DE LA PRÁCTICA PEDAGOGICA A LA PRÁCTICA SOCIAL

Si queremos trascender en el accionar pedagógico y tener un horizonte en el accionar social tenemos que revisar lo que se piense acerca de la educación, dependerá de la idea que se tenga del hombre.
La concepción de educación se ha venido reestructurando de manera significativa en los últimos años, se han ido desechando muchas concepciones equívocas, a medida que se han dado los avances científicos, en especial en la psicología educativa. La concepción sobre el hombre ha cambiado, la psicología ha descubierto para sorpresa de muchos, que estábamos equivocados al considerar al hombre como un ser que llegaba a determinada etapa de su vida y ya estaba totalmente constituido tanto en el desarrollo de su pensamiento como en las otras áreas de su personalidad.
El ser humano y con él sus "potencialidades" han sido por muchos años sometidos a medición y clasificación, se desconocía el proceso de aprendizaje interno del individuo, no son muchos los años en los que escuchábamos que el niño tenía su mente como un papel en blanco y que nosotros podíamos escribir en él lo que quisiéramos. Estas y muchas otras concepciones erradas y poco científicas, llevaron a los docentes a ser protagonistas únicos de la educación, cuyo eje central ha venido siendo la enseñanza, con su metodología marcadamente expositiva, donde el docente siempre tenía la razón y el "alumno" (como era considerado, sin luz), en depositario del bagaje cultural de su maestro con un desarrollo de pensamiento literalmente reproductivo, donde lo único por alcanzar y medir era el conocimiento acumulado a lo largo de los años de "formación académica", desconociendo por completo otras instancias como son las habilidades, destrezas, valores y el aspecto social, cultural y ambiental del estudiante.
LA PRÁCTICA
La practica tiene una funciona especifica en el desarrollo de la capacidad de análisis critico de los valores sociales, es el espacio de búsqueda de una cultura profesional en la que se construye y reconstruye constantemente durante la practica en su relación con la teorías, donde el conocimiento dado no es absoluto ni único sino es una progresión, desde el conocimiento vulgar o pensamiento espontáneo hasta llegar al conocimiento pedagógico; o sea que este conocimiento es el que diferencia y establece la función docente y que necesita un proceso concreto de formación que reúne características especificas como la complejidad, la accesibilidad y la utilidad social, y que todo ello, en un contexto determinado, permitirá emitir juicios situacionales basados en el conocimiento experimental, en la teoría y en la practica pedagógica. En la Práctica es donde se legitima la actividad, y radica, más que en el conocimiento de las disciplinas, en los procedimientos de transmisión de éstas y en los factores intervinientes que lo condicionan.
La práctica pedagógica reducida a la transmisión de contenidos ha hecho de la docencia y la investigación dos cosas separadas, pasamos de la reducción de la labor educativa al desconocimiento, debemos hacer que a las aulas entren los problemas sociales. Debemos liberar al docente como expositor y al estudiante como receptor de la alineación cultural.
Debemos entender que el aula no es el único espacio educativo. Toda manifestación sociocultural tiene un componente educativo, rescatemos todos los espacios y procesos posibles para la nueva educación
La forma de actuar y ser en el mundo de una persona no puede cambiar sin transformaciones subyacentes de sus actitudes, representaciones, saberes, competencias o esquemas de pensamiento y de acción. Son elementos imprescindibles para una transformación duradera de la práctica. Por lo tanto, el análisis de la practica tiene en realidad como objetivo una transformación libremente asumida por lo practicantes, incluso si ello no siempre es explicito.
Aumentar las competencias, los conocimientos o el saber hacer no es la principal función del análisis de la práctica. Sin duda, esta contribuye con su ejercicio o a consolidar competencias, empezando por el saber analizar y las capacidades de comunicación


