EL MISMO

“Toda autoridad que se perpetúa
está expuesta a erigirse en tiranía”.
Art. 7, Constitución del Socorro,
15 de agosto de 1810


Otra vez el desleal mesías,
otra vez con sus juegos macabros,
con sus alientos perversos,
con sus desatinos fugaces
de predicador trasnochado.
Otra vez en el mismo dilema,
atravesado por la misma disyuntiva:
el desafuero de su obstinación
fatalista y mendaz.
Otra vez con su precario lenguaje,
con su atildada pasión de cándido corderito
urdido por sus urgencias de poder,
por su deseo irreprimible de tenerlo todo,
de increpar a sus adversarios
con el tono grosero y excesivo
de un turbulento ignaro
que todo lo destruye y lo calcina.
Otra vez el mismo clamor con su voz chillona
de organillero sin armonía,
sin elegancia y con pretensiones
de moralista amargado y displicente.
Es el mismo de los siglos que han pasado,
el mismo de las confusiones aterradoras,
el mismo que todo lo arrebata,
que todo lo vuelve sal,
que sin reparo todo lo destruye.
Es el mismo, el de siempre, ahí está:
torcido, astuto, irredento, desagradecido.


Luis Fernando García Núñez
Sopó, 16 de enero de 2010