Por María Florencia Gómez

En las publicaciones anteriores (Parte 1 y Parte 2), revisamos algunos ejemplos de herramientas y asistentes potenciados con Inteligencia Artificial (IA) para generar texto desde ideas iniciales, editar un escrito en su gramática y estilo, compilar referencias, armar citas, y evaluar el plagio. 

En la última publicación de esta serie revisaremos algunas consideraciones pedagógicas y éticas para reflexionar sobre el uso responsable de las herramientas y aplicaciones para producir y evaluar la escritura universitaria.

Es importante que los profesores de todos los niveles se formen de modo continuo en los avances de estos softwares, herramientas y asistentes en línea potenciados con Inteligencia Artificial (IA) para la escritura académica con el fin de reflexionar con sus estudiantes sobre las buenas y malas prácticas respecto de la propiedad intelectual y el plagio. En esta línea, no debemos olvidar que todos los sitios y aplicaciones tienen políticas de privacidad de los datos al utilizar sus servicios, que también es relevante enseñar a consultar de modo frecuente. Algunas pueden almacenar los datos cargados, lo cual podría ser un riesgo si el usuario brinda información sensible del usuario o trabajos inéditos.

Es imperativo que maestros y docentes analicen con sus estudiantes que las aplicaciones y software que utilizan IA son solo asistentes en la escritura, puesto que ayudan a identificar errores ortográficos, sintaxis o de estilo, pero no pueden reemplazar la producción personal o el juicio humano. 

Además de no ejercitar las estrategias del pensamiento crítico, el uso indiscriminado de los resultados que producen las aplicaciones potenciadas con IA hace que el usuario (sea estudiante o docente) desconozca que este tipo de herramientas pueden tener múltiples sesgos -según sean los grandes conjuntos de datos con los que se hayan entrenado y usen como fuentes de la salida o respuesta- e incluso producir información errónea o alucinaciones. En este último punto, estas aplicaciones producen respuestas que tienden a convencer al lector novato en un área temática o un lector ingenuo, que no haya abordado con conciencia crítica los materiales de lectura ofrecidos en las asignaturas. Tampoco será un aporte creativo ni original, dado que estas aplicaciones solo pueden basarse en los datos con los que se entrenaron.

Es aconsejable entonces que se entrene al escritor a desarrollar su propia voz y su propio estilo en el desarrollo de la escritura, el arte y la tecnología, que marcará su huella en el conjunto de saberes del área disciplinar donde se está formando como futuro profesional e investigador o técnico. Igualmente, al visibilizar la relevancia de su creatividad y su visión sobre el conocimiento, producto artístico y cultural o tecnológico, se entrenará en buenas prácticas de reconocimiento de propiedad intelectual y la necesidad de profundizar sobre las normativas que la protejan y evitar los diversos tipos de plagio. Es relevante recordar que no todos los software que evalúan el plagio son fiables al 100% y además ofrecen estrategias para “humanizar” la producción que devuelve una IA, es decir, formas de sortear lo que sus propios sitios ofrecen como formas de protección contra el plagio. Esta es una práctica muy popular hoy en videos cortos difundidos a través de redes sociales, pero desleal con la cultura académica.

Como en las publicaciones previas nos centramos en la escritura académica, es relevante recordar que tanto docentes como estudiantes deben entrenarse y formarse continuamente en las formas de recuperar contenidos académicos de sitios científicos y evaluados por pares de la profesión. Hoy se presentan nuevas formas de búsqueda bibliográfica potenciada con IA que muestran de modo gráfico el desarrollo de temas y aportes de autores, pero puede ocultar mucha bibliografía de especialistas en cierto campo de conocimiento universitario que no han sido aún incorporados en tales estrategias de búsqueda.

Finalmente, es central enseñar las formas básicas de citar y referenciar las fuentes de información usadas o consultadas para la elaboración de los escritos académicos, como también las herramientas actuales para evaluar la ortografía, sintaxis y el estilo de los escritos, pero siempre con una final revisión de parte del escritor para decidir si incorpora alguna de esas ideas, las descarta o las transforma en una producción creativa y con su estilo personal al consultar otros aportes y fuentes.

Para ampliar esta revisión compartimos el siguiente webinar del Observatorio OGDI Guatemala donde A. Cabrera reflexiona sobre su propia experiencia como docente y estudiante de herramientas potenciadas con IA. Asimismo, los invitamos a compartir sus sugerencias de lectura y comentarios.

Webinar de A. Cabrera “Plagio inteligencia artificial y trabajos académicos”