LA PRÁCTICA SOCIAL

¿Cuánto y cómo está contribuyendo la educación al desarrollo local, ¿Cuánto y cómo la educación está contribuyendo a mejorar la calidad de vida de la población a la cual se debe?. Una educación de calidad supone reconocer que la calidad está, ante todo, en la calidad de vida de las personas.
La participación social en educación precisa ubicar la inflexión en la calidad educativa. Reflexionando que la eficacia, ante todo, depende de la escuela, es decir, de las personas que trabajan ahí y de las relaciones que establezcan entre ellos y ellas; que la pertenencia educativa “mira hacia fuera”, una escuela de calidad, educa en y para la vida más que para la propia escuela, eduque desde las demandas sociales y la necesidad de desarrollar todas las capacidades y potencialidades de las personas
La calidad educativa parte del reconocimiento de que en la escuela, como es natural, hay problemas...y si hay problemas siempre llega el momento de hacer algo...pero hacerlo entre todos y todas. Es decir generar compromiso con lo que se ha de emprender, reconocer que hay problemas en la escuela es movilizarse para buscar sus soluciones de manera comprometida entre todos y todas, es necesario generar y construir información y conocimiento

Una participación social en educación orientada a contribuir en la radicalización de la democracia participativa, sin mal entender a la democracia como la dictadura de las mayorías, necesita reinventar la escuela. Esto es, profundizarla tanto como espacio cultural cuanto como espacio político impulsando efectivamente la escuela como comunidades de aprendizaje y comunidades de participación educativo pero principalmente también un espacio de construcción y reconstrucción de relaciones sociales y de poder. Por que las verdaderas revoluciones se gestan desde las aulas
Aunque, podemos asegurar que muchas veces demostraron más convicción educativa aquellos hombres y mujeres que no precisaron de títulos para emprender grandes obras educativas, están fuera de la meritocracia


DIMENSIONES DE LA PRÁCTICA DOCENTE

Se ha sugerido que la práctica docente contiene múltiples relaciones. De ahí su complejidad y la dificultad que entraña su análisis.
Analizaremos y consideraremos, el porque, de esta complejidad, a partir de seis dimensiones que servirán de base para su consideración de la práctica docente: personal, interpersonal, social, institucional, didáctica y valoral; cada una de estas dimensiones destaca un conjunto particular de relaciones del entramado docente.

Dimensión Personal

La práctica docente es esencialmente una práctica humana. En ella, la persona del maestro como individuo es una referencia fundamental. “Un sujeto con ciertas cualidades, características y dificultades que le son propias; un ser no acabado, con ideales, motivos, proyectos y circunstancias de vida personal que imprimen la vida profesional determinada orientación. En este nivel se asientan las decisiones fundamentales del maestro como individuo las cuales vinculan de manera necesaria su quehacer profesional con las forma de actividad en las que se realiza en la vida cotidiana.”
El maestro es esencialmente un ser histórico capaz de analizar su presente y de construir su futuro, a recuperar la forma en que se enlazan su historia personal y su trayectoria profesional, su vida cotidiana y su trabajo en la escuela quien es el fuera de clases que representa el trabajo en su vida privada y deque manera ésta se hace presente en el aula.
Es necesario hacer una retrospección para recordar las circunstancias que llevaron a elegir el magisterio como actividad profesional; los ideales y proyectos que se han trazado con el paso del tiempo frente al quehacer de educador y como estos han ido cambiando con el tiempo junto con las circunstancias de vida.
Responder preguntas fundamentales que todo profesional debería esbozarse de cuando en cuando, por ejemplo, el aprecio y valoración que siente por su profesión así como el estado de complacencia que percibe cuando mira su recorrido y trayectoria en la practica y mas tarde docente. Pretendemos recuperar el valor humano de experiencias que han sido más significativas en su vida como maestro; los sentimientos de éxito o fracaso profesional que lo han acompañado en distintos momentos; lo que actualmente se propone lograr y la forma en que quisiera verse en un futuro cercano de cara a su profesión.

