de los individuos dentro de una terminada sociedad.
Es conveniente mencionar que siempre existirán grupos excluidos en un determinado espacio-tiempo, hasta que se genere una política pública acorde a las necesidades de este grupo o se transforme en un problema mayor en donde deba intervenir el gobierno de manera drástica. Sin embargo, los problemas de inclusión y exclusión siguen siendo una de las mayores dificultades de los países al no ser atendidos de manera adecuada no solo por el desconocimiento sobre estos temas, sino por la mala identificación del problema público. REFERENCIAS Carvajal. F y Mascereño. A. (2015). Los distintos rostros de la inclusión y la Exclusión. Revista Cepal. 116. Pag. 131-146.

Luhmann. N. (2007). La sociedad de la sociedad, México: Herder.