La energía la asociamos a la cinética del universo, y establecemos como fuente de la misma al átomo, considerándolo, a este último, formado por un núcleo, más o menos estático y electrones que orbitan, al núcleo, a grandes velocidades. Sin embargo, entre los electrones dinámicos y el núcleo casi estático tenemos un espacio de más del 95 % del átomo si apreciamos que este es una esfera limitada externamente por la última órbita del electrón de menor energía, más externo y menos vinculado al núcleo.

Una molécula de azucar, tal como la glucosa, formada por muchos átomos de carbono, hidrógeno y oxígeno; tendrá más del 96 % de espacio, sin componentes aparentes, en su interior. Diremos, mas del 96 % vacío. Aún así, los carbohidratos aportan el 60 % de la energía vital de cada ser humano sobre la tierra, en términos medios.

Los carbohidratos se forman en las plantas, con la capacidad que tienen estas de hacerlo, como seres autótrofos que son; utilizando la energía de los fotones que vienen del sol, el bióxido de carbono y el agua que toman de la madre tierra. El sol nos envía fotones, producidos en la fusión atómica del hidrógeno en helio, con la transformación de una pequeña cantidad de masa en energía. 

Los seres humanos están compuestos por células que forman tejidos y estos los órganos. La célula formada por átomos y moléculas constituidas principalmente por Carbono, Hidrógeno, Oxígeno, Nitrógeno, Fósforo y Azufre. Los seis elementos más representativos dentro de la estructura del ser humano, ya que son el 98 % de los elementos ligados a la vida humana.

En la célula, los tejidos y los órganos; la parte aparentemente vacía se repite, de tal manera que se puede decir que más del 96 % del volumen del cuerpo humano es vacío. En este, aparente vacío, el sistema nervioso central y periférico, y el sistema endocrino, permanecen en un continuo traslado de iones y material informativo de un espacio a otro, permanentemente y sin descanso. Ocasionando el aumento de la entropía, por lo cual el cerebro ocasiona el hambre, que obliga a ingerir nutrientes y equilibrar el estado de equilibrio u homeostasis, disminuyendo la entropia interna y aumentando la externa.

En el universo, considerando el momento angular de las estrellas periféricas de las galaxias, debe haber más materia que la considerada como tal o sea de átomos y moléculas. Materia que no interacciona con la radiación electromagnética. La llamada materia oscura. Pero, además, tomando en cuenta, el corrimiento hacia el rojo de las galaxias, descubierto por Hubble, o la expansión del espacio tiempo, predicho por Einstein, existe un tipo de energía o energía oscura que constituye más del 75 % del universo.

O sea, que sólo aproximadamente el 4 % es materia conocida, compuesta por átomos y moléculas; aproximadamente el 26 % de materia oscura y aproximadamente el 70 % de energía oscura.

Pero el cuerpo humano!!!. 97 % de vacío aparente. Sin aumento del momento angular y sin aumento del espacio tiempo. Pero siendo un cuerpo compacto, con aparición de efectos cuánticos, tales como la validez de múltiples estados y la permanente inherencia del espectador. 

En el mundo de la cuántica, el espectador influye y decide en el fenómeno, por lo tanto es un ejercicio de enorme importancia la instrospección o la observación interna como un propósito, como una táctica, más alla que la estrategia sea; conócete a ti mismo. 

Si en el ser humano predominan las leyes de la física cuántica, la mente se convierte en el principal observador, con el atributo de decisión de estados preferenciales, que permitan la salud corporal y espiritual, para la longevidad de la especie y de la madre tierra.