Dimensión Institucional
La práctica docente se desarrolla en el seno de una organización respondiendo a la misión institucional en cuanto al saber hacer. En este sentido, el quehacer del maestro es también una tarea colectivamente construida y regulada en el espacio de la escuela ya sea primaria, secundaria, universitaria etc.
“La institución escolar incorpora, para el maestro, el espacio privilegiado de socialización y construcción profesional. A través de ella entra en contacto con los saberes del oficio, las tradiciones, las costumbres y las reglas o consignas preconcebidas propias de la cultura magisterial. Es el entidad viva que manifiesta el hecho de que la escuela no sea solamente la suma de individuos y acciones aisladas, sino una construcción cultural en la que cada maestro aporta sus intereses, habilidades, proyectos personales y saberes a una acción educativa común.”
La dimensión institucional reconoce, en suma que las decisiones y las prácticas de cada maestro están tamizadas por esta experiencia de pertenencia institucional y a su vez, que la “escuela ofrece las coordenadas materiales, normativa y profesionales del puesto de trabajo, frente a las cuales cada maestro toma sus propias decisiones como individuo.”
El análisis de esta dimensión centra la atención en los asuntos que ponen de manifiesto el tamiz que la institución escolar y académica, representa en la práctica de cada maestro, y que imprime una dimensión colectiva al quehacer individual: las normas de comportamiento de comunicación entre colegas y autoridades en cada comunidad educativa se construyen y que a su vez forman parte de cultura profesional; determinando saberes y prácticas de enseñanza que se socializan al interior del colectivo y que los maestros van asimilando a partir del contacto con sus colegas en su paso por distintas instituciones educativas; costumbres y tradiciones estilos de relación ceremonias y ritos; modelos de gestión directiva que establecen determinadas pautas de organización académicas y que influyen, entre otros, en la manera en que cada maestro trabaja en los salones de clase y los criterios de trabajo predominantes.
Toda actividad de la práctica docente en su contexto institucional se sucede a su vez en el marco de las circunstancias materiales normativa y laborales que reglamentan el quehacer de la escuela desde la administración del sistema educativo.
Dimensión Interpersonal
“La función del maestro como profesional que trabaja en una institución está cimentada en las relaciones entre las personas que participan en el proceso educativo: alumnos, maestros, directores, madres y padres de familia. Estas relaciones interpersonales que ocurren dentro de la escuela son siempre complejas, pues se construyen sobre la base de las diferencias individuales en un marco institucional;” Las diferencias mencionadas no solamente atañen a la edad el sexo o la escolaridad, sino a cuestiones menos evidentes a primera vista pero de igual o mayor importancia: la diversidad de metas los intereses, las ideologías de cara a la enseñanza y las preferencias políticas.
“La construcción social que es resultado de la actuación individual y colectiva en el seno de la escuela, universidad y que se produce de cara al quehacer educativo institucional, reconociendo que individuos y grupos tienen diversas perspectivas y propósitos respecto de este último, constituye el contenido de análisis de la dimensión interpersonal de la práctica docente.”
Su importancia para la práctica docente y para experiencia educativa en su conjunto es enorme en muy diversos sentidos. Cuando se habla, del clima institucional hace alusión a la manera en que se entretejen las relaciones interpersonales, que dan por resultado un ambiente relativamente estable de trabajo. El ambiente, a su vez, influye de manera importante en la disposición y el desempeño de los maestro como individuos.
Un clima hostil o indiferente empobrece las posibilidades la actuación de los maestros; la experiencia educativa de los alumnos también se alimenta de este clima institucional. La dimensión interpersonal sin embargo, no es importante solamente como resultado. Es esencia, el esfuerzo diario de cada maestro y proviene del hecho de que no trabaja solo, sino en un espacio colectivo, que lo pone continuamente en la necesidad de ponerse de acuerdo con otros de tomar decisiones conjuntas, de participar en acciones, de construir proyectos o discernir frente a lo que los otros colegas dicen y hacen; que le exigen encarar diversos tipos de problemas y ocupar determinada posición ante los alumnos, los demás compañeros y autoridades institucionales.
Siendo esta dimensión en estricto sentido, un componente de la vida institucional, y dada su importancia, merece ser analizada por separado. Maestros, alumnos, padres directivos, autoridades, incluso autoridades del ministerio son todos actores y autores, desde distintas escenarios, de este acontecer que se construye día con día en la institución y que en sí mismo constituye una experiencia educativa fundamentada para todos los que en ella participan.
Es nuestra obligación que todos los maestros analicemos cuestiones como el clima institucional o ambiente de trabajo que prevalece, los espacios y estructuras de participación interna, los estilos de comunicación formal e informal los tipos de problemas que se presentan y la forma en que resuelvan. Como también a caracterizar el tipo de convivencia que se da en la escuela, así como el grado en que los distintos miembros se encuentran satisfechos con las formas de relación que prevalecen. Y por último se les pide analizar como repercute el clima de relaciones de la escuela en la disposición y el entusiasmo de los distintos agentes de toda comunidad educativa

