Docencia, Tecnología y Educación: Una triangulación necesaria en el contexto universitario

En los últimos años, las universidades como espacio de intercambio de saberes ha propiciado el uso de las Tecnologías de Comunicación e Información (TIC´s) como una manera de simplificar sus procesos y de estar a la vanguardia en esta nueva era planetaria. Siendo la tecnología definida por Hopeman (1991) como “un conjunto ordenado de instrumentos, conocimientos, procedimientos y métodos aplicados en distintas áreas” (p. 35). En otras palabras, la tecnología implica la renovación y ampliación de procesos, cambios en la organización e influye directamente en los modos de gestión.

En este sentido, la tecnología en el espacio universitario ha innovado la forma de comunicar, ha incrementado el control y comprensión del entorno a través de los programas, internet, la automatización y mecanización de los procesos, lo cual repercute directamente en la naturaleza de las operaciones, tanto que las organizaciones se hacen más pequeñas, más flexibles, mas austeras y más productivas.

En Venezuela, las universidades han utilizado la tecnología para la descarga de programas, creación de aulas virtuales y espacios en la red, uso de buscadores e intercambio en las redes sociales, pero más allá de eso, se ha subestimado el papel transformador que tiene el elemento tecnológico en la cultura y la educación.

En la cultura, especialmente la occidental ha impulsado nuevas manifestaciones del poder, pero con apariencia de innovación, que han trascendido las nociones tradicionales de tiempo y espacio. Tales manifestaciones han sido utilizadas en la producción de formas simbólicas, abriendo espacio a la fantasía y a la creación de un imaginario colectivo distorsionado de la realidad, donde persisten de diversas formas viejas estructuras de explotación, represión, entre otras que ha cercenado la capacidad creativa y de generación del conocimiento y que sutilmente disfrazadas se han apoderado del intelecto humano.

Por otro lado, en la educación la tecnología aunque ha impulsado la difusión del conocimiento y le ha otorgado al sujeto humano “el poder” para alcanzar su propia independencia no ha innovado la forma de pensar del ser humano, favoreciendo una actitud un tanto conformista ante lo que conocemos y sabemos que el conocimiento que se genera, en algunos casos, puede tener validez científica, pero en otros simplemente muestra una visión muy distante de la realidad que vivimos. De ahí, la importancia del docente universitario quien tiene la responsabilidad ética de filtrar esos conocimientos, determinando su relevancia, pertinencia y sentido en lo que desea expresar. Al respecto Sanchez y Salmasi (2011) afirman que:

“La opción ética a la que nos enfrentamos es al cuestionamiento y a la interrogación que promuevan espacios de renovación y entropía, no para aniquilar sino para transformar. El sujeto histórico de las nuevas tecnologías pueden romper barreras de distancia y tiempo, por lo tanto, de lo estático. Se imprime una dinámica de cambios que cuestionan, en la postmodernidad, la etnia, la nacionalidad, la sexualidad, el género, la humanidad tal como se ha establecido. Lo que antes era una afirmación indiscutible ahora se coloca en entredicho, se disloca “el” concepto, la verdad absoluta sujeta a la razón cognoscente para hacer aparecer lo imaginario, lo sublime, eso que había sido dejado fuera por no pertenecer al mundo de la ciencia” (p. 68).

Esto significa que, en esta nueva era tecnológica, la cual pudiera muy bien ayudar a desarrollar un pensamiento crítico y transformador en el docente, el mismo se ha alejado de este propósito por costumbrismos o el cumplimiento de rituales propios de la academia, parcelándolo y haciéndolo caer en la racionalidad técnica e instrumental. En este sentido, la docencia universitaria no debe limitarse a la implementación del elemento tecnológico dentro de sus aulas de clases o a la incorporación dentro del magma curricular de una especie de cátedra para hacer uso de los mismos, sino que emerge de una renovación profunda que sane las incoherencias entre la teoría y práctica, entre la forma y fondo y que se dirijan esfuerzos hacia la trascendencia del ser, donde éste se apropie de conocimientos, ya que mientras más se aproxime a sus saberes, mas posibilidad existe que ese nuevo conocimiento pase a formar parte de su bagaje cultural. Por ello, esta nueva era planetaria nos invita a acercarnos más pero también comprometernos más en la construcción social de la realidad donde los docentes universitarios fomenten el desarrollo de una conciencia crítica en el hombre, a la formación de un ciudadano proactivo, a propiciar el intercambio de saberes, a la transformación de una sociedad y a estimular la emancipación del sujeto.

Referencias

Hopeman, R. (1991). Administración de la producción y operaciones: planeación, análisis y control. México: CECSA.
Salmasi, N. y Sánchez, J. (2011). Dispositivos tecnológicos y subjetividad en el contexto pedagógico. Revista ciencias de la educación. 21 (37), 55-71.
Sánchez, J.; Caldera, Y.; Plaza, M.; Ortega, M. y Salmasi, N. (Comps.). Antología de un pensamiento pedagógico emergente. Venezuela: Fondo editorial de la Universidad de Oriente.

Visitas: 111

Comentar

¡Necesitas ser un miembro de RedDOLAC - Red de Docentes de América Latina y del Caribe - para añadir comentarios!

Participar en RedDOLAC - Red de Docentes de América Latina y del Caribe -

IFC-RedDOLAC

Campus Virtual RedDOLAC

Su Constancia RedDOLAC

Anuncie sus Congresos o servicios Educativos en RedDOLAC

Consúltenos al correo: direccion@reddolac.org

Contáctenos

Participe en la sostenibilidad de RedDOLAC

Canal de audio RedDOLAC

Foro

Hoy es mi cumple!!!

Iniciada por josefa mestre lamorú en Artículos Científicos 19 Mar. 0 Respuestas

RedDOLAC

Organizaciones

Su constancia de RedDOLAC

Gracias por su visita

© 2024   Creado por Henry Chero-Valdivieso.   Tecnología de

Emblemas  |  Reportar un problema  |  Términos de servicio