APRENDIZAJE POR PROVOCACIÓN - APRENDIZAJE PROVOCADO (2 de 4)

APRENDIZAJE POR PROVOCACIÓN
APRENDIZAJE PROVOCADO (2 de 4)

J. Octavio Toro Chica

Por qué hablar de un aprendizaje provocado o aprendizaje provocativo.

Siguiendo con nuestra propuesta de reflexión pedagógica, por la que agradezco los comentarios que se han suscitado y los extraordinarios aportes que he recibido, me permito enunciar algunas razones por las cuales considero importante hoy, hablar de aprendizaje provocado y aprendizaje por provocación.

No pretendemos, ni mucho menos, desconocer los ingentes esfuerzos que se han hecho desde diversas vertientes pedagógicas, por hacer las mejores versiones sobre lo que es el aprendizaje, sus caracterizaciones, formas de abordarlo pedagógicamente y en fin, una serie de desarrollos que hoy constituyen un cuerpo conceptual bastante robusto y que sustenta la acción educativa de las instituciones y de los maestros, pero que en definitiva, ante los pobres resultados que nos ofrecen, nos invitan a seguir explorando este hermoso universo inacabado, por demás, del aprendizaje.

No sé si sea una perogrullada, pero vale la pena señalar que los modelos de aprendizaje van variando en la medida que va existiendo la perfección de la especie humana y ese es un hecho inevitable e innegable; por tanto, las distintas formas que se han producido y experimentado para abordar esos aprendizajes, van quedando obsoletas con unas velocidades pasmosas y que van dejando lastres, que por la rapidez con que se producen los cambios, van siendo implementados en ámbitos para los cuales no han sido concebidos, con las consecuentes resultados.

Veamos entonces y me perdonan en algunos casos la falta de rigurosidad en los conceptos, pues más que encumbrarlos en las esferas inalcanzables para la mayoría de las personas, lo que pretendemos es acercarlos de manera muy simple, pero real a aquellas definiciones, que permitan un esclarecimiento total sobre lo que queremos compartir. Es hacer, como lo he expresado en otros escritos, quitarle la “rimbombancia” con que algunos refieran hechos pedagógicos y “hacer” una pedagogía sin frac, como debe ser, además, frente a la humildad con grandeza del hecho educativo.

Algunas caracterizaciones del aprendizaje provocado o por provocación:

 Todo aprendizaje es un acto netamente humano. Al fin y al cabo, es quien puede recibir alguna provocación y dar respuestas, en ocasiones emocionales y en otras racionales a dichas provocaciones. Aunque no podemos perder de vista aquellos “aprendizajes” que demuestran los animales; la diferencia está en la racionalidad e intencionalidad de la provocación, así como la racionalidad e intencionalidad de la respuesta.
 Todo aprendizaje, de los que comúnmente llamamos así, requiere de un objeto que “se tiene” que conocer y esa es la nada noble tarea de los currículos cerrados. Otra cosa es cuando ese aprendizaje requiere de un objeto que se quiere o desea conocer. Estos, considerados por mí, verdaderos objetos de estudio para un posterior aprendizaje, surgen, o porque se ha llamado la atención sobre ellos, tarea esencial y poco desarrollada por los maestros, puesto que están llamados a responder como sea por esos currículos cerrados y surgen también, por motivaciones, ya sean endógenas o exógenas que motivan al conocimiento de determinados objetos. Vemos acá que esta caracterización la podemos resumir en algunas palabras, que hoy parece están lejanas de los lugares educativos: motivación, gusto, interés, necesidad, afecto, tendencia, inclinación, disposición, apego, predilección, cariño, utilidad, provecho, atracción, aliciente, fascinación, encanto, seducción, sugestión, PROVOCACIÓN.
 Lo anterior nos genera otra característica y para mi gusto la más especial de todas: que los maestros de hoy en día, privilegien el despliegue de todas esas “palabras”, las que, a la voz de la verdad, como decimos en paisa, son nada más ni nada menos que las competencias de las que adolecemos en la educación.
 Y claro que los estudiantes cuentan, pues este tipo de aprendizaje, requiere también la presencia y la acción de un sujeto dispuesto a conocer los objetos de conocimiento; ese “dispuesto” estará más fortalecido si está motivado y provocado. En la mayoría de los casos hoy, nuestros estudiantes no están dispuestos, ni motivados y mucho menos provocados a conocer para aprender, sino que se sienten obligados, atados, constreñidos y hasta amenazados, por lo que fácilmente llegan al conformismo del cual están plagadas nuestras aulas. Lo anterior reafirma mi convencimiento sobre que nadie enseña nada, sino que todos aprendemos lo que realmente queremos. Ya lo vivimos en nuestras aulas y son más los casos que sí nos lo demuestran: nadie puede aprender si no lo desea.
 Este, como todos los modelos o estilos de aprendizaje, requiere del esfuerzo mental, pues entran en función las operaciones mentales que se suscitan en el proceso de aprendizaje tales como: Identificar, conocer, observar, analizar, comparar, sentir, pensar, sintetizar, diferenciar, representación mental, transformación mental, comprender, clasificar, sistematizar, codificar, decodificar, evocar.
 Cuando nuestros estudiantes se sienten motivados para el aprendizaje, porque este ha sido provocado o provocativo, se requiere, dentro de las funciones del maestro, que se les ayude con el manejo apropiado del tiempo.
 Otra caracterización importante y que debemos tener en cuenta en el desarrollo de los aprendizajes de nuestros estudiantes, es que esos nuevos conocimientos serán mucho mejor afianzados, con el desarrollo de las operaciones mentales, siempre y cuando se respeten los estilos cognitivos de cada uno de ellos. Acá es importante la consideración que tengamos cobre el arco de las inteligencias múltiples, cual es el “aquella inteligencia predominante” en cada caso, así como las características propias de aquel que quiere aprender. Esta característica, nos desprende otra, no menos importante.
 Las estrategias didácticas o metodológicas más apropiadas, puesto que, dependiendo del tipo de aprendizaje, se aplicarán las más apropiadas. No podemos seguir aplicando las mismas estrategias para cualquier tipo de aprendizaje. Las operaciones mentales, tienen sus propios funcionamientos, por lo que se hace necesario, que, en consideración a esto y el tipo de aprendizaje que se va a realizar, apropiemos las estrategias didácticas y metodológicas más acertadas para su despliegue. En varias oportunidades, nos hemos referido al nuevo rol del maestro, cual es el de “ser un extraordinario metodólogo”. La didáctica propia de las disciplinas, no es un discurso cualquiera, es la mejor aproximación pedagógica, buscando la pertenencia de lo que se propone como estrategia de aprendizaje, puesto que no es lo mismo el aprendizaje de los números, al aprendizaje de los hechos históricos y el aprendizaje de la conducción de un vehículo.
 Otra característica propia de este tipo de aprendizaje, es que tiene que contar con un excelente maestro. Vaya, toso los aprendizajes los requieren. Sí, pero este debe tener unas características muy especiales, que van más allá del papel de “enseñante” con que comúnmente le conocemos, y traspasa los límites de orientador, animador, motivador, provocador, etc.
 Este aprendizaje traspasa a la vez, con lo que las evaluaciones académicas, por lo general, hoy se satisfacen, cual es el resultado de un aprendizaje conceptual; los aprendizajes provocados o provocativos, pasan por todas aquellas dimensiones del ser humano, cuales son ser, saber, sentir, pensar, hacer y actuar. Los aprendizajes son en general: conceptuales, actitudinales y procedimental. Visto de esta manera, es tal vez el aprendizaje que más se aproxima a un aprendizaje realmente basado en competencias.
 Tenemos el sujeto realmente motivado por el aprendizaje; un maestro que esencialmente es provocador y hace de su acción algo completamente provocativo; tenemos unos objetos de conocimiento que realmente se quieren conocer y una serie de disposiciones mentales que han de ayudar a estos propósitos. Con el trabajo a desplegar por parte del maestro y las disposiciones de los estudiantes, tenemos los escenarios perfectos para que nos den como resultados algunos componentes esenciales de nuestro modelo pedagógico:

 Ese objeto de conocimiento hace parte de otros conocimientos previos que el estudiante y el maestro ya tenían en sus aprendizajes, por lo que realmente y de manera muy simple pero real, se cumple y se da a cabalidad el aprendizaje significativo.
 De otro lado, basta una pequeña motivación y un acompañamiento real por parte de los maestros, para que nuestros estudiantes inicien sus propias búsquedas, lo que poco a poco ira fortaleciendo sus aprendizajes autónomos.
 Esos aprendizajes logrados con el gusto que ha producido, porque se querían tener, se instalan fácilmente en la memoria de nuestros estudiantes, lo que permitirá su posterior recuperación, frente a circunstancias diferentes o similares y por consiguiente su uso en la solución de problemas.

Podemos apreciar al cierre de esta segunda entrega, que el aprendizaje provocada o por provocación, se ajusta, sin ningún esfuerzo, no sólo a nuestro Modelo Pedagógico Institucional, sino que debe ajustarse a cualquier modelo pedagógico, pues en nada modifica los principios que sustentan el que hacer pedagógico de las instituciones, pero sí las formas de hacer pedagogía de los maestros.

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