Dimensión Social
El trabajo docente es un que hacer que se desarrolla en entorno histórico, político, social, geográfico, cultural y económico particularmente, que le obliga a ciertas requerimientos, así mismo es el espacio de incidencia más inmediato de su labor. Este contexto, que de modo general supone un conjunto de escenarios y demandas para la escuela, constituye, no obstante, par cada maestro, una realidad específica resultado de la diversidad de condiciones familiares y de vida de los alumnos.
La dimensión social de la práctica docente pretende rescatar un conjunto de relaciones que simbolizan la representación que tiene cada docente de percibir y expresar su tarea como agente educativo cuyos destinatarios son diversos sectores sociales; de esta manera se propone analizar la forma en que aparece establecerse una demanda social establecida para el quehacer docente, en un momento histórico dado y en contexto geográfico cultural y particular, la cual no necesariamente con lo que el maestro considera su aportación a la sociedad.
Asimismo de estas definiciones sobre el sentido social de la función docente, nos concierne reconquistar aquí el alcance social que las prácticas pedagógicas que ocurren en el aula tienen.
Entendida por repercusión social a la práctica docente en el aula, el conjunto de decisiones y de práctica de los maestros ante la diversidad de condiciones culturales y socioeconómicas de sus alumnos y que los colocan en situaciones desiguales frente a la experiencia escolar.
Este es, sin duda el espacio donde se pone en juego de manera más clara la igualdad de oportunidades educativas. La equidad que la escuela pública asume, como compromiso constitucional se expresa en última instancia en lo que ocurre en cada salón de clases y en cada escuela.
El contenido general de análisis de esta dimensión se basa en reflexionar, junto con el maestro, y futuros maestros, sobre el sentido de su quehacer en el momento histórico que vive desde el entorno particular en el que se desempeña, así como sobre las expectativas que pesan sobre el y las presiones que recibe tanto por parte del sistema como por parte de la misma instrucción.
Si desmenuzamos, la cultura del aula veremos que en las aulas se manifiestan la desigualdad de oportunidades, por necesidad muchos jóvenes y niños enfrentan la responsabilidad del sostenimiento familiar desde muy temprana. Las actitudes y prácticas de enseñanza dirigidas en la escuela primaria, secundaria e inclusive universitaria, que presentan problemas de rendimiento académico son una forma cotidiana en general poco reflexionada, de responder a uno de los desafíos más claros de tipo social que se manifiestan en la labor docente.
Dimensión Didáctica
La dimensión didáctica hace referencia “al papel del maestro como agente que a través de los procesos de enseñanza, orienta, dirige, facilita y guía la interacción de los alumnos con le saber colectivo culturalmente organizado, para que ellos, los alumnos, construyan su propio conocimiento.”
Siempre que haya un aprendizaje autentico y genuino también existe un proceso de reconstrucción por parte del sujeto que aprende, quien está descubriendo ese nuevo conocimiento aunque este ya este implícito.
Entonces, en todo grupo de estudiantes, la tarea específica del maestro se fundamenta en facilitarles el acceso al conocimiento, para que se apropien de el y lo recreen, hasta que logren decir su palabra frente al mundo. Paulo Freire maneja esta expresión para referirse a la libertad necesaria para cada ser humano logre situarse frente al mundo, libertad a la que la educación puede contribuir notablemente.
Será de gran importancia para determinar la naturaleza y la profundidad de los aprendizajes que los alumnos adquieran no solamente en términos de cocimiento e información adquirida, sino también de habilidades y competencias para aproximarse a la información, analizar, formular juicios, estructurar de manera lógica su pensamiento para expresarlo de manera oral o escrita; para trasladar lo aprendido a otros contextos, aplicarlo, y recuperar y evaluar su propio proceso de aprendizaje.
Del conjunto de decisiones de cada maestro en este ámbito dependerá que este proceso se reduzca a la simple transmisión o que constituya una experiencia constructiva y enriquecedora.
Al consolidar esta dimensión, cada maestro tiene la oportunidad de analizar la forma en que se acerca al conocimiento para recuperarlo frente a sus alumnos, así como la manera de conducir las situaciones de enseñanza en salón de clases y de entender el proceso de aprendizaje de sus alumnos.
Los maestros/as debemos repensar en recuperar y analizar cuestiones como los métodos de enseñanza, la forma en que organizamos el trabajo con los alumnos, el grado de conocimiento que tiene de ellos, las normas que rigen el trabajo en el aula los tipos de evaluación que empleamos, la manera en que enfrentamos los problemas académicos de nuestros alumnos y los aprendizajes adquiridos por ellos.

Dimensión Valoral

“La práctica de cada maestro da cuenta de sus valores personales a través de sus preferencias conscientes e inconscientes de sus actitudes, de sus juicios de valor, todo los cuales definen una orientación acorde a su actuación cotidiana, que le demanda de manera continua la necesidad de hacer frente a situaciones diversas y tomar decisiones.” Es así como cada maestro, de manera intencional o inconsciente está comunicando continuamente su forma de ver y entender el mundo, de valora y entender las relaciones humanas,. De apreciar el conocimiento y de conducir las situaciones de enseñanza lo cual tiene gran trascendencia en la experiencia formativa que el alumno vive en la escuela.
Es así que con certeza de que el maestro influye de manera especial en la formación de ideas, actitudes y modos de interpretar la realidad de sus alumnos.
Al considerar esta dimensión se invita a los maestros ha hacer un análisis de sus valores, esenciales a través de sus actos, ya que estos manifiestan los valores con mucha más fuerza que las palabras; por que los valores no solo se predican sino ante todo se practican. Es necesario revisar la manera de resolver problemas evidencia, los valores a los que se ha dado preferencia en determinada situación en la que era necesario elegir, así como las opiniones que expresa a situaciones de enseñanza o de vida que los niños y jóvenes manifiestan, lo que consideran y afirman como valioso, en suma, lo que comunica a través de su palabra y de sus actos.
Asimismo al reflexionar sobre los valores personales que dan significado particular a la vida profesional, es necesario plantearse en qué medida la propia práctica refleja estos valores asumidos, enriqueciéndolos o por el contrario, relegándolos poco a poco por la inercia del funcionamiento burocrático.
Cabe apuntar lo que indica". (Victoria Camps). "La ética es un saber práctico que se enseña de diversas maneras y constantemente. Es la forma de ser y de comportarse, de trabajar y de divertirse, de hablar y pensar, de estar con los demás y con uno mismo por lo que se ponen de relieve los valores básicos del ser humano. Educar debería consistir en algo tan simple como mostrar a los neófitos en la vida la propia forma de vivir”
La practica educativa a partir de la practica pedagógica debe ser verdaderamente formativa, humanizadora activa y consciente, libre e interiorizada, crítica y constructiva, que permita a los alumnos y alumnas ir definiendo su propio proyecto de vida personal. Como la acción pedagógica no es neutra, porque busca intencionalmente la promoción de contextos educativos que posibiliten el aprendizaje en el fomento de estos valores o por el contrario se estará haciendo lo contrario. Se debe generar, situaciones en las que el alumnado tenga que optar, manifestar aptitudes, contrastar opiniones, etc.
Es por eso que debemos crear ambiente democrático en el aula, pero no independiente de la cultura de la escuela, en su organización, en su funcionamiento, en la toma de decisiones, en los procedimientos para la resolución de conflictos, en la organización de las actividades complementarias y decisiones institucionales ya que la labor del maestro, en su carácter de trabajador de la educación, tiene que ver con los valores institucionales expresados en el marco jurídico-político del sistema educativo, que define las directrices del sistema educativo. Estas orientaciones valorales no solamente deben estar expresadas en los documentos normativos sino que además deben formar el marco más amplio traducido en el Proyecto Curricular, en el que se insertan los planes de estudio que son referentes más próximos a partir de los cuales cada maestro diseña las situaciones de enseñanza.
Todo este análisis debe permitirnos, revisar nuestra práctica docente y la vida institucional; también es urgente revisar las orientaciones de políticas educativas institucionales, proyectos, reglamentos, y su expresión en planes y programas de estudio y de formación, terminamos repitiendo que “LOS VALORES NO SE PREDICAN SE PRACTICAN”